El 20 de octubre de 2010 Mariano salió por la mañana de su casa en Avellaneda para llevar adelante una acción en esa estación, donde junto a sus compañeros realizarían una medida de lucha para denunciar la precarización sostenida por Ferrocarriles Argentinos exigiendo el pase a planta permanente. Era uno de nosotros, joven, precarizado, militante, estudiaba y militaba en el Partido Obrero en el CBC de la Universidad de Buenos Aires en la sede Avellaneda. Con esa convicción resistió, cuando a momentos de comenzar el corte de vías, la patota de la burocracia de Pedraza con uniforme de la empresa empezó a atacar con armas de fuego a los activistas, hasta que Mariano Ferreyra cayó fallecido en Barracas. La bronca no se hizo esperar, el repudio comenzó con un corte esa misma tarde en Corrientes y Callao, y posteriormente se dio una movilización hacia la estación de Constitución.
La base de la corrupción: burocracia sindical, patronales y poder político
José Pedraza, quien desde 1985 se enquistó en la dirección de la Unión Ferroviaria como cabeza de la burocracia sindical, dio la orden de reprimir la movilización donde fue asesinado Mariano Ferreyra y heridos más manifestantes. La patota sindical apretó el gatillo, la policía liberó la zona, los empresarios y el poder político intentaron encubrir a Pedraza. Al día siguiente, 21 de octubre, miles de trabajadores y estudiantes copamos la Plaza de Mayo exigiendo justicia. La lucha de este movimiento permitió avanzar en las investigaciones y fue eje fundamental para mostrar la conexión corrupta entre la burocracia sindical, los empresarios y el gobierno de CFK.
La Unión Ferroviaria venía sosteniendo y encubriendo los procesos de precarización y privatización del Menemismo, durante décadas junto a las patronales crearon cooperativas para generar ganancias a costa de los tercerizados. Durante los gobiernos kirchneristas la burocracia se sostuvo a partir de subsidios que entregaba el Ministerio de Trabajo y la Secretaria de Transporte. Todo este entramado se ponía en evidencia, y la triada gobierno, patronales y burocracia sindical estaba en una situación incómoda gracias a la lucha de los trabajadores.
El 22 de abril de 2013 fueron condenados Cristian Favale, Gabriel “El Payaso” Sánchez y el jefe sindical de la línea Roca Pablo Díaz como autores materiales del crimen a 18 años de prisión, José Pedraza y Juan Carlos “El Gallego” Fernández de la Unión Ferroviaria fueron condenados a 15 años de cárcel como autores intelectuales del asesinato, lejos de la necesaria perpetua. A la vez Tomada, en ese momento Ministro de Trabajo y participe de conversaciones con Pedraza que fueron pruebas del proceso, pero la justicia desestimó, fue un nuevo ejemplo del poder político impune.
La lucha por justicia continua
En tiempos donde Felipe Solá y Aníbal Fernández son parte del actual gobierno del Frente de Todos y no son enjuiciados por la muerte de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, donde Bullrich y la gendarmería no han sido juzgadas por el asesinato de Santiago Maldonado, y más recientemente, donde el gobierno de Alberto Fernández junto a Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires, encubren y protegen al facho de Berni, quien como Ministro de Seguridad bonaerense, es responsable de la muerte de Facundo Astudillo Castro, debemos volver al camino de lucha que logro el juicio y castigo contra José Pedraza, pues desde la lucha de las madres de plaza de mayo hasta hoy, queda demostrado que solo la organización y la movilización lograrán justicia.
10 años después sigue vigente la lucha de ese entonces en contra de la precarización laboral y por los puestos de trabajo, porque la desocupación alcanza el 13% y la subocupación (trabajos mal pagos de menos de 35 horas a la semana) alcanza el 19%, las paritarias se encuentran congeladas y la inflación licúa el salario cada vez más insuficiente. Mientras el gobierno de Alberto Fernández prioriza la deuda externa fraudulenta y el extractivismo, el MST en el Frente de Izquierda Unidad, sigue por el camino de la lucha obrera y socialista. Por eso desde la Juventud Socialista, creemos que el mejor homenaje a nuestros compañeros caídos y hoy, en especial a Mariano, es continuar en esta lucha por construir una juventud dispuesta a dar vuelta todo. Una juventud revolucionaria, ligada a la clase obrera, con un proyecto de vida ligado a librar este mundo “de todo mal y opresión”, firmes en la convicción de construir un Partido, poniendo el cuerpo a la revolución permanente, con un profundo internacionalismo. Porque impulsamos a la juventud como aliada de los trabajadores para motorizar los cambios y porque hoy reivindicamos a la juventud políticamente incorrecta para el sistema, que no milita pensando en “su” futuro, piensa en el de todos y que vive en cada lucha contra el capital.
Jeanette Cisneros y Lorena Perdomo Moreno.