La Mujer de fuego. La lucha socioambiental y el arte de la mano

Esta semana en el marco del Festival Internacional de Cine de la UBA, FICUBA, se estrenó “La Mujer de Fuego” ópera prima de Ignacio Ascúa. Una película que sensibiliza, emociona, nos invita a cuestionarnos y a recordar nuestro pasado reciente.

La película sigue a Marina, interpretada por Mariana Bruno, una actriz que llega de Córdoba a la Ciudad de Buenos Aires para intentar entrar en el teatro oficial y la pandemia frustra esa posibilidad.

En ese primer momento tenemos una muestra de lo que nos vamos a encontrar una actuación y un trabajo técnico que nos retrotraen a esa época, sentimos el ahogamiento y la crisis del encierro solitario, la paranoia por el virus y la vida dada vuelta en un segundo que parecía solo un momento y terminó siendo una vida.

Y nos empuja a otro recuerdo: ¿Cómo sobrevivieron los artistas a la pandemia, sin trabajo y sin posibilidad de hacer arte? Obligados al laburo por aplicación, changas y una vida sin lo que los motoriza. Todo eso lo vemos y lo sentimos junto con Marina.

En ese camino de trabajar por aplicación conoce a Almendra una activista socioambiental que la acerca a las luchas que se desarrollaron en ese tiempo. Y en este punto el film da un vuelco, pasando de lo ficcional a lo documental, vemos el registro de Ignacio Ascúa en esos procesos de lucha con momentos icónicos como las huelgas ambientales, las marchas contra los incendios, los acampes en plaza de mayo y la superación de la policía en movilizaciones y la detención de una activista durante una de las marchas por el acuerdo porcino.

Mientras Marina se mete en ese mundo la contradicción florece entre que es lo que quiere hacer de su vida, las presiones familiares y de sus nuevos vínculos.

Las trincheras que formamos

Durante la mujer de fuego hay algo que siempre está girando, los vínculos como espacio de contención y creación. Los lazos de pareja, de amistad laboral, de familia y de militancia son lugares desde donde apoyarnos para impulsar nuestros sueños individuales y colectivos.

Por esta misma razón la película a través de banderas, remeras, pecheras o pañuelos reivindica a quienes estuvieron en esas luchas que se documentaron como la coordinadora Basta de Falsas Soluciones, la Red Ecosocialista, timón verde, entre otras.

Una película necesaria

El camino a la ultraderecha fue cimentado por un gobierno del frente de todos que desde un discurso progresista aplicó un brutal ajuste en la vida de la gente, con un discurso de defensa del ambiente y la vida que no se reflejaba en la realidad.

La mujer de fuego es una gran radiografia de eso a la vez que una oda a la lucha colectiva y a la solidaridad de clase. Con un estilo que me recuerda en algunas cosas a Ken Loach es, al igual que las peliculas del director antes mencionado, una gran herramienta para abrir debates e invitar a construir de conjunto una salida colectiva.

Te recomendamos no perder la oportunidad de verla en pantalla grande este lunes 06 de octubre a las 16.30 en el Cine Cosmos para disfrutar del cine nacional y seguir visibilizando la lucha socioambiental.


La Mujer de Fuego (2025)

Sinopsis

La película sigue a Marina, una actriz que llega a la Ciudad de Buenos Aires para su primer papel protagónico, pero la pandemia le quita esa oportunidad. Al encontrarse frustrada, conoce a un activista socioambiental que la lleva a cuestionar sus propios prejuicios mientras debe decidir entre defender su territorio o perseguir su sueño.

Ficha Técnica:

D: Ignacio Ascúa
G: Milena Abril Beltrame, Ignacio Piotti, Ignacio Ascúa
F: Camila Kohn, Viviana González Castro
E: Ignacio Piotti
DA: Belén Hernández Puig, Ignacio Gorini
S: Ignacio Montoya
M: Juan Costa Viaggio, Guillermina Valdovino Popovich
P: Noelia Barral, Ignacio Ascúa
CP: Tercio Films
I: Mariana Bruno, Mora Arenillas, Marian Moretti, Nara Carreira, Marías López Barrios

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