viernes, 6 junio 2025 - 11:04

A 50 años del “Rodrigazo”. Las Coordinadoras y las luchas obreras que hicieron temblar a Isabel Perón

Este 4 de junio se cumplen 50 años de los anuncios del brutal ajuste del ministro de Economía de Isabel Perón, Celestino Rodrigo y la gran huelga general y movilización que tiraron abajo el plan.


El “Rodrigazo” fue un brutal plan de ajuste impulsado por el gobierno peronista en 1975, que significaba una devaluación del peso, un aumento de los servicios públicos, transporte y combustible hasta el 180%, topes a los aumentos salariales y las paritarias y una inflación que pasó del 24% en 1974 al 182% en 1975. Y tuvo como respuesta una gran huelga general con movilizacion que se arrancó a la CGT y provocaron la caída del ministro de Economía Rodrigo y de López Rega.

La historia “oficial” no desarrolla mucho está gesta obrera contra un gobierno del PJ que hambreaba a los trabajadores y ya hacía mucho tiempo que la Triple A y las fuerzas de seguridad, perseguían y asesinaban a luchadores de izquierda, clasistas y de la izquierda peronista. Y lo poco que se conoce, ubica al paro general convocado por la CGT como un factor determinante del “Rodrigazo”. Pero poco y nada se conoce y se difunde sobre el rol de las Coordinadoras, agrupamientos sindicales del clasismo que tenían mucho peso en la zona norte, zona oeste y sur del Gran Bs As y en Capital se las conocía como Interlineas. Esas Coordinadoras que meses antes habían sido fundamentales en procesos de luchas en Villa Constitución, en Córdoba, Tucumán y otras provincias. Las Coordinadoras canalizaron la bronca contra el Rodrigazo y ante una CGT que no hacía nada, realizaron una enorme movilización el 27 de junio desde la fabrica FORD en Pacheco hasta FANACOA en Villa Adelina, marchando miles de obreros por la Panamericana. Y el 28 de junio se reunieron todas las Coordinadoras y convocaron una marcha a Plaza de Mayo para el 3 de julio. Esto obligó a la CGT a convocar un paro general para el 7 y 8 de julio. Decenas de miles de trabajadores en las calles sepultaron para siempre el “Plan Rodrigo” y el mismo 8/6 renuncia Rodrigo y López Rega se va del país.

En este aniversario del “Rodrigazo”, desde Periodismo de Izquierda entrevistamos a Luis Manevy, también conocido como Agustín, Cholo y otros nombres, un militante histórico de nuestra corriente, que fue parte del clasismo, impulsor de las Coordinadoras y que un año antes del “Rodrigazo “, fue uno de los representantes del PST (Partido Socialista de los Trabajadores) en uno de los grandes plenarios del clasismo en Villa Constitución. Luis Manevy ingresó a la corriente morenista en el año 1968, al PRT. Era obrero metalúrgico de la fábrica AVAN en Villa Martelli, zona norte del GBA. Después fue obrero gráfico y dirigente sindical en la combativa Editorial Abril. Volvió a ser metalúrgico en Calefones Heineken y después delegado general en Standard Eléctric, en el cordón industrial de Béccar, San Isidro.
Militó durante muchos meses en el local de Béccar del PST. La Triple A y las fuerzas de seguridad y la burocracia sindical se ensañaron con el PST en la zona norte. En Béccar estaba ubicada la metalúrgica Del Carlo, dirigida por el militante del PST, Arturo Apaza, que fue secuestrado por la dictadura militar junto a una parte de la Comisión Interna.


El local de Béccar sufrió seis atentados con bombas y en el último, lo hicieron desaparecer. No quedó nada. Luis Manevy trabajó y militó codo a codo con Arturo Apaza y fue integrante de la Coordinadora de la zona norte. Hoy es militante del MST en el FIT Unidad.

CM: Luis, ¿como era el trabajo y la actividad en el local de Béccar y en Del Carlo, antes del Rodrigazo?

La grandes movilizaciones de obreros y estudiantes que culminan con el Cordobazo hieren de muerte el plan de Ongania de gobernar veinte años y la burguesía impone con el general Lanusse una salida electoral para desviar ese ascenso convocando al radicalismo y el peronismo. Es Perón la clave de esa salida y junto con Balbin llaman al Gran Acuerdo Nacional, GAN.


