El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, felicitó desde Corea del Sur al presidente Javier Milei por su triunfo electoral y anunció su próxima visita a la Argentina. En un intercambio que parece amistoso, se confirma el nivel de subordinación del gobierno libertario hacia Washington, que interviene directamente en la economía local con un salvataje cercano a los 40.000 millones de dólares.
Bessent, el arquitecto del operativo financiero que incluye swaps e intervenciones cambiarias, calificó la victoria de Milei como “histórica” y lo posicionó como un importante aliado regional de Trump. “Su fortaleza y visión infunden esperanza a una nueva generación de argentinos”, escribió el funcionario norteamericano, revelando que mantuvo una comunicación directa con el mandatario argentino.
El mensaje de Bessent llega para consolidar a un gobierno que necesita demostrar una fuerte gobernabilidad exigida por el FMI y los mercados, la cual, se había debilitado a niveles críticos antes de las elecciones de medio término. Sobre esta cuestión, el funcionario trumpista, recalcó que: “Los mercados deberían satisfacer con facilidad y entusiasmo las necesidades financieras de la República para 2026”.
Las palabras en el tuit del secretario del Tesoro dejan a la vista su nuevo rol de interventor en la economía argentina. El nivel de injerencia norteamericana seguramente apunta a ser mayor, pero con las primeras intervenciones en el mercado cambiario por parte de Bessent ya ha quedado muy claro. Por ejemplo, tomando el volumen de las operaciones realizadas para calmar el valor de la divisa norteamericana, previo a las legislativas, terminó superando niveles históricos. Donde la intervención estadounidense fue mayor a la realizada en 1998 sobre el yen japonés.
La respuesta de Milei no se hizo esperar: “Esperamos su llegada con mucha ilusión y le daremos la bienvenida con los brazos abiertos“, agradeció el presidente, mostrando la disposición a profundizar un vínculo que consolida la pérdida de soberanía nacional. El intercambio se produce cuando el gobierno busca impulsar las reformas laboral, tributaria y previsional exigidas por el FMI.
En este contexto, Bessent también aprovechó para atacar a las senadoras demócratas Elizabeth Warren y Amy Klobuchar, a quienes calificó de “fracasadas” y “peronistas norteamericanas“. En un gesto que revela el carácter colonial de la relación, afirmó que “el puente económico argentino ahora genera ganancias para el pueblo estadounidense“.
Mientras el gobierno celebra la victoria electoral conseguida por el respaldo explícito de Trump, las consecuencias de la crisis siguen pesando en la espalda de los trabajadores. Este triste panorama, promete profundizarse en caso de concretarse la aplicación de las reformas estructurales, deseadas por el empresariado y exigidas por el FMI y los EEUU. Frente a esta ofensiva imperialista, se vuelve fundamental organizar la unidad de los trabajadores para enfrentar esta nueva oleada de ataques que buscan atentar contra nuestros los derechos laborales, democráticos y sociales.



