Alegría y triunfo. El STJ de La Pampa confirmó la absolución definitiva de la docente Ana Contreras

En un fallo que marca un precedente trascendental en defensa de la libertad de cátedra y de expresión, el Superior Tribunal de Justicia (STJ) de La Pampa ratificó este martes 3 de septiembre la absolución de la docente Ana Contreras, cerrando de manera definitiva la injusta causa judicial en su contra (ver el fallo al final o descargarlo aquí).

Esta absolución definitiva conquistada no se explica sin la enorme campaña de solidaridad desplegada por la docencia, organizaciones de derechos humanos, gremios, la FND, seccionales, agrupaciones docentes, la propia CTERA, el movimiento estudiantil, del ámbito universitario, organizaciones sociales y de la izquierda. La lucha constante logró visibilizar la injusticia y presionar para que el fallo condenatorio no quedara firme y fuese rechazado sin más. Como dijimos en mayo, cuando Ana fue absuelta en segunda instancia, este resultado es fruto de la movilización, de no resignarse y de defender la libertad de enseñar, de opinión y de expresión.

Un caso armado para disciplinar

Desde el inicio, el proceso contra Ana fue un intento de criminalizar la tarea docente y de cercenar la libertad de opinión, de expresión y crítica, así como la libertad de cátedra consagrada en la Ley Nacional de Educación (N° 26.206, art. 11), la Constitución Nacional (art. 14) y tratados internacionales de derechos humanos. En lugar de abordarse como una debate pedagógico o curricular, la justicia penal se entrometió en el ámbito escolar con una condena aberrante y sin pruebas válidas.

En estas leyes y tratados se determina este derecho que se debe respetar sin límite alguno, al permitir y favorecer el abordaje, el análisis y el debate sobre temáticas sensibles o complejas en el ámbito escolar, sin tener porqué temer a represalias o que pudiera haber sanciones arbitrarias, como la que se intentó imponer en La Pampa.

Ana había sido injusta y arbitrariamente condenada en abril por el juez de General Pico, Boga Doyhenard, con una multa de 913.800 pesos y otras medidas improcedentes, acusada falsamente de “maltrato psíquico” y un supuesto “ejercicio indebido de la autoridad docente”. El motivo: haber respondido en una clase de 4° año sobre “Cultura y Ciudadanía” a la consulta de una estudiante sobre si el concepto de genocidio podía aplicarse a lo que sufre el pueblo palestino bajo la ocupación del Estado de Israel.

Aquel fallo aberrante que pretendía judicializar y condenar la labor educativa de Ana como profesora de filosofía que dicta materias en el área de sociales y es además programadora de cine reconocida, apelaba incluso al Código Contravencional que no legisla en estos casos, ni puede tampoco la justicia entrometerse en el ámbito y la tarea educativa, todos estas cuestiones deben resolverse siguiendo la normativa referida al sector, el Estatuto del docente, sin judicializar la opinión y libertad de cátedra.

Una victoria pedagógica y política

Tal como señalamos cuando el Tribunal de Impugnación Penal dictó la absolución en mayo (ver nota), el fallo inicial pretendía sentar un precedente peligroso: que cualquier docente pudiera ser denunciado por trabajar contenidos que no coincidieran con las convicciones de alguna familia. No era la primera vez: el mismo padre denunciante ahora ya había intentado frenar clases de Educación Sexual Integral contra Ana por un curso de otra de sus hijas. Eso fue desechado en su momento.

Ana Contreras al medio, en la Audiencia en el Congreso

Lo que estaba en juego no era solo la situación personal de una docente. Era también el derecho de enseñar y aprender sin censura, el lugar de la memoria y la verdad en la educación pública, y la posibilidad de que las y los trabajadores de la educación hablen de los grandes problemas del mundo.

Con este fallo, se derrumba el intento de instalar un precedente represivo contra la docencia. Es un aliento para seguir enseñando desde una perspectiva crítica, emancipadora, en defensa de los pueblos y contra toda opresión.

La enorme solidaridad que derrotó la persecución

El respaldo a Ana fue inmediato y creciente. La campaña sumó la adhesión de organismos de derechos humanos –desde el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, hasta Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y el CELS, entre muchos otros–, sindicatos docentes de todo el país (SUTEBA, AMSAFE, ATEN, ADEMYS, la UTELPA y el SiTEP de La Pampa junto a la Federación Nacional Docente y los demás gremios y seccionales recuperadas como ADOSAC, ATECH, SUTEF, Seccionales de SUTEBA, entre muchos otros.

Declaración unitaria en apoyo de Ana Contreras

Además de la CTERA y de centrales sindicales como la CTA de los Trabajadores y la CTA Autónoma, y centenares de agrupaciones sociales, culturales y políticas. También recibió la solidaridad internacional, con pronunciamientos de distintos países, evidenciando que el intento de silenciar la discusión crítica sobre el genocidio que perpetra el sionismo en Gaza es parte de una política global de censura.

Un mensaje claro y que trasciende a La Pampa: no pasarán

La confirmación de la absolución por parte del STJ pampeano representa una victoria política y jurídica que fortalece al conjunto de la docencia y de quienes defendemos el derecho a pensar y enseñar con libertad. Es un golpe contundente a quienes pretenden imponer la censura, igualando cualquier crítica al Estado de Israel con antisemitismo.

Como ya se intentó con el actor Norman Briski y fracasaron. Pero también con los tres juicios y el proceso abierto contra nuestro dirigente y diputado (mc) Alejandro Bodart por el MST en el FIT Unidad y coordinador de la LIS, Liga Internacional Socialista impulsados por la DAIA, la organización sionista en Argentina, o la diputada Vanina Biasi del FITU-PO, también injustamente procesada por defender la causa palestina. Con Ana compartimos incluso la Audiencia Pública en solidaridad con Alejandro realizada en el Congreso de la Nación, instancia en la que se ratificó además el apoyo incondicional a su causa y el pedido por la absolución definitiva de Ana en La Pampa (ver nota).

Por eso celebramos hoy este categórico resultado con alegría y convicción. Porque defender a Ana es defender a toda la docencia, a la educación pública y al derecho de los pueblos a denunciar los crímenes que comete el sionismo contra Palestina, repudiados incluso por la Corte Internacional de La Haya.

Cartel sobre la campaña nacional por su absolución

La absolución definitiva de Ana Contreras es un enorme logro democrático que envía un mensaje claro: no podrán silenciar las voces que denuncian la injusticia. En un contexto internacional de brutal ofensiva militar sobre el pueblo palestino, esta victoria adquiere aún mayor relevancia.

Por eso crece el repudio al genocidio, como se intenta con la Flotilla Global Sumud para llevar ayuda humanitaria a Gaza con personalidades como Greta Thunberg. En la que zarpó también desde Barcelona nuestra compañera y diputada Cele Fierro (MST FITU), como parte de la flotilla en representación de la LIS, quien había acompañado el reclamo por la docente Ana Contreras y llamó ahora a romper el cerco de indiferencia, respondiendo a las amenazas del ministro de Seguridad Nacional israelí contra esa ayuda humanitaria para el pueblo palestino (ver nota).

Seguir la pelea por la libertad de opinión y de cátedra

Este triunfo, conquistado gracias a la organización y solidaridad, no clausura la discusión. Al contrario, nos convoca a redoblar la pelea para que nunca más un juez se arrogue la potestad de juzgar contenidos pedagógicos, ni se intente censurar la palabra de una docente.

Con emoción y convicción celebramos esta enorme victoria y saludamos a Ana y a todas y todos quienes peleamos desde el primer día junto a ella. Este triunfo demuestra que con organización y lucha se pueden derrotar la censura, la persecución y la injusticia.

La absolución definitiva de Ana Contreras es un ejemplo de que luchar vale la pena. Hoy lo festejamos y valoramos, pero seguimos firmes: por la libertad de cátedra, contra la persecución, y en solidaridad con el pueblo palestino que resiste el genocidio del Estado sionista de Israel. No pasarán.

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