FFCC Sarmiento. El Estado es responsable de un Ferrocidio

En la tarde del día 11 de noviembre, a la altura de la Cabina de Señales y el paso a nivel Barragán de la estación de Liniers del FFCC Sarmiento, se produjo un hecho lamentable y completamente evitable.

Un descarrilamiento de los más duros de los últimos tiempos. La formación saltó de su ruta a las vías contrarias dejando más de 20 heridos de distinta gravedad y provocando un caos tremendo en el servicio de trenes, situación que va a llevar algunos días para normalizar por la magnitud de los destrozos.

Los ferroviarios no somos los responsables

En primer lugar, nos solidarizamos totalmente con todo el pasaje afectado y con los trabajadores ferroviarios de a bordo, y queremos dejar en claro, deslindamos de toda responsabilidad en el hecho, ya que los compañeros y compañeras vienen trabajando en condiciones cada vez más precarias y con salarios de miseria.

Al contrario de lo que se suele creer y a veces difunden en forma maliciosa desde algunos medios de comunicación, tenemos salarios miserables, trabajamos todos los días con controles diarios súper estrictos de alcoholemia, psicológicos y de drogas, descartando de plano cualquier adicción previa.

Lamentablemente algunos medios y algunos dirigentes, se desesperan por culpar a los trabajadores o por buscar protocolos, para no decir con claridad y contingencia que la responsabilidad es de la empresa y del gobierno nacional

A pocas horas del descarrilamiento, aparecieron por televisión voces que pretenden deslindar las responsabilidades de las empresas y del gobierno, ya que se sabe que el descarrilo se produjo por fallas en el sistema de enclavamiento, que provocó que el cambio se abriera antes de que terminara de pasar toda la formación.

Otra tragedia evitable y para nada aislada

Todo el sistema ferroviario viene siendo víctima de un desguace y una desinversión sin pausa. Desde recortes en la cantidad de trenes diarios en todas las líneas, hasta desmantelamiento de coches para repuestos y un total abandono en el mantenimiento y tendido de cambios, vías y señales, que son parte clave de la traza y rutas ferroviarias. A esto se agrega el cierre de varios ramales de larga distancia, la suspensión de servicios cada vez más frecuente, la destrucción y el vaciamiento de la Obra Social ferroviaria y muchas otras calamidades que tienen en común el objetivo de destruir el ferrocarril y atacar a los trabajadores.

Todo esto es parte de un plan estratégico para privatizar lo poco que queda del tendido ferroviario. Sólo hay inversiones fantasmas con sobreprecios en obra pública que nunca terminan, para los negocios con contratistas del Estado a través de la tercerización y precarización de los servicios. El Sarmiento no es la excepción, hace tan sólo unas semanas atrás hubo un descarrilamiento bastante similar en el ferrocarril Urquiza (privado, perteneciente al grupo Metro vías), también hace un tiempo atrás ocurrió el choque de trenes en el FFCC San Martín y no podemos olvidar la madre de las tragedias anunciadas recientes, cómo la tragedia de Once con 52 muertos.

Todo esto tiene un denominador común, la misma política de desinversión y los negocios de las privadas con los gobiernos de turno junto a la corruptela a través de las contratistas amigas del poder político, que no le ponen ni un bulón a las vías, ni lamparitas a las señales, abonando al desastre, con el recorte sistemático del servicio haciendo la vida de los trabajadores de a pie, casi insostenible y poniendo en riesgo diariamente nuestras vidas. Todo esto es posible también gracias al silencio cómplice de la traidora burocracia sindical de la CGT y los gremios ferroviarios que no sólo miran para otro lado, sino que son parte activa de los negocios de las privadas, cómo es el caso de Sergio Sassia, directivo nacional de la Unión Ferroviaria y hoy flamante Secretario de Vivienda del nuevo triunvirato cegetista, que se quedó con el 10% de la venta del Belgrano Cargas.

Al calor de estos intereses, de las petroleras y transportistas privadas, a pedido del FMI que quieren un mundo sin trenes para incrementar ganancias y desestructurar lo poco que queda de nuestro sistema productivo nacional, es qué el gobierno de Milei se juega a avanzar con todo en el ferrocidio. Es parte de un plan de la burguesía con el andamiaje político necesario para poder avanzar en todas las reformas estructurales que necesitan. Privatizaciones, entrega del patrimonio nacional, reforma laboral y ataque a nuestros derechos, porque cómo siempre, van a intentar cortar por el hilo más fino, las y los trabajadores.

¿Cuál es la salida? ¿Porque el ferrocarril es un servicio esencial?

El ferrocarril fue clave para el desarrollo social y productivo de nuestro país. El ferrocarril une pueblos y ciudades, centros industriales y rurales. Desde el gobierno de Menem comenzó el ataque y la destrucción del sistema ferroviario, y esto lo continuaron todos los gobiernos posteriores. Y ahora Milei intenta dar un golpe final para privatizar, mientras mantiene salarios de extrema pobreza, con el aval de la burocracia sindical.

El ferrocarril sigue siendo el medio de transporte más seguro, más barato y más eficiente, si se invierte y se rompe con la lógica de destrucción y privatización.

Construir 1 km de autopista cuesta U$S500.000 y tiene una vida útil de 8 años. Construir 1 km de vías sale U$S200.000 con una vida útil de 20 años.

En 1988 la red Ferroviaria tenía operables 35.746 km. y un personal de 98.339 agentes. Después de las privatizaciones la red operable bajó a 8.339 km. Y el personal hasta hoy 23.000 agentes. La capacidad de tráfico por la vía del tren es 17 veces mayor que el de las rutas.  El ferrocarril al ser un bien social genera siempre “déficit” que bien se puede subsanar con las ganancias del transporte de cargas hacia el de pasajeros y un largo etcétera. Así podríamos seguir hasta el cansancio demostrando en números y estadísticas lo que el ferrocarril significa cómo bien social, por eso la necesidad de recuperarlo cómo un recurso clave para el desarrollo y la descolonización del país. Para recuperar el ferrocarril cómo conjunto integrado de industrias, transportes y comunicaciones es necesario que sea 100% estatal y controlado por sus propios trabajadores y usuarios mediante sus organizaciones democráticas.

¡Basta de ferrocidio y de tragedias ferroviarias! ¡Por un ferrocarril al servicio del pueblo y lxs trabajadorxs!

Paul Quelle – Delegado de Comisión de Diagramas del FFCC Sarmiento

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