Género. ¿Falsas denuncias? O ¿un mundo sin denuncias e impunidad?

Laurta, un hijo sano del capitalismo salvaje, tomó en sus manos la vida de dos mujeres amparado por el discurso de la reacción a la revolución feminista, y la ultraderecha que saca de ese rejunte soldados para su batalla ideológica. Hoy, desde el Estado clasista y machista se arma políticamente a los femicidas para que recuperen más la supremacía que les permite esta sociedad. Laurta es organizador de “varones unidos”, quienes fomentan la batalla cultural de “falsas denuncias” contra las denuncias por violencia de género. ¿Es real que lo que prima son las falsas denuncias? O ¿ lo que se busca es la impunidad para matar sin máxima condena?

El odio como bandera para ganar más  poder en varones, injusticia para defenderlo

Una generación revolucionó las calles, las aulas, los trabajos al grito de Ni una menos. Exigimos “Justicia” y denunciamos al Estado como principal responsable. Defendimos nuestros cuerpos, sobre el que se toman decisiones, se castiga la libertad, se somete y se abusa y vulnera. Además, la pelea fue por el real acceso a la Justicia, que se supone ya “garantiza” la ley (entendiendola como el cuidado de los peligros que nos afectan como sociedad y al castigo que debería ser correctivo sobre las acciones que nos ponen en riesgo a todes).  Pero que necesita mas ajuste en el caso de los femicidios por un lado o el derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo. Esto genero avances en materia de derechos que permitían mejor acceso a Justicia y salud y con mayor protección.

La reacción a la cuarta ola agrupo a varones que para victimizarse, filtran debates al interior del movimiento feminista sobre las denuncias públicas, señalando a todas como falsas  y cuestionando si nos pasamos o  no tres pueblos.

Quienes defendemos el aborto y la ESI estamos acostumbradas a enfrentarnos a relatos arrasados o mentirosos, ya nos enfrentamos a la oposición fabricada del movimiento de los pañuelos celestes y la plataforma “con mis hijos no te metas”.

Pero ahora estos debates los toman liberfachos e incels, desvirtuando los derechos humanos desacreditan las denuncias que enfrentan la violencia de género. Pero además con el aval del gobierno ultraderechista de Milei. Eso institucionaliza el odio y lo legítima. 

La idea de que las denuncias que realizamos contra los violentos son todas falsas, no solo es irreal, ya que menos del 2 % se han comprobado ilegitimas, sino que esconde el negacionismo del patriarcado y la búsqueda de una impunidad en la Justicia, “para hacer justicia como quieren cuando decimos no” tal como declaró e hizo Laurta.

Justicia injusta,  escucha, ve y opina

En Uruguay en una entrevista Laurta expresó sobre el fallo que lo mantenía alejado de su hijo por violento, ya que rompía el “principio de igualdad ante la ley” al establecer una “asimetría” a favor de las mujeres. Vale aclarar que figuras como el femicidio, solo reparan la necesidad de unión legal, ya que el agravante ya existía, y que el acceso a las denuncias frente a una violencia sistemática contra las mujeres, fruto del patriarcado, intenta buscar el resguardo frente a las estadísticas que abruman y solo contando cifras oficiales, cientos de mujeres que mueren en manos de algún varón cercano. Ese es el sentido de Justicia, que la sociedad cree mecanismos que resguarden la vida y la integridad de las personas. Sin embargo, nos parece importante señalar que para las feministas socialistas no existe el principio de igualdad ante la ley, esta sostiene la “asimetría” de poder que reproduce la violencia de género en cada ámbito.

El poder se concentra en los privilegios de políticos, en la clase que nos explota,  y en las instituciones que resguardan esa explotación.  La justicia reproduce esa aasimetría.Las conquistas logradas solo intentan reparar en algo esa asimetría sin lograr en lo mas mínimo un principio de igualdad frente a la Justicia.

Después de 10 años, sin que la justicia ni ningún gobierno se haya tomado con la misma seriedad que nosotras las vidas que nos arrebatan cada año, hoy seguimos contando 1 femicidio cada 36hs, en esta última semana es un femicidio cada 13 hs, con varios casos de múltiples femicidios. Pero con los escasos informes que hay hoy y el ajuste en oficinas de acompañamiento a la violencia de género, estamos convencidas de que son muchas más.

