Censo Nacional Docente. Un censo a espaldas de la docencia y ¿al servicio de quién?

El ReNPE 2025 (Relevamiento Nacional de Personal Educativo) se ha puesto en marcha desde el 3 de noviembre, a cargo de la Secretaría de Educación de la Nación, dependiente del Ministerio de Capital Humano. El mismo se lleva a cabo en todos los establecimientos educativos oficiales no universitarios, abarcando todas las modalidades, desde el nivel inicial hasta superior, tanto de gestión pública como privada de todo el país. Tiene carácter obligatorio para todo el personal docente y no docente, pudiéndolo realizar hasta el 31 de noviembre a través de un formulario disponible en Mi Argentina o en el sitio web del ReNPE.

Este relevamiento se propone ser el sucesor de los anteriormente realizados en 1994, 2004 y 2014, aunque las limitaciones metodológicas de entonces y una ausencia de políticas educativas integrales estancaron el procesamiento de datos en publicaciones de informes preliminares. Sin embargo, el nuevo relevamiento se plantea llegar a más de 1.200.000 trabajadoras y trabajadores de la educación, signados por salarios de pobreza y condiciones laborales cada vez más angustiantes. A medida que se difunde su implementación, va despertando dudas y críticas de diferentes sectores, dentro de los cuales queremos aportar nuestra posición.

No es el censo, es el modelo

Los censos son importantes herramientas demográficas y estadísticas que sirven (o deberían servir) para el diseño de políticas públicas y, en el caso de un censo educativo, para detectar los cargos que faltan, los desequilibrios territoriales para garantizar el acceso a la educación, las condiciones salariales, la antigüedad frente a las aulas, la endeble infraestructura edilicia, la salud y violencia laboral, el arancelamiento de la formación profesional, etc. Por el contrario, y para sorpresa de pocos, el formulario propuesto por la estadística libertaria apenas contempla 1 ítem sobre el porcentaje que representa el ingreso del salario docente en el grupo familiar, y nada sobre las condiciones cada vez más insufribles de quienes sostienen el sistema educativo; las demás preguntas se orientan a detectar la capacitación recibida en los últimos años, las estrategias didácticas empleadas y áreas de enseñanza vinculadas. En ese sentido, queremos ser categóricos: bajo la administración mileísta, el censo puede ser un insumo técnico para intensificar ajustes o cambios “modernizantes” que traigan consigo recortes en contenidos de humanidades, artística, técnica, especial y otras modalidades, que se vienen implementando por goteo pero sostenidamente en diferentes jurisdicciones gobernadas por diferentes signos políticos del justicialismo, radicalismo y Cambiemos.

El rol de la burocracia sindical

Sergio Romero, Sec. Gral de UDA -Unión Docentes Argentinos- junto a Sandra Pettovello.

Además de analizar qué se releva, para qué y al servicio de qué políticas, un aspecto que consideramos crucial es la participación de las maestras, profesores, directoras y auxiliares en la elaboración de categorías, la definición de prioridades y la construcción de indicadores. Esta dimensión está ausente en el actual relevamiento, dejando explícito el proceso vertical “desde arriba hacia abajo”, en el cual quienes garantizan la educación pública quedan relegadas/os al mero rol de informantes, no de sujetos políticos capaces de decidir sobre el modelo educativo. Esto sólo es posible por el rol que vienen desarrollando las burocracias sindicales como CTERA, UTE, UDA, AMET, CEA e incluso el SADOP, que, pese a pronunciarse con algún tímido comunicado en contra del censo, ocultan a sus bases su participación en la 134° Asamblea del Consejo Federal de Educación del 28 de agosto de 2024, donde se diseñó y aprobó el actual relevamiento. Han dejado una vez más en manos de nuestros verdugos un instrumento que puede ser usado para legitimar reformas regresivas, en un contexto de recorte y ajuste presupuestario que, según recientes informes publicados en diferentes medios y nuestro portal —Periodismo de Izquierda—, se sostiene sin pausa durante los últimos 10 años[1].


[1] https://periodismodeizquierda.com/la-educacion-publica-otra-victima-del-ajuste-21-provincias-redujeron-su-inversion-y-los-salarios-docentes-siguen-por-el-piso/

Lo que hace falta

Está claro que el ReNPE 2025 producirá una base de datos que el Gobierno Nacional de la LLA puede utilizar para su proyecto y las políticas que desee implementar. Sin embargo, la docencia ha dado sobradas muestras de que no se resigna ante el desguace presupuestario y el paradigma liberfacho, dando peleas por la recuperación del salario y condiciones laborales, conquistando seccionales y protagonizando importantes luchas en solidaridad y coordinación con otros sectores estratégicos, como la salud, que tiene a los trabajadores del Garraham como abanderados de una causa nacional que derrotó al Gobierno y a sus medios derechizantes. Somos críticos del enfoque individualizador del docente que pretende este relevamiento, centrándose en trayectorias, características personales o consumos culturales, y no en las condiciones estructurales del sistema, intentando transmitir una falsa idea de que los problemas de la educación derivan de los docentes, su formación y productividad. Invitamos a todos quienes participen de las comunidades educativas a discutir con sus compañeras en cada jardín, la sala de maestras, en cada preceptoría y secretaría docente esta disputa por los sentidos de la información como una (otra) forma de lucha política que no podemos dejársela en manos de los ajustadores ni en sus burócratas cómplices de siempre.

Marcelo Roldán, Alternativa Docente (Córdoba)

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