“Le mando un mensaje a mi mamá diciéndole que tenía miedo porque estaba cerrando todo… Cuando regresé él me tenía allí el agua, hacía mucho calor y estaba tan metida de hacerlo bien para quedar en el trabajo que no me percaté de que ya me había servido el agua… Inmediatamente al tomarme el agua siento que se me dormían las manos, marco la última llamada de mi celular que por suerte era la de mi hermana y ella contesta, cuando me contesta veo que la llamada estaba corriendo pero ya no le pude hablar, ya no le pude decir absolutamente nada porque sentí que me dormí… Gracias que no me acuerdo nada, nada, creo que no hubiera soportado recordar algo…”
Así es el doloroso testimonio de la joven venezolana drogada y violada por su patrón, Irineo Garzón Martínez, en el primer día de trabajo. Esto ocurrió en el local de uniformes “Garzón”, en Paso 693, en el barrio porteño de Once.
Mujer, joven, desocupada y migrante
Muchas tememos el escenario que relata esta joven venezolana, de 18 años. Buscar trabajo en esta sociedad es ponernos en riesgo. Por eso informamos a amigxs y familiares sobre el lugar a donde vamos, enviamos la ubicación, estamos alertas a cada movimiento. Porque la violencia se ejerce así cuando oprimir y explotar son costumbre. Puede ser acoso, abuso o hasta una red de trata, pero el alerta está prendido siempre.
Las compañeras migrantes, entre las cuales muchas vienen de Venezuela, están sujetas a todo tipo de precarización, acoso y abuso laboral. Los patrones deciden todo y no rige la protección legal. No son las únicas: también sufre precarización la juventud nativa. Pero sumado al desarraigo y al desconocimiento de las normas, las violencias se multiplican.
“Perdoname, mamá”, decía entre sollozos la joven violada. ¡Ninguna culpa tiene la víctima! Al revés: ella alertó como pudo y eso fue lo que le permitió a la policía detener al violador y hacer las pericias que confirmaron el delito.
Justicia patriarcal
El abogado familiar, Pablo Blaqué, y la fiscal Silvana Russi, de la Fiscalía Nº 41, pidieron prisión preventiva para el violador bajo la carátula de abuso sexual agravado por acceso carnal, cuya pena es de 6 a 15 años de prisión. Pero pese a las pruebas, la jueza Karina Zucconi, del Juzgado Nº 15, decidió que Garzón había cometido un abuso sexual simple y como para ella no había peligro de fuga ni tenía antecedentes, lo dejó libre.
No es el primer fallo machista de esta jueza: ya sobreseyó cinco veces a Francisco Amador, el femicida de Marianela Rago Zapata, con excusas ridículas.
En pocas horas, la realidad anuló ambas excusas de la jueza. El domicilio legal que declaró Garzón, en Mataderos, fue desmentido por su propia hermana. Y hoy está prófugo. Además, otras jóvenes venezolanas lo denunciaron porque buscaba “empleadas” migrantes y muy jóvenes, entre ellas una chica que fue hace poco a una entrevista y pudo escapar justo antes de que esta basura la encerrara en su local.
La jueza Zucconi debió indagar más. Garzón debe ser detenido ya mismo. A su vez, para cortarla con esta justicia patriarcal, es evidente que no alcanza con los cursos de género que dispone la Ley Micaela. Hace falta una democratización judicial a fondo y que los jueces, juezas y fiscales sean elegidos por voto popular y revocados en caso de mal desempeño.
Juntas por justicia, el 4 a Tribunales
El miércoles 27 a la noche, después de la presión por los medios, las redes sociales y la solidaridad de mucha gente en Argentina y el mundo, la jueza tuvo que cambiar la carátula del caso. Pero Garzón sigue fugado. Ayer 28, más de 500 personas nos movilizamos exigiendo justicia frente al local en Once y luego frente a Tribunales. Sabemos que sólo en las calles vamos a poder lograr justicia. Y también sabemos de sobra, a diferencia de lo que ridículamente aventuró el presidente Alberto Fernández, que el patriarcado no terminó.
Desde Juntas y a la Izquierda y el MST en el FIT Unidad seguimos a disposición de Thays y su hija. Como lo dijimos ayer, proponemos convocar en estos días a una asamblea venezolana-argentina para organizarnos y seguir movilizando en unidad por justicia. ¡Cárcel ya al violador Garzón Martínez! ¡Separación del cargo para la jueza Zucconi!