En 1972 el Congreso del PRT caracteriza que se abre una oportunidad política para aprovechar las elecciones para llegar a la vanguardia obrera con una propuesta política y construir nuestro partido como parte de ella. Asi que nos lanzamos a afiliar con el nombre de Partido Socialista de los Trabajadores.


Permitanme contarles que toda la izquierda argentina (Vanguardia Comunista y el Partido Comunista Revolucionario que eran maoístas, el PC, el PO, el ERP ) opinaban que se venía una dictadura más feroz.


Ya con la legalidad conseguida, vamos a abrir tres locales en la zona norte de Buenos Aires que era la geografía de cientos de fábricas. Uno en Munro, otro en Pacheco y el tercero en Béccar. Este era un hermoso chalet y para pagar los gastos nos mudamos otro compañero y yo –ya que mi trabajo en Stándar Electric quedaba a doce cuadras-.


En el 72 me eligen delegado general del departamento de cables que tenía mil compañeros (la fábrica en total eramos siete mil).
El partido va a las elecciones con la propuesta de un Polo Obrero y Socialista y eso nos permite tener contactos y captar obreros en decenas de fábricas. Y en Stándar sacamos cuatro delegados y llegamos a repartir 150 periódicos de Avanzada Socialista.
Así que el local de Béccar se abre con nuestro equipo y otro de la juventud secundaria que eran todos pibes de escuelas técnicas. En la campaña captamos compañeros en FATE y en metalúrgicos.


Apaza era un contacto que estaba haciendo la carrera de soldador en una escuela de soldadores que tenia Astilleros Astarsa.
Ellos habían ganado la licitación para hacer tanques para el ejército y los soldadores tenían que ser muy calificados. Yo me iba los domingos a su casa para leer juntos el periódico. Vivía en una casa muy precaria en un descampado de Pacheco. Cuando terminó el curso entró a trabajar en Del Carlo –que era autopartista- a diez cuadra del local de de Béccar asi que se integró allí.

Hay un proceso en todo el movimiento obrero cuya vanguardia era metalúrgicos contra la burocracia que se plasma en las elecciones de delegados y comisiones internas. Apaza organiza a los activistas y en las elecciones de delegados aplastan a la burocracia. La patronal junto con el sindicato despiden al nuevo cuerpo de delegados, que entra de prepo a la fábrica y hacen una asamblea donde se decide tomar la fábrica, encerrando a los dos hermanos Delcarlo y su gerente.


Rápidamente desde el local de Beccar impulsamos la solidaridad y en la puerta de la fabrica llegaban delegaciones obreras llevando comida, grupos de escuelas secundarias y de la universidad, viene la JUP y centros de estudiantes. Yo escribía los volantes que discutíamos con la comisión sindical del PST y los imprimíamos en mimeógrafo para tener al tanto al movimiento solidario.
Un jueves se va la policía provincial y aparece la Gendarmería que da una hora para desalojar. Una asamblea decide resistir y trasladan a los dueños a una cabina de vidrio en la planta y la rodean con tanques de combustible.


Dejan entrar al responsable de Gendarmería para que vea todo. Quince minutos después, Lorenzo Miguel, que era dirigente de la UOM, pide hablar con Apaza y después con los dueños, que aceptan todo el pliego que exigían los obreros.


Arturo Apaza era salteño, con esa tonada tranquila que tienen en el norte y muy pero muy inteligente. Recuerdo que lo llevaron a una escuela de cuadros y sorprendió en el tema de lógica dialéctica que a todos nos costaba. No era solo un dirigente sindical, era un cuadro político con capacidad de análisis y de construir el partido. Se transformó en referente sindical y político en todo el gremio.
En 1974 la situación para nosotros comienza a cambiar. Es evidente que para la burocracia y la derecha peronista somos un enemigo molesto. Los primeros cinco atentados al local fuero “caños”, es decir bombas en la puerta o las ventanas que reventaban los vidrios. Igual yo dormía con el revólver debajo de la almohada. Cuando fue el sexto atentado, yo estaba trabajando de noche cuando entraron y pusieron el explosivo suficiente para dejar solo dos paredes en pie. Esto fue a fines de abril del 74. Veinte días después asesinan al Indio Fernández y un mes después es el asalto y asesinato de compañeros en Pacheco.