De 178 femicidios que contamos desde Enero 27 tenían denuncia previa y 17 contaban con fallo judicial. Ya en 2023 contabamos 308 femicidios con 62 denuncias y 37 fallos.

Sólo en Octubre

Entre Ríos. Daiana Magalí Mendieta (22 años) fue hallada sin vida el 7 de octubre en Gobernador Mansilla.

Buenos Aires. En Bahía Blanca, Myriam Velázquez (52) y su hija, Mariana Bustos (25), fueron encontradas calcinadas dentro de su vivienda el 8 de octubre.

Santa Fe. El mismo día, en Rosario, fue asesinada Solange Johnson (26).

Villa María. El 10 de octubre, en Villa María, fue hallada muerta Mónica Viviana Salguero (62), con 34 heridas punzocortantes.

Córdoba. Dos días después, un nuevo doble femicidio sacudió a la provincia: Luna Giardina (24) y su madre, Mariel Zamudio (50)

Chaco. El 13 de octubre, Gabriela Arací Barrios (20) fue encontrada muerta dentro de un pozo cloacal en Avia Terai.

(Observatorio ahora que si nos ven)

Ideología de género o subversión cultural

El término “subversión” vuelve a escena para construir un demonio. Esta idea que reproducen Agustín Laje y Nicolás Marquez, de la que el Femicida antidenuncias era un acérrimo defensor, niega la historia de las revolucionarias en los derechos sexuales y civiles de los que gozamos hoy las mujeres y disidencias.

Pero estas ideas, no viene a atacar a las feministas socialistas, viene a desacreditar la organización desde las bases de la sociedad que motivan la transformación y la pelea por un mundo mejor. Frente al amor por sanar una sociedad rota, proponen odio y muerte. Aunque son un nicho de misóginos protofascistas, cuando a uno se le ve la hilacha el resto esconden la mano. Pero además son activistas por las transformaciones que necesitan para su impunidad machista. Presentan oroyectos para “castigar” las supuestas falsas denuncias, cuando ya existe el falso testimonio. O pretenden atacar la figura de femicidio, la prueba es el nuevo del Código Penal que pretenden. Todo condenable menos los femicidas

En la reforma presentada para el nuevo código penal todas las penas son mas duras. Todas son merecedoras de castigo y exclusión menos los delitos que afectan la integridad de las mujeres y disidencias. Desde el nombre “Seguimiento socio-judicial” en el que no hablan de un cambio en las penas (que ya fueron flexibilizadas). Lo anuncian como una medida “para determinados delitos muy graves, tales como el homicidio agravado, el abuso sexual agravado, otros ataques graves contra la integridad sexual y los delitos que se cometan en un contexto de violencia de género”. “El instituto consiste en la imposición de determinadas medidas de vigilancia y asistencia destinadas a prevenir la comisión de nuevos delitos que el condenado debe respetar durante un plazo máximo de diez años con posterioridad al cumplimiento de la pena impuesta.”

Hacen incapié en la reincersión de los violentos en la sociedad negando sus discursos de odio que habilitan y generan la violencia. Mientras tienen una ofensiva por desmantelar la ESI, lejos de buscar prevenir, este modelo se sostiene para que la injusticia permanezca en el poder de patriarcado capitalista.

Por eso nos negamos a cambios penales mas punitivistas perse, escondiendo la necesidad de patriarcalizar aun mas la Justicia,  su acceso y como se imparte. Los vínculos no son casuales, los lazos del femicida Laurta, Laje y de este como cultor de la misoginia y la batalla cultural de las falsas denuncias, ideología que se comparte desde el gobierno de Milei, no son solo conexiones.  Es la ultraderecha que usa esas sombras para retroceder aún mas en derechos para las mujeres y disidencias pero a la vez, habilita el odio, y la impunidad de los Femicidas.  Es necesario un plan de lucha del movimiento feminista contra estos intentos, no solo para rechazar cambios, y defender lo conquistado, sino para desmantelar las organizaciones que solo son un culto al machismo  otorgando herramientas de impunidad a los femicidas. Basta de matarnos y de celebrar nuestras muertes.

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