Presupuesto 2026. Un Milei golpeado, prepara ajustes disfrazados de aumentos

El gobierno nacional envió al Congreso el proyecto de Presupuesto 2026, que consolida la estrategia de ajuste y equilibrio fiscal. Aunque el presidente Javier Milei habló de incrementos en jubilaciones, salud y educación, la letra chica del plan revela partidas insuficientes, condicionamientos severos y un esquema que prioriza el pago de la deuda por encima de las necesidades sociales.

Números oficiales y realidades encubiertas

El proyecto prevé un gasto total de $148 billones, con un superávit fiscal primario del 1,5 % del PBI. De esa suma, $106 billones se destinan a servicios sociales y $14 billones a deuda pública, confirmando la centralidad de los compromisos financieros.

Milei anunció:

  • Aumento del 5 % por “encima de la inflación” para jubilaciones y pensiones por discapacidad.
  • $4,8 billones para universidades nacionales.
  • Incremento del 17 % en salud y 8 % en educación.

Sin embargo, al presentarlos en valores absolutos y no en relación al PBI, se oculta el deterioro real de las partidas, que no compensan la inflación acumulada ni el vaciamiento previo.

Ajuste institucionalizado

El Presupuesto incorpora cláusulas que refuerzan la lógica de ajuste automático:

  • Si los ingresos caen o los gastos superan lo previsto, se recortarán partidas.
  • Se prohíbe financiar al Tesoro con emisión del Banco Central.
  • Se congelan vacantes en el Estado, salvo excepciones mínimas.

Estas reglas blindan el ajuste y trasladan los costos de la crisis a trabajadores, jubilados y estudiantes. Además Milei presenta un proyecto de ciencia ficción estimando crecimiento superior al 5% y un dólar que baja.

En contexto de crisis política

El envío del Presupuesto se produce tras la derrota de Milei en la provincia de Buenos Aires, lo que muchos interpretan como un intento de recuperar iniciativa política. Sin embargo, la presentación coincide con crecientes movilizaciones contra los vetos presidenciales al financiamiento universitario y la emergencia pediátrica, y con advertencias de gobernadores por la reducción de transferencias.

Rechazo social en aumento

Sindicatos, organizaciones sociales y referentes universitarios advirtieron que el plan solo profundiza la precarización: “El gobierno festeja porcentajes mínimos mientras recorta en términos reales. Es un presupuesto hecho para el FMI y los acreedores, no para el pueblo”, señalaron.

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