Un nuevo informe del INDEC confirma el desplome generalizado de la actividad económica a pocos días de las elecciones. La Encuesta de Tendencia de Negocios[i][ii] revela un panorama desolador: el 52.8% de las empresas industriales tiene su volumen de pedidos “por debajo de lo normal“, marcando el quinto mes consecutivo de deterioro y alcanzando un balance negativo catastrófico de -49.5%.
La confianza empresarial en la manufactura se ubica en -23.2%, su peor nivel, mientras que, en supermercados y mayoristas, aunque menos extremo, también se mantiene en terreno negativo (-9.3%). Los datos oficiales pintan el retrato de una economía en recesión profunda, donde la debilidad de la demanda interna y la alta incertidumbre política actúan como un freno a cualquier posibilidad de recuperación.
La crisis tiene un impacto directo y devastador en el empleo. Las expectativas son alarmantes: más del 96% de las empresas manufactureras no prevé contratar personal en los próximos tres meses, la cifra más baja desde que existe registro. Pero aún más grave, el 18% anticipa directamente despidos, mientras que en el sector comercial la situación no es mejor: solo el 1.4% de supermercados y mayoristas espera aumentar su plantilla frente a un 20.8% que planea recortes. El fantasma de la desocupación se consolida como una realidad inmediata para la clase trabajadora.
Los factores que limitan la producción conforman un cuadro de asfixia generalizada. Casi la mitad de las empresas industriales (49.9%) señala a la caída de la demanda interna como su principal problema, seguido por la incertidumbre económica que creció abruptamente al 10.4% y la competencia de productos importados (10.1%).
En el sector comercial, la debilidad del consumo también es la traba principal para el 57.9% de las empresas. El acceso al crédito aparece como otra barrera crítica: el 38.9% de los supermercados y mayoristas califica las condiciones financieras como “difíciles”, mientras que solo un 1.4% las considera “fáciles“.
Las perspectivas hacia fin de año son uniformemente pesimistas. En la industria, apenas el 14.8% de las empresas espera aumentar su producción, mientras que el 23.9% anticipa una disminución. El 29.5% de los industriales proyecta además una nueva reducción del consumo interno en el último trimestre. En los supermercados, mientras el 51.4% aumentó sus precios en el último mes, un 52.8% planea nuevos incrementos, lo que anticipa más presión inflacionaria sobre un consumo ya deprimido.
Este diagnóstico oficial llega en el peor momento para el gobierno de Milei. Lejos de mostrar los brotes verdes que pregona el relato oficial, las cifras del INDEC certifican el fracaso de un plan económico que solo logró profundizar la recesión, licuar el salario y generar una incertidumbre que paraliza cualquier inversión productiva. Con la demanda interna colapsada, la industria en caída libre y el empleo en retroceso, el anuncio del swap con Estados Unidos aparece como un salvavidas que no alcanza para tapar el naufragio de una gestión que, a cinco días de las elecciones, no puede mostrar otra cosa que números rojos y un horizonte de más ajuste para las mayorías trabajadoras.
[i] https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/etn_super_mayoristas_10_25AFD4A2FE3C.pdf
[ii] https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/etn_industria_manufacturera_10_254CD14820A5.pdf