En un gesto que evidencia el estado de su gobierno, el presidente Javier Milei viajó a Paraguay para participar de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) apenas horas después de anunciar su proyecto de Presupuesto 2026, que profundiza el ajuste económico bajo el disfraz de aumentos presupuestarios engañosos. El viaje se produce en el peor momento posible: en vísperas de una masiva movilización contra sus vetos a leyes claves y en medio de la crisis política más grande su gestión.
Milei eligió el escenario internacional de la CPAC paraguaya (un encuentro de la ultraderecha global), para lanzar sus consignas más combativas, lejos de la presión social que vive en Argentina. En su discurso, rechazó cualquier “tercer vía” de cara a las elecciones de octubre, afirmando que “no hay lugares para grises” y que “cualquier opción moderada es funcional al sistema decadente”.
El presidente dedicó parte de su intervención a homenajear a Charlie Kirk, el ultraderechista recientemente asesinado, declarando que “su muerte no debe paralizarnos” en la “batalla por las ideas”. Este gesto hacia figuras internacionales de la derecha fascista muestra donde están puestos los afectos políticos de Milei, en sintonía con su patrón internación Donald Trump.
En un claro mensaje para el escenario local, Milei elogió el modelo económico paraguayo, destacando que “desde hace décadas eligieron abrazar las ideas de la libertad” y que gracias a su régimen de maquila “han sabido explotar su industria local al máximo”. Esta visión idealizada del país vecino omite mencionar los graves problemas de desigualdad, corrupción y dependencia económica que afectan a Paraguay, así como las críticas a su modelo de bajos salarios y precarización laboral.
Milei se va con plata del Estado a dar una conferencia a Paraguay, y le va a pasar lo mismo que en todos los viajes: va a ser repudiado por ajustador de las infancias y la educación. Bien por nuestros compañeros de Alternativa Socialista en Paraguay que le van a realizar una… pic.twitter.com/NVmpKxqV1x
— Alejandro Bodart (@Ale_Bodart) September 16, 2025
El contraste con la realidad argentina no podría ser más brutal. Mientras Milei pronostica en Paraguay el fin de la inflación para mediados de 2026, en casa enfrenta una movilización masiva contra sus vetos al financiamiento universitario y la emergencia pediátrica. Al mismo tiempo que elogia las políticas paraguayas, su propio gobierno presenta un presupuesto que mantiene el ajuste y anuncia aumentos que no compensan la pérdida real de ingresos de todos los trabajadores.
La agenda del presidente en Paraguay incluyó una reunión privada con su par Santiago Peña, tal vez su aliado más cercano en el Mercosur. Además, en la agenda del mandatario argentino aparece una disertación sobre “Tecnología y Crecimiento” en el Foro de Emprendedores Industriales. Este viernes, también tiene previsto hablar en una sesión de honor en el Congreso paraguayo.
El timing del viaje revela la desconexión entre la agenda de paseos de Milei y la crisis doméstica que atraviesa su gobierno. En lugar de quedarse para enfrentar las consecuencias de sus vetos y del presupuesto de ajuste, prefirió refugiarse con sus amigos de la ultraderecha regional, donde puede repetir sus consignas sin ser interpelado por la realidad.
Antes de enfrentar el descontento social generado por las políticas de su gobierno (porque se encuentra en un momento en el que no lo puede hacer), Milei prefiere la compañía de los think tanks conservadores y los gobiernos afines. A pocas horas de un miércoles que se perfila como una jornada de protesta masiva, el presidente elige el exilio temporal en un escenario donde puede autoproclamarse campeón de la libertad, lejos de quienes enfrentan las consecuencias de sus políticas económicas.
La búsqueda de refugio, por parte de Milei, en los mítines de la ultraderecha internacional, es una muestra del estado en que se encuentra su gobierno, el cual hace semanas que todavía no demuestra ninguna mejora.