miércoles, 18 diciembre 2024 - 16:58

A 19 años de la Masacre de Avellaneda. Arde la memoria

Este 26 de junio se cumplen 19 años de la brutal represión que se cobró la vida de dos jóvenes militantes: Darío Santillán (21) y Maximiliano Kosteki (22). Ante un nuevo aniversario, desde Periodismo de Izquierda escribimos porque es preciso mantener la memoria viva y porque seguimos exigiendo que se haga justicia y se castigue a los responsables políticos de la masacre del Puente Pueyrredón.

 ¿Qué pasó el 26 de junio?

Tras  meses del Argentinazo, estallido social que provocó la caída de De la Rúa y posteriormente el cambio en menos de dos semanas de cinco presidentes; en medio de un país en profunda crisis,se organizaban asambleas, coordinadoras en los parques, para discutir un programa de salida; se manifestaba el repudio, la necesidad de organizarse, de terminar con el modelo instaurado por Menem, De la Rúa y todos los que vinieron después.

Enmarcados en ese contexto, el 26 de junio de 2002 miles de desocupadxs, movimientos piqueteros y organizaciones sociales se movilizaban al Puente Pueyrredón, reclamaban por aumento en los planes sociales, por trabajo, salud, educación y vivienda para miles de familias. Herederxs del “que se vayan todos”, luchaban por otro modelo de país. Durante aquella jornada el gobierno de Eduardo Duhalde dió la orden de reprimir y garantizar el “orden”, generando una terrible masacre, dejando como resultado decenas de heridos de bala de plomo y el asesinato a sangre fría de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki.

Sobre los hechos sucedidos, dialogamos con Vilma Ripoll (en ese momento legisladora de la ciudad de Buenos Aires), quien recuerda: “Yo estaba en la legislatura, en ese tiempo fui diputada y estuve en todos esos hechos, pero además me avisan que la policía no sólo estaba tirando en todos lados, sino que además habían ido a tirar al hospital Fiorito de Avellaneda. Entonces salí de la legislatura con Pablo, un compañero, nos fuimos para ahí y resulta que nos vienen a avisar que adentro del local del PC había heridos y detenidos por la cana en el patio del local, que quedaba ahí en la zona del hospital de Avellaneda. Entonces fuimos y apretamos, golpeamos la puerta, en ese momento nos tiraron y Pablo me empujó… y la bala pegó en el árbol al lado de donde estábamos, porque los tipos andaban en camionetas tirando”.

Con la movilización, en 2006 se logró que se condenara a los principales autores materiales de los asesinatos de Kosteki y Santillán, el ex comisario Franchiotti y el ex cabo Acosta. No obstante, la causa penal que involucraba a los responsables políticos de dar las órdenes para el despliegue del operativo conjunto de la Policía Bonaerense, la Federal, la Prefectura y la Gendarmería, nunca prosperó.

 “Olvídalo y volverá por más”

Durante la presidencia de Néstor Kirchner se hicieron promesas de que se investigaría y procesaría a los responsables de la Masacre de Avellaneda, lo cual quedó en simples promesas. ¿Razones de la impunidad? La decisión de Duhalde de reprimir violentamente no fue una medida de locos, ni improvisada, fue guiada por la necesidad de garantizar el modelo político y social, un intento de recuperar el control en medio de un país cruzado por movilizaciones. Semanas antes, Duhalde había declarado en televisión que: “Así no se puede gobernar. O gobiernan las asambleas o gobierno yo”. La represión fue el intento de cortar todo ese proceso de movilización y auto organización nacido al calor del Argentinazo. Era un reclamo de toda la burguesía y toda la casta política. Debido a ello, ni Duhalde ni ninguno de los máximos responsables de aquel entonces han tenido que pisar un tribunal para rendir cuentas. Es una impunidad de clase.

Cabe recordar que además de “el cabezón”, hubo otros funcionarios responsables que hasta el día de hoy ocupan cargos en el gobierno; basta recordar a Aníbal Fernández, en ese momento secretario general de la presidencia (hoy interventor de YCRT); Felipé Solá, quien era gobernador de la provincia de Buenos Aires (actual Canciller); Juanjo Álvarez, en ese momento secretario de seguridad, entre otros, quienes abonaban la teoría de que “fue una interna de piqueteros” “se mataron entre ellos”, y también titulares como el de Clarín: “la crisis causó 2 nuevas muertes” . Sin embargo, la aparición de fotos y filmaciones mostrando los asesinatos a manos de la policía, desarmaron las teorías de “un ajuste de cuenta entre piqueteros” y provocaron una enorme  respuesta popular que obligó a Duhalde a adelantar las elecciones y renunciar a su plan de quedarse mucho tiempo en la presidencia.

