El movimiento de mujeres y disidencias festejamos haber logrado la sanción de la Ley Nº 27.610 de interrupción voluntaria del embarazo, IVE en diciembre de 2020. Y luego, su posterior promulgación el 14 de enero de 2021, de la que se cumplen 2 años.
El camino fue intenso, activo y con muchísimo debate hacia afuera y hacia adentro de los distintos colectivos. Nos dimos diferentes estrategias, como conformar la Campaña Nacional por el aborto. Espacio que nucleaba a distintas organizaciones feministas, y del que Juntas y a la Izquierda y el MST – FIT Unidad, es parte desde hace muchos años.
Una pelea que dimos también de diferentes formas, con movilizaciones, permanencias, agitaciones, petitorios y la presentación de un proyecto de ley. Una pelea que dimos y que, aún la promulgación de la IVE, debemos seguir defendiendo. De hecho, hace unas semanas tuvimos que salir a exigir que liberaran a unas compañeras socorristas de Córdoba, presas por asistir una interrupción.
Nada está garantizado bajo este sistema
Sin embargo, todas las acciones llevadas adelante desde que en 2008 se presentara el proyecto de ley, elaborado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, fueron alimentando el ascenso colosal que eclosionó en 2018. Y que sostiene la llama verde, que moviliza cuando hay que salir a exigir su cumplimiento.
En su momento, el anuncio de su tratamiento en la apertura de la sesión ordinaria del Congreso en el año 2018, por parte del mismísimo Macri generó sorpresa y enojos a ambos lados del establishment. ¿Por qué daba ese anuncio…?
El año anterior había sido fatal para este bailarín de los globos amarillos, cuando intentó y no logró meter las medidas exigidas por el FMI y demás organismos internacionales. Como la reforma jubilatoria, mientras una plaza Congreso se agitaba de militantes de izquierda que no se retiraban para frenar el tratamiento y aprobación de leyes nefastas de previsional y de reforma laboral. De un lado, los cascos, escudos y palos de las fuerzas de seguridad, del otro enormes banderones rojos. Por la noche, un cacerolazo espontáneo de las y los vecinos de la ciudad.
Muchos opinan que el anuncio en 2018 del tratamiento del proyecto de ley de la IVE era el empujoncito oportunista para sostener el gobierno macrista, pero respondía también a una marea feminista mundial que, en nuestro país, leudaron las energías para ganar.
Las calles del país se poblaron de verde
Verde en los pañuelos, en los cabellos, en las ropas, las medias, la bijouteri, el maquillaje. Verde y gliter, los símbolos de las pibas. La masividad por esta pelea permitió que se desenmascaren las y los retrógrados de la política, de los medios de comunicación, del espectáculo.
Blanco sobre negro, las opiniones develaron hacia el conjunto de la población el nivel de conservadurismo de funcionarios, diputados, senadores. La batalla del 14 de junio a la noche fue histórica. Más de un millón de mujeres y disidencias presionamos hasta que logramos la media sanción. A partir de aquí una disputa tremenda se lanzó a rodar.
En el Senado, abundan los poderes provinciales, donde la iglesia es parte de la casta privilegiada con mayor peso. Además, la dirección de la Campaña Nacional relajó su firmeza, dejando la movilización y las calles por el cabildeo y las negociaciones por arriba. Finalmente en los primeros días de agosto DE 2018, la ley fue rechazada en Senadores.
En el 2019, como año electoral, se hicieron promesas. Pero no sería hasta el año 2020 para que tuviésemos posibilidades de aprobación de la ley de IVE. El poder Ejecutivo, ya a cargo de un Alberto Fernández endeble por el ingreso de la pandemia, presentó una propuesta alternativa, de consenso con los sectores retrógrados de la política y del establishment.
Las mujeres y disidencias seguimos en las calles exigiendo que no se cambiase “ni una coma” del proyecto original, sin embargo fue ése y con más alteraciones, el que ingresó al recinto y obtuvo la media sanción en diciembre del 2020.
La funesta “objeción de conciencia” como un guiño a la iglesia y a los sectores retrógrados, fue la moneda de cambio para que, a finales de ese aquel diciembre de 2020, los senadores le dieran la sanción definitiva. Entonces advertimos, desde Juntas y a la Izquierda-MT, que esa “concesión” a los sectores más retrógrados, pondría en riesgo su aplicación, buscando trabarla a cada paso.
IVE: A 2 años de promulgada, seguimos luchando por su efectiva aplicación
A dos años de su sanción, felices por todas las batallas dadas, los años de lucha de todo el movimiento feminista dieron fruto. Sabemos que bajar los brazos no es posible con estos gobiernos, que negocian limitaciones de los derechos o pretenden después restringirlos o anularlos.
Como pasa en muchos países, con ley sobre el aborto que por nuevas normativas, pretenden hacer retroceder este derecho. Solo la movilización garantiza defender su aplicación, y a su vez prevenir cualquier recorte que pretenda limitar nuestro derecho sobre nuestros cuerpos.
Como siempre decimos, estas leyes que amplían derechos, como las de matrimonio igualitario, la educación sexual integral, el cupo laboral trans, son el producto de la organización, del debate y la movilización en las calles por más que los gobiernos, con sus banderas políticas, quieran apropiarse.
Por eso, de manera consecuente seguimos siendo las guardianas de su aplicación, en defensa de la libertad de elegir, en defensa de la maternidad deseada. En defensa de la soberanía de nuestros cuerpos.