Este miércoles 18 por la tarde, poco a poco, la Plaza Congreso se fue vistiendo de verde. Después de idas y vueltas, finalmente la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto convocó a su primer pañuelazo presencial para exigir el tratamiento de nuestro proyecto de ley de aborto legal, el que defendemos desde el movimiento de mujeres y disidencias.
Después de la demorada presentación del proyecto de Alberto Fernández, era urgente volver a teñir nuestras calles de verde. Explicar que fue nuestra presión en las calles lo que lo llevó a no seguir dilatando y, a la vez, señalar que incluye varias trabas por la silenciosa presión de la Iglesia. Por ejemplo, la objeción de conciencia personal, la penalización para quien aborta después del plazo de 14 semanas. Es más: el proyecto oficial, al no disponer que toda institución de salud deba contar al menos con un/a profesional que garantice la práctica del aborto se abre de hecho la puerta a la objeción institucional.
Es por eso que seguimos reclamando al Congreso que, más allá del proyecto del gobierno, debata y apruebe el proyecto de la Campaña.
La concentración y el pañuelazo en Congreso, que fueron parte de una jornada verde que abarcó el país entero, demostraron que la energía de la marea verde volvió para quedarse.
Cientos de compañeras nos dispusimos a radicalizar esta lucha en las calles y desde Juntas y a la Izquierda y el MST volvimos a ser firmes protagonistas de nuestra lucha histórica por el derecho a decidir. Nuestras compañeras Cele Fierro y Vilma Ripoll estuvieron al frente de nuestra nutrida y combativa columna.
Profundizar este camino ahora se vuelve crucial, no sólo para vencer la segura presión celeste católica y evangélica, sino también para condicionar el debate parlamentario e impedir que tanto en Diputados como en el Senado las y los dinosaurios que el PRO y el Frente de Todos llevaron en sus listas metan más obstáculos en la ley. Que sepan que vamos a profundizar la lucha para que en nuestro país, de una vez por todas, el aborto sea realmente libre, legal, seguro y gratuito.
Jeanette Cisneros