Han pasado 19 años de aquella cruenta represión, 19 años en los que se sucedieron 12 años de Kirchnerismo, 4 años en el poder del Macrismo, transcurrimos el segundo año bajo el gobierno de los Fernández y tristemente los métodos de la burguesía y los partidos patronales, de los señores del poder, no han cambiado. En los últimos años nos encontramos con represiones para acallar procesos de lucha, como sucedió en las jornadas del 14 y 18 de diciembre de 2017 o en el desalojo de Guernica en octubre de 2020, por dar dos ejemplos, y compañeros asesinados a manos de las fuerzas represivas: Santiago Maldonado, Rafael Nahuel, Facundo Castro y Luis Espinoza. Lo cual demuestra el papel fundamental que juegan las fuerzas armadas para garantizar el status quo y los intereses del 1%, tanto así que durante el mandato presidencial de la actual vicepresidenta Cristina Fernández se forjó y aprobó la Ley Antiterrorista, quedando a disposición de todos los gobiernos que la sucedieran.

La lucha como bandera

En los momentos más oscuros de la historia del país incluso, hemos sostenido la importancia de la movilización. Y en la sucesión de hechos en los que enmarcamos la nota no fue diferente. De aquellos años recuerda Vilma: “Nosotros, el MST, pronosticamos que se acercaba un estallido,  tanto es así que la tapa de nuestro  periódico en la semana previa era “se viene el estallido”, que quería decir que estábamos en esa situación; pronosticamos y acompañamos el estallido. Planteando las mismas salidas que ahora: el no pago a la deuda, que les devuelvan la plata a los ahorristas, aumento de salario, trabajo, contra los despidos y también proponiendo que tenían que gobernar los trabajadores, las asambleas y la izquierda… y no era sólo escrito, nosotros acompañábamos en la calle el estallido. Y la verdad que fue un orgullo del partido haber salido a enfrentar el Estado de Sitio que puso el gobierno de De la Rúa a las 5 de la tarde del  19 de diciembre del 2001, donde durante toda la tarde estuvimos recorriendo y resistiendo en la calle porque salieron con las fuerzas represivas que después terminaron matando una cantidad de compañeros en la Avenida de Mayo hasta la 9 de Julio… Nosotros seguimos con esa política y planteamos siempre una salida alternativa”.

Actualmente nos encontramos en un contexto particular, atravesados por una situación de pandemia por Covid-19, en donde desde el gobierno y los grandes medios de comunicación se cuestiona a quienes nos movilizamos contra el ajuste, los despidos, la pobreza, en contra de la represión; pero nada dicen de que en esta pandemia siguen ganando los mismos de siempre mientras millones se hunden en la pobreza.

El MST en el FIT UNIDAD, hoy en el Puente Pueyrredón en el acto a 19 años del asesinato de Darío Y Maxi

Durante la amena charla, Vilma nos marca la importancia de las decisiones políticas en todo contexto, nos dice que otro hubiese sido el curso de la “crisis sanitaria” si se aplicaban medidas más eficaces, como las que planteamos desde el MST (testeos masivos, resguardo de los contagiados, unificación del sistema de salud, la producción de vacunas expropiando los lugares que ya habían empezado a producir, por mencionar algunas). Asimismo le consultamos si es posible hablar de similitudes entre el 2001 y la actualidad: “Creemos que la profundidad de la crisis, el aumento de la pobreza, la respuesta represiva, la complicidad de los políticos tradicionales, el desastre salarial más la complicidad de la burocracia, todos son hechos que acercan a una situación como la del 2001 mucho, cada vez más quizás. Por ejemplo, ahora le acaban de negar lo que pidieron a los desocupados que se movilizaron el viernes pasado, que fueron decenas de miles, diciéndoles que no pueden poner un IFE y el funcionario que se los niega es el mismo que había sido dirigente piquetero (…) ahora intentan llevar todo hacia el camino de las elecciones pero uno nunca sabe en esta situación pre-revolucionaria latinoamericana si cualquier gesto de estos no los vuelve a poner en un 2001 en la calle.”

Desde el MST en el FIT Unidad sabemos que sólo con la organización y movilización vamos a lograr justicia y que nuestro lugar está en la calle, poniendo el cuerpo, luchando por construir un modelo más justo, al servicio de los trabajadores y el pueblo, un mundo por el cual también peleaban Darío y Maxi. Fieles a nuestra tradición y moral, no claudicaremos como lo hicieron muchas organizaciones que levantan banderas con las caras de los compañeros caídos y paradójicamente integran espacios políticos  en donde se enfilan Solá y Aníbal Fernández. Y es por eso que como cada año seguiremos alzando la voz, reclamando por cárcel común para los responsables políticos de sus asesinatos, por una justicia verdadera y seguiremos en las calles peleando por hacer posible lo necesario.

Susana Arias

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