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Cada vez más agotadas las negociaciones sobre el presupuesto 2025, el gobierno concentrará fuerzas en la reforma electoral, en medio de tensiones con Villarruel y Macri
Toma y daca en el Congreso
El febril recorrido de Milei en el extranjero llegó a su final y tiene que acomodar las cosas en casa. La puja entre la Rosada y las provincias por el tratamiento del presupuesto 2025, parece haber agobiado al gobierno que centra su mira en votar la reforma electoral en las sesiones extraordinarias. Aunque el FMI, que quiere garantizar el cobro de toda su deuda, le exige que se vote un presupuesto con eje en esos pagos.
La falta de acuerdo político sobre el presupuesto ya boicoteó el quorum del proyecto de “democracia sindical” de la UCR y de “Ficha Limpia” del PRO, en una cuenta contrarreloj para tratar los proyectos legislativos.
Desde el gobierno tienen supino interés en debatir la reforma electoral de Santiago Caputo y prefieren incluso dejar de lado la Ley de Leyes, y utilizar la base del presupuesto 2023. Para ninguno de los proyectos tienen luz verde, ya que la disputa y las negociaciones no terminan de darle los votos necesarios.
En el caso del presupuesto, los gobernadores le reclaman mayores partidas para los gastos provinciales, principalmente sobre las obras, las cajas jubilatorias y el impuesto a los combustibles.
Además, los gobernadores de JxC estarían presionando para obtener una reunión con el jefe de gabinete, Guillermo Francos; el ministro de Economía, Luis Caputo y el asesor estrella, Santiago Caputo.
Una reforma antidemocrática para la casta y contra la izquierda
En el caso de la reforma electoral, trae fricciones particulares, ya que la misma arranca por proponer la eliminación de las PASO, algo con lo cual en principio su socio Macri del PRO no está de acuerdo, ya que quiere dirimir una posible alianza electoral con LLA teniendo las PASO como alternativa para disputar sus lugares.
Pero además, y muy importante, la reforma electoral y el proyecto presentado por el gobierno no implica sólo la quita de las Primarias Abiertas Simultaneas y Obligatorias (PASO). Sino que además busca profundas reformas del régimen democrático que actúa contra la izquierda y las fuerzas emergentes, cercenando derechos políticos democráticos y codifica un sistema a medida de la casta, para un régimen más autoritario, antidemocrático y de pocos partidos legales.
Para ese objetivo proponen la quita del financiamiento estatal a los partidos, mientras ellos se financiarán con aportes de grandes empresas privadas. También proponen la eliminación de los espacios cedidos en medios de comunicación durante la campaña electoral, profundizando la asimetría que existe con las fuerzas patronales en cada elección. Quienes tengan financiamiento privado, tanto de empresas como de lobbys corporativos, que en su mayoría se produce prometiendo futuros negocios será quien pueda costear la campaña. Al contrario, los partidos de y para trabajadores, que no recibimos financiamiento de ningún empresario, a quienes encima nos quitarán los espacios televisivos, tendremos enormes dificultades para competir con posibilidades. Es de conjunto una reforma política reaccionaria, toda pensada estratégicamente por el gobierno ultraderechista. Y en el plano de ponerle dificultades a la izquierda, puede incluso encontrar el apoyo de otras fuerzas patronales.
Además, esta reforma aumenta la cantidad de dinero con el cual los privados pueden contribuir a una campaña de 40 mil millones de pesos a 300 mil millones de pesos y permite que se realice el aporte en cualquier moneda, incluso bitcoin. Literalmente, una nueva caja negra para los curros de la política.
Como si fuera poco, cambia las reglas en cuanto a exigencias de número de afiliaciones y para la legalización de los partidos, haciendo cada vez más proscriptiva la posibilidad participar en unas elecciones. El proyecto está pensado como una larga carrera de obstáculos para llegar a ser partido legal y para lograr representación parlamentaria.
Pero lo que hoy es una preocupación para el gobierno, ayer fue lo que le permitió a los libertarios presentarse en elecciones. Según la gestión libertaria, la cantidad de partidos existentes en el país no condice con la realidad y la estructura actual favorece a los sellos de goma los cuales no representan a nadie. No hay que olvidarse que la conformación de las listas de LLA, en las elecciones pasadas, para poder materializarse, utilizaron sin discusión alguna las cuestiones de las que hoy se espantan, además de recibir las bondades del peronismo a la hora de conseguir nombres.
Todo este combo antidemocrático que impulsa el gobierno libertario será próximamente tratado en el Congreso. En la Cámara Baja actualmente las negociaciones sobre la cantidad de votos para que el proyecto se convierta en ley no está clara. Pero de cara a un año electoral, las preocupaciones democráticas para los partidos tradicionales quedan a un lado y todo se convierte en una discusión estructurada alrededor de los números positivos que se puedan proyectar en las urnas. Con este panorama, es fundamental denunciar a cada diputado que busque dar apoyo a un proyecto reaccionario y antidemocrático que busca atentar contra la voluntad popular del voto y contra derechos políticos adquiridos.
Esta reforma sólo responde a reconfigurar parte del régimen electoral favoreciendo a las fuerzas tradicionales y al partido de gobierno. Limita el surgimiento de alternativas electorales y es un avance antidemocrático que busca reducir la cantidad de voces que se expresan en una elección. En particular la voz de la izquierda que es el único sector político que realmente confronta al gobierno en todos los ámbitos, incluido en la calle.
Se le quita el disfraz a la democracia de la que estamos acostumbrados y se profundiza un modelo electoral a medida de la casta empresarial y política, donde los negocios serán la clave de futuros financiamientos de las fuerzas patronales. De nuestra parte nos oponemos por completo a este proyecto. Y estamos por una reforma política completamente diferente; sin PASO obligatoria ni ningún tipo de pisos proscriptivos para intervenir en las elecciones ni para acceder a cargos. Por un financiamiento estatal igualitario y la prohibición de aportes privados de empresas y por la continuidad de espacios gratuitos en todos los medios de comunicación, también en forma igualitaria. Por políticos que sean revocables y que ganen lo mismo que una directora de escuela, con un auditoria independiente al final de su mandato para ver el estado de sus cuentas personales. Y que además no puedan estar en forma eterna en un cargo; dos mandatos y que vuelvan a trabajar.
Fracturas sin resolver
La propia conformación de La Libertad Avanza para llegar al poder, la dotó de una estructura débil llena de fisuras. Siquiera se tuvo que esperar a que terminen las elecciones para que las mismas salgan a la luz.
Una vez en el gobierno, las fisuras fueron cada vez más notables, el bloque libertario del Congreso se vio diezmado, primero con la salida de Zago para armar el MID junto a dos diputadas más provenientes de LLA. Posteriormente, tras el escándalo que significó la foto de los diputados libertarios con los genocidas en el penal de Ezeiza, la diputada Lourdes Arrieta terminó revelando toda la información sobre la visita, rompiendo con el bloque y denunciando a sus excompañeros de bancada.
El gabinete también tuvo sus modificaciones, primero fue Posse a quien se lo acusó de haber grabado a otros miembros del gabinete e incluso a la hermana del presidente. La elección más reciente fue Diana Mondino, ante una supuesta desobediencia en política exterior.
Quien se mantiene en su cargo por su peso propio y el papelón que significaría su renuncia, es Victoria Villarruel, quien tiene un frente de disputa abierto con la Casa Rosada.
Al respecto de Villarruel, el presidente declaró recientemente que: “En su visión, en muchas de las cosas que nosotros hacemos está más cerca del círculo rojo, de lo que ella llama la alta política, y lo que nosotros llamamos la casta”. Además, aclaró que: “no tiene ningún tipo de injerencia en la toma de decisiones” ya que no es parte de las reuniones del gabinete.
Un fuego íntimo que Milei no puede resolver, en medio de una disputa de sabuesos junto al expresidente Macri, de cara a perfilarse para el armado de las listas del 2025.
Enfrentarlo ahora y en las calles
Como dice la carta abierta del MST en el FIT-U: “Si este liberfacho avanza, es porque los mismos que nos trajeron hasta acá ahora lo dejan correr. El aparato del PJ, con el gobierno de Fernández, CFK y Massa, hicieron un desastre social y político que le abrió la puerta a Milei. Y encima, ahora no lo enfrentan ni por error. No convocan a ninguna acción de lucha, transan en el Congreso y ante cada