CM: ¿Qué política y que propuestas tuvo el PST en esos momentos?

Quiero referirme brevemente a la propuesta que le hicimos públicamente a todas las organizaciones que trajeron su solidaridad en el sentido de agrupar a todas las organizaciones de izquierda y clasistas en organizar una autodefensa en común, pero no tuvimos eco.
Muchas reuniones de equipos de fábrica pasaron a ser clandestinas pero nuestra influencia, en frente único con la JTP y el Peronismo de Base crecía en las fábricas.

El clasismo había logrado un triunfo colosal en Villa Constitución donde la lista Marrón de Piccinini se impone a la burocracia de la UOM. En Córdoba estaba el SMATA dirigido por Salamanca y Luz y Fuerza por Tosco. En Jujuy el Ingenio Ledesma tiene una dirección clasista a la cabeza.


Se llama a hacer un plenario en Villa Constitución para defender ese triunfo y viajan centenares de delegados, muchos con mandatos de fábrica para participar. El PST va con una propuesta clara: Que esos dirigentes y sus organizaciones de base llamen a la conformación de una Coordinadora Nacional que nos permita luchar en forma más potente contra la burocracia y el gobierno. Política Obrera sostenía una posición similar. Un compañero de PO que era dirigente de una fábrica de pintura en Munro, es asesinado poco después por la Triple A.
Desde el PST fuimos de muchos lugares, y tuvimos cuatro oradores en ese plenario. El último de ellos fui yo.


Los sectores de la guerrilla y la izquierda peronista nos interrumpen gritando “No rompan más las bolas, con la Coordinadora”. Lamentablemente, ninguno de los otros dirigentes se pronunció por esta propuesta. En mi intervención plantee que ya había una coordinadora funcionando, que estaba integrada por el gobierno de Perón, su ministerio de trabajo y la burocracia y que el reloj lo tenían ellos. Lamentablemente, en marzo del 75 lo hacen y después de cincuenta días de lucha Villa es derrotada.

Pero en la provincia de Buenos aires, apoyados de una extraordinaria camada de activistas, las Coordinadoras avanzan, se desarrollan y apoyan todas las luchas. Ya los atentados y asesinatos de activistas son cosa corriente.

Creo que fue un acierto político muy grande la propuesta del partido de la coordinación, porque daba respuesta a la dinámica de las luchas y las fortalecía. Además nos permitía el diálogo político con lo mejor de la vanguardia. Sin el golpe, yo creo que terminábamos ganando para el partido a una parte importante de esa vanguardia obrera.

CM: ¿Cómo fue el Rodrigazo y como fue la reacción de los trabajadores?

Antes de entrar en el tema déjame decir que el famoso relato peronista sobre las bondades de sus logros nunca menciona el tercer gobierno de Perón/Isabelita en detalle. Así no necesitan explicar los asesinatos de la Triple A y tampoco mencionar la primera huelga general que le hacen los obreros peronistas a un gobierno peronista.

Con una crisis económica muy grande, Isabel pone frente al ministerio de economía a un tal Celestino Rodrigo, que cuenta con el apoyo de López Rega, el conductor de las bandas fascistas. El 4 de junio anuncia una devaluación del 180 º/º , subas en la luz, el gas y los pasajes del 150%, y que las paritarias en discusión no podían firmar por más que un 30%.

Los alimentos se disparan y el pan sube en días un 200%. En las zonas industriales de Buenos Aires esa propuesta que llevamos a Villa, de formar Coordinadoras, se había concretado en Astarsa, Corni, Cormasa, Del Carlo, Tensa, Lozadur y varias decenas más que comienzan a reunirse y a apoyarse mutuamente. La JTP y el PST son las principales impulsoras. Nuestros compañeros están al frente de proponer que todo sea con asambleas de fabrica.

La reacción obrera no se hace esperar. El día 6 salen los obreros de Ford a la Panamericana, en Córdoba salen a la calle las fábricas de SMATA, en Santa Fe también. Las Coordinadoras comienzan a crecer día a día, construyendo una dirección para luchar ante la parálisis y desconcierto de la burocracia de la CGT. Se calcula que llegan a funcionar en las distintas zonas más de ciento veinte fábricas con más de ciento cuarenta mil obreros organizados. En La Plata 20.000 obreros marchan a la sede de la CGT a exigir la huelga general.
En Córdoba organizan una huelga general regional el día 12 y en Santa Fe los metalúrgicos marchan hasta la sede de la UOM para echar a sus dirigentes.


Otra vez la FORD, junto con fábricas metalúrgicas marchan hasta la CGT. Uno de los oradores será Arturo Apaza. El 27/6 a la madrugada el gobierno anuncia que se suspenden las paritarias y la CGT llama a la huelga. Las Coordinadoras se suman. Se habla que los obreros que llegan a Plaza de Mayo y se van turnando hasta media tarde superaron los 250.000.


El país está paralizado pero el gobierno se niega a aflojar. El 3 de julio se suman los bancarios y los medios de transporte coordinan sus servicios en función de las movilizaciones. La burocracia contra las cuerdas llama a la huelga general para el 7 y 8 de julio. El gobierno tiene que ceder a todos los reclamos y sacar a Rodrigo y a López Rega.


La burguesía saca la conclusión que el peronismo fracasó en la tarea de terminar con las luchas obreras que se iniciaron en el Cordobazo y comienza a planear el golpe. Las Coordinadoras se debilitan en parte porque los Montos sacan a los mejores cuadros obreros de las fábricas para llevarlos a la lucha militar y en parte porque las AAA pegan un salto en su política de asesinar militantes y dirigentes sindicales de izquierda y de la JTP y las condiciones para funcionar se hacen cada vez más difíciles.

CM: ¿Qué conclusiones y enseñanzas te parecen útiles para las nuevas generaciones de luchadores que hoy enfrentan al gobierno de Milei?

Recuerdo que vino a nuestro local central del PST el compañero Piccinini y en un momento de la conversación dijo “para que necesito un partido si tengo el sindicato”. Salamanca que era un gran dirigente no aceptó ser candidato de la clase obrera en las elecciones de 73 en Córdoba, porque él dirigía un sindicato. No lo traté a Tosco pero tampoco proponía a los trabajadores la independencia política y él también rechazó la propuesta del PST de la fórmula Tosco/Jaime para las elecciones del 73.


Y ese sindicalismo, esa incomprensión de entender que todo conflicto entre clases es político, y que hacía falta una organización política de nuestra clase los desarmó para la etapa que abrió el gobierno de Isabel/López Rega.

La segunda cuestión fue la guerrilla. Ganaron centenares de unos inmensos luchadores pero ellos no confiaban en la clase obrera y sus metódos de lucha. Y fíjense: cuando los de la Triple A nos comienzan a asesinar, sacan los cuadros obreros con entrenamiento militar de las fábricas en vez de organizar la defensa física y política de esos delegados.


Hoy, con la crisis política del peronismo se abre la posibilidad de que seamos nosotros los interlocutores de esa vanguardia. Por eso tenemos que ser fanáticos de construirnos en la clase obrera, de llegar a sus trabajos, de hacernos obreros.


Lo que tenemos que tener presente para hoy es que cualquier lucha decisiva contra este gobierno tiene que tener a la clase obrera como principal protagonista. Y que hoy más que nunca el que la base decida y se organice como quiera, discutiendo y decidiendo. Y también con toda paciencia proponer que las luchas se coordinen sin inventar nosotros sellos, como les gusta a algunas sectas.


Voy a usar un término futbolero. No hay partidos para campeonar pero hay buenos entrenamientos. En Misiones el año pasado los docentes y policías autoconvocados, los jubilados todos los miércoles, la semana pasada los miles de docentes autoconvocados en Catamarca doblándole el brazo a Jalil, la lucha de Tierra del Fuego, los choferes y ahora el equipo de salud del Garrahan.
Esto tenemos que impulsarlo con todo, llevando nuestro programa para cada lucha.

Entrevistó. Carlos Maradona

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