miércoles, 12 marzo 2025 - 11:06

Animales vivos. No al decreto 133/2025


Viernes 14 de marzo, 16 hs, Plaza de Mayo, CABA.

Argentina habilita la exportación de animales vivos

La explotación animal y la barbarie no son una exageración ni una afirmación moralista al azar. El gobierno de Javier Milei, en su afán de “difundir” el libre comercio, derogó una norma del año 1973. Luego de 50 años, la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca eliminó la prohibición de exportar ganado vacuno en pie con destino a faena.

Según el texto oficial de Argentina.gob.ar:
“Animales vivos. Importación/exportación. Excluye perros y gatos. Si querés importar o exportar para diversas finalidades, tenés que tramitar el ingreso o egreso de los mismos ante el Senasa.”
Fuente: Argentina.gob.ar/servicio/animales-vivos-importacion-exportacion

El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, derogó el decreto que prohibía esta práctica cruel en Argentina. De esta forma, se retrocede en derechos animales y en tratados a nivel mundial, yendo en contra de las políticas por los derechos de los animales. Argentina fue pionera en reconocer estos derechos con su ley de 1954, la 14.346, que “establece penas para las personas que maltraten o hagan víctimas de actos de crueldad a los animales”.

Hay que recordar que el viaje hacia el matadero, el traslado de ganado, se realiza en condiciones de hacinamiento en camiones, expuestos a altas o bajas temperaturas. A esto se sumaría el traslado en barcos durante meses, en iguales o peores condiciones. Es habitual que las empresas cárnicas “resuelvan” tirar por la borda del barco a los animales que mueren durante el viaje en el mar, víctimas del hacinamiento.

Productores ganaderos señalan a los grandes beneficiados por esta medida. En primer lugar, a Invernea. La empresa funciona como un fideicomiso para inversión en ganado, y su principal accionista es José Paz, actual director de la ex AFIP, quien anteriormente estuvo en la Secretaría de Producción. También se benefician el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, y Santiago Bausili, presidente del Banco Central. Este último ya está involucrado en el conflicto por impulsar la obligatoriedad del chip para vacas, otro negocio multimillonario.
Ver: https://www.lapoliticaonline.com/santa-fe/en-el-campo-apuntan-a-la-empresa-ganadera-de-pazo-y-caputo-como-la-beneficiada-del-decreto-que-permite-vender-vacas-vivas/

Prácticamente, esto representa una primarización y un retorno a las prácticas más crueles para el lucro de la élite agroganadera del país. Hace unos días, la patronal del Frigorífico Tres Arroyos, en Entre Ríos, anunció el despido de más de 400 personas, argumentando que es “adoptar las medidas liberales del Gobierno de Milei” de ajuste y ganancia, ya que el negocio no iba a perdurar. El mensaje es claro: no se necesitan frigoríficos si se van a comercializar animales vivos, ¿verdad?

Un guiño más a las compañías que manejan el mercado ganadero mundial, al complejo industrial animal. Desde el mercado “kosher” hasta el mercado árabe, ya que estos no tienen ningún protocolo de “sensibilidad” a la hora de la faena.

El gobierno de Javier Milei no es el primero en orientar su política de libre comercio hacia los países asiáticos. En el último gobierno del peronismo, con el impresentable Alberto Fernández y su ministro de Relaciones Exteriores, Felipe Solá, un viejo lobo de la casta política, se intentó instalar mega granjas porcinas. En plena crisis del COVID-19 y con la pandemia de por medio, el gobierno buscaba el desembolso de dólares de empresas chinas, un mercado fuerte al cual Argentina provee gran cantidad de soja. Un dato para no olvidar: las enfermedades zoonóticas están en aumento exponencial, sumándose al gran problema que es la crisis climática a nivel mundial y local.

Mientras el gobierno de Javier Milei recorta el presupuesto para la Ley del Manejo del Fuego y despide trabajadores de áreas clave, Argentina padece los peores incendios en la Patagonia, la Mesopotamia y la Pampa Húmeda. La mayoría de los desmontes son consecuencia del negocio agroganadero para la instalación de ganado vacuno, lo que reduce aún más el compromiso con el Plan Nacional de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático 2030.

Como sabemos, este gobierno de ultraderecha niega el cambio climático y, mucho menos, va a implementar políticas en defensa de los animales. Su mejor plan es impulsar la “Ley Conan” (perros clonados), propuesta en el Congreso por el diputado PRO Damián Arabia, que busca aumentar las penas por maltrato animal.

Es momento de volver a articular y generar más unidad de acción. Así como en 2021 pudimos parar la instalación de las mega granjas porcinas en un gran marco de diversidad, donde activistas antiespecistas, socioambientales, ecosocialistas, partidos de izquierda, pueblos indígenas y territorios en resistencia frenamos la explotación capitalista, especista y el ecocidio deliberado de estos negadores fascistas. Negocios y dólares para los mismos de siempre.

Este viernes 14 de marzo, todxs a las calles en todo el país.
¡Fuera Milei y su pandilla de criptoestafadores!
¡Fuera Bullrich, basta de criminalizar el activismo!
No al decreto 133/2025. No a la exportación de animales vivos.

Por Nahuel Peña Ayala

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