La Liga Internacional Socialista emitió este viernes una declaración internacional sobre el acuerdo de alto al fuego entre Israel y Hamas. Alejandro Bodart, coordinador de la Liga Internacional Socialista y dirigente del MST-FITU, señaló: “La enorme movilización internacional en favor de Palestina y contra el genocidio de Israel forzó a las potencias imperialistas a negociar un precario alto el fuego, cuyo objetivo real es desactivar la ola de solidaridad y permitir que el sionismo avance por otros medios mediante un pacto impuesto a las direcciones palestinas. Si bien entendemos y compartimos la alegría de la población gazatí ante el cese momentáneo de los bombardeos y la posible apertura humanitaria en Gaza, el acuerdo alcanzado entre Hamas e Israel fue negociado bajo condiciones dictadas por Estados Unidos y contiene 20 puntos que, de aplicarse, implicarían retrocesos para la emancipación palestina y la legitimación de la ocupación”.
Bodart explicó: “El pacto contó con la mediación o complicidad de Qatar, Egipto, Turquía y el aval de la burguesía occidental, autocracias árabes, e incluso Rusia y China; y plantea transformar a Gaza en un protectorado tutelado por potencias extranjeras, sin exigir el retiro total de tropas israelíes ni frenar la colonización en Cisjordania, mientras obliga a Hamas al desarme y a aceptar un gobierno tecnocrático controlado desde el exterior. La reacción genocida de Israel tras el 7 de octubre generó una movilización global inédita —masiva en EE. UU., Europa, Australia y con huelgas y bloqueos sonados— que volcó la opinión pública contra Israel y constituyó la victoria más significativa para la causa palestina. Aun así, sindicatos y partidos socialdemócratas se mantuvieron mayormente al márgen, y en varios países hubo represión y prohibiciones contra organizaciones palestinas”.
Finalmente, completó: “Dos años después, el balance humanitario es desolador: Gaza devastada, decenas de miles de muertos -más de 67.000, incluidos miles de niños-, heridos y desplazados; Cisjordania perdiendo territorio; y una situación de vida cada vez más insostenible en Jerusalén Este. La realidad es que no hay posibilidad real de un Estado palestino mientras no se retire totalmente el ejército ocupante y se retrotraiga la situación a antes de 1948, donde los pueblos convivian en paz. Y sobre la base de la construcción de un Estado palestino único, laico, democrático y socialista del río al mar, como parte de una federación socialista de Medio Oriente impulsada por las masas trabajadoras“.
