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El gobierno largó el llamado a extraordinarias para el 20 de enero con una lista de proyectos; el principal para un gobierno, su presupuesto anual, no está entre los proyectos a tratar. Y su eje fundamental está en la eliminación de las PASO, la punta del iceberg de la reforma política.
Algunas reafirmaciones
Efectivamente como venimos anticipando desde PDI el presupuesto, que resulta la ley clave para la distribución de partidas no está incluido entre los proyectos a tratar en las extraordinarias.
El eje fundamental del gobierno es la eliminación de las PASO. Y ya comenzó con fervor la rosca con aliados y no tan aliados.
La Casa Rosada espera poder tratarlo en febrero en el Congreso y para conseguirlo volverá a poner en la mesa el discurso “anticasta” popularizado por Javier Milei, enfatizando el ahorro de 150 millones de dólares.
Lo que resulta hipócrita es que le interesa reducir el gasto y no discutir el presupuesto, elemento clave para garantizar el funcionamiento de aspectos esenciales para salud y educación y el manejo y distribución de fondos.
La Casa Rosada decidió aplicar toda la presión posible sobre los bloques del PRO, la UCR, la Coalición Cívica y Encuentro Federal para conseguir la eliminación de las internas.
Esa estrategia según funcionarios está puesta en ganar tiempo, y de esa forma darle mayor tiempo a la recuperación económica, que ven en el gobierno, y que necesitan que se “sienta en el bolsillo de la gente”.
Esa advertencia está presente en los avisos que Francos les dará en persona a los jefes de las bancadas dialoguistas en los próximos días.
La contrapropuesta de la otra casta
“Esto que plantean, de la forma que lo plantean, es para pelearse con nosotros. Decir que somos la casta y que en el Congreso no queremos trabajar. Vamos a ver cómo les va con esa estrategia”, dicen desde la UCR, molestos por la forma en que Casa Rosada cree que puede buscar manipular la opinión pública.
Pero es un sentir más generalizado. LLA tiene en sus filas a la casta que acusa con un dedo a la casta de otros. Lo cierto es que de cara al oportunismo político, tanto el PRO como sectores kirchneristas ven plantear la suspensión de las PASO y no su eliminación, lo que el gobierno analiza con premura para aceptar.
Una suspensión en estos momentos provocaría presiones para acomodar en cada espacio, cosa que algunos ven necesario ahora, sin ser definitiva la ausencia de las PASO más adelante.
La propuesta de la izquierda
Pero la cuestión de fondo de esta reforma, que viene encabezada por la eliminación de las PASO, es que nadie analiza el carácter restrictivo de las primarias; sino que lo ven como el modo de manipular y ordenar hacia adentro de sus coaliciones.
A su vez es el inicio de una reforma cuyo carácter antidemocrático y restrictivo es el que pretende aplicar este gobierno, generando las condiciones para que los únicos actores políticos dentro del parlamento sean los partidos tradicionales del régimen bancados por intereses privados.
Además de todo esto, el oficialismo redobla su apuesta restrictiva y también busca seguir inclinando la balanza para el lado de los partidos de la casta. La reforma incluiría otras exigencias a la hora de la legalización de los partidos, como el aumento en la cantidad de afiliados para que estos sean oficializados.
El conjunto de todos estos cambios busca estratégicamente que fuerzas conformadas por trabajadores y para trabajadores queden fuera de la discusión electoral. Es necesario rechazar esta reforma política y seguir construyendo las fuerzas necesarias para fortalecer a la Izquierda, la única fuerza capaz de enfrentar en este contexto a la ultraderecha en las calles y el Congreso.