Esta película basada en los hechos ocurridos en octubre de 1968 se estrenó en la plataforma de streaming Netflix el 16 de octubre del año pasado.
La misma comienza ubicándonos en el año de 1968, en el momento donde se desarrollaba la Convención Demócrata para elegir al próximo candidato a presidente. Estados Unidos atravesaba la guerra quizás más repudiada de su historia, la de Vietnam. Distintas organizaciones se movilizaban diariamente para oponerse a la misma.
Durante los días en que se desarrolló la Convención, los pedidos para la realización de marchas y actos por parte de agrupaciones fueron negadas, una a una, por los funcionarios a cargo. Entre policías y tropas federales, quince mil hombres armados sitiaron la ciudad en choque con los manifestantes que sin los “permisos” decidieron manifestarse de igual manera.
Posteriormente la administración demócrata decidió no juzgar a nadie por los disturbios considerando que las revueltas se produjeron por la represión policial. Sin embargo, con el nuevo gobierno esto cambió.
¿Qué pasa cuando asume el nuevo gobierno?
Con la nueva asunción y para demostrar diferenciación con el gobierno anterior, deciden comenzar un juicio hacia los 7 líderes de las protestas contra la guerra que se produjeron en los días que transcurrió la Convención. Los cargos que les atribuyeron eran conspiración y provocación de disturbios.
Los acusados, desde el inicio del juicio entendieron que el mismo tenía claras intencionalidades políticas, evidenciaba una represalia a las protestas. De esta manera, pudieron posicionarse una vez más como portavoces de lo que sucedía en las calles de Chicago mientras los acusaban injustamente. Esto, les valió varios cargos por desacato al juez que tuvieron que enfrentar luego de ser absueltos.
La demostración de que fue la policía la que inició la represión fue un logro de la lucha de estos 7 acusados junto a sus organizaciones, que les permitió obtener la absolución y ser considerados desde el inicio como socialmente inocentes ante los ojos de todo Chicago, incluso de todo el país.
Desde el comienzo hasta el final de la película, la sensación de ser partícipe de la misma logra que les espectadores hagan carne propia lo que se vivía en esos tiempos. No solo el repudio hacia la guerra y las movilizaciones, sino también las distintas formas de organización de la época. Y al comenzar el juicio se llega hasta a odiar al juez, quien no solo impide la defensa a los acusados, sino que hace volar cargos de desacato a todo aquel que intente hablar o diga algo que no le guste.
La historia real
Mientras la película nos lleva por un contexto de intrigas y denuncia, la historia real es mucho más rica. Los 7 acusados en realidad no habían sido elegidos al azar, sino que el gobierno buscaba de alguna manera amedrentar a los movimientos juveniles que se alzaron durante la década de los 60 en Estados Unidos. Desde los pacifistas que reclamaban el final de la Guerra de Vietnam, hasta los movimientos sociales afroamericanos que luchaban por sus derechos y la igualdad, en un amplio espectro donde la contracultura hippie y antifascista tenían un rol central. El gobierno conservador de Richard Nixon intentó utilizar el juicio como herramienta de disuasión para aplastar a los movimientos de masas que surgieron en los 60; pero no solo no logró su cometido, provocando aún más manifestaciones en su contra, sino que dos años después, con el establishment y la opinión pública en contra, renunciaría a su cargo, luego del escándalo de Watergate. El juicio a los 7, no fue el final de una etapa de rebelión juvenil, sino que fue un hito más en la lucha de la clase obrera norteamericana.
Iara Saldungaray