martes, 22 abril 2025 - 18:37

Educación. Polémica con Juan Grabois

La semana pasada Juan Grabois, el dirigente de Patria Grande y el PJ, fue entrevistado por Tomás Rebord en el canal de streaming, Blenders. Durante toda la entrevista refuerza su planteo de que hoy, la tercera posición en la política, sería el “humanismo”, como el programa para llevar adelante por los sectores más postergados.

Esa supuesta visión “humanista” sería la que nos llevaría a restaurar ciertos órdenes, entre ellos el socioeconómico o el institucional, que hoy se encuentran devastados. Pero donde nos hace responsables a quienes sostenemos las escuelas públicas y la salud pública, por su crisis y deterioro; ya que habríamos perdido el sentido básico de la humanidad…

Sobre humanismo y mandar al paredón…

Acá es importante preguntarnos: ¿qué se entiende por humanidad o humanismo? Si los hospitales y escuelas públicas se caen a pedazos, producto de los recortes de todos los gobiernos, donde sus trabajadores, profesionales, directivos y auxiliares, ante la desidia y la desinversión al servicio del ajuste capitalista, le ponemos el cuerpo aunque a veces nos cueste la vida. Como el caso de Sandra y Rubén, que murieron en 2018 en la escuela 49 de Moreno por la explosión de gas en el edificio, al igual que otras muertes padecidas en Córdoba y en varias provincias (ver nota al pie).


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Si humanidad es la pelea de la docencia y auxiliares, así como de enfermeras y profesionales de la salud a lo largo y ancho del país, que damos en algunos casos con las manos atadas, por salarios dignos y mayor presupuesto, para poder garantizar una educación y salud pública de calidad. Como lo demostramos la semana pasada, con la alta adhesión en Córdoba y a nivel nacional en el paro nacional de la CGT y las CTA, pese a que la burocracia Celeste de la CTERA y de gremios como la UEPC, no quieran darle continuidad,

Que eso sería para nosotros un piso básico de humanidad, que hoy ni siquiera está garantizado y en esto los responsables son otros: el gobierno nacional que decide darle plata al FMI y no a las escuelas y hospitales públicos, pero también los gobiernos provinciales del PJ, como el de Llaryora, Gildo Insfrán o Kicillof que aplican el ajuste, descargando la crisis sobre la educación y salud pública y sus trabajadores.

Pero el problema no es de concepto, es político ya que a lo largo de toda la entrevista, Grabois apela a una supuesta disciplina popular, basada en el sacrificio. Porque incluso apela a “mandarnos al paredón” a quienes ejercemos nuestro legítimo derecho a acceder a una licencia o a la protesta.

En ese sentido, a quienes llama a hacer esos sacrificios, es a quienes durante años hemos pagado los platos rotos de esta crisis capitalista y luchamos para enfrentarla, no a quienes la generan. Nuevamente le decimos a Grabois, a su corriente Patria Grande y al PJ, que no es por ahí.

Porque este referente viene de acompañar la idea de declarar a la educación como un supuesto “servicio esencial”, planteando la necesidad de que haya “guardias” mínimas cuando se ejerce el derecho a la protesta.


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Porque a ese punto también lo comparte con los referentes del status quo, que es entender a la educación como un servicio y no como un derecho social y humano, que el Estado debe garantizar con presupuesto, salarios y condiciones adecuadas de trabajo.

Nuestra perspectiva

Para que la educación pública esté al servicio de la transformación social y del desarrollo real de la humanidad, las prioridades tienen que ser otras. Ya oportunamente hemos debatido que para una Argentina que de verdad sea humana, debe ser socialista (ver nota).

Porque todos los gobiernos capitalistas, que nos trajeron hasta acá, se han encargado de cuestionar nuestra labor. Desde Cristina que decía que trabajamos cuatro horas y tenemos tres meses de vacaciones y pide poner un perverso “presentismo”, hasta el Milei que sale a ajustar ferozmente y a decir que “la educación pública se convirtió en una fuente de adoctrinamiento”, para justificar su privatismo y voucherización. Por eso es necesario que toda esa plata que va para el FMI y en subsidios a los colegios y clínicas privadas, vaya para la salud y la educación pública.

La docencia viene de dar sobradas muestras de lucha frente a los ataques económicos e ideológicos. En masivas movilizaciones, por la universidad y la escuela pública, en la marcha un día antes del paro nacional y también en unidad, cuando quieren atacar la libertad de cátedra y de expresión, como la que se nucleó ante la condena a la docente Ana Contreras en General Pico, La Pampa (ver nota)

Es por eso que hoy más que nunca, es necesario luchar por mayor presupuesto y salarios, junto a un Congreso Pedagógico Nacional para tirar abajo todo el paquete privatista y de ajuste, con las leyes y decretos que lo sustentan.

También la necesidad de poner en pie un sistema educativo nacional, único y estatal; obligatorio, gratuito, científico y laico; democrático, participativo; con perspectiva de género y una ESI feminista y disidente, junto a una pedagogía ecosocialista y diversa culturalmente. Que forme integralmente, con pensamiento crítico, dialéctico, con visión realmente humanística y aporte a una sociedad solidaria, justa y emancipada: una Argentina socialista. Y para que haya una Argentina socialista, es necesario que gobernemos los que nunca hemos gobernado, la izquierda y los trabajadores.

Rocío Zalazar, docente de UEPC Capital

Alternativa Docente, Córdoba


 ¹Como el caso de Mónica Jara, gravemente herida tras una explosión en la escuela rural 144 de Neuquén, que murió en julio de 2021, al igual que dos obreros, Nicolás Francés y Mariano Spinedi, quienes realizaban tareas de mantenimiento en las instalaciones de gas de la escuela 144 de Aguada San Roque. O recientemente, la docente Silvia Armella, que se descompensó en una tensa reunión de padres y murió luego por un ACV en la Escuela Normal, ante la sobrecarga de tareas. O en noviembre pasado, cuando el director y dos docentes de la Escuela N° 171 en Formosa, Rodolfo Ferraut, Edith Cantero y Graciela Ramos, murieron ahogados en el río Paraguay, al caer de la lancha en la que volvían de dar clases. Así como otros casos de docentes muertos en las rutas al ir a trabajar, como ocurrió en Santiago del Estero, en Santa Fe o con Cecilia Charras, directora de escuela que murió en Traslasierras, Córdoba, cuando iba a buscar notebook en 2024. O el de Karina Moyano, docente de inicial, enferma de neumonía que murió en 2022 en Córdoba tras un paro cardíaco y había hecho una denuncia por hostigamiento por parte de los directivos. O la maestra María Millache en Río Negro, que padecía una grave enfermedad, pero murió en marzo de este año porque le negaron la licencia médica y la obligaron a presentarse a trabajar en una escuela de Chimpay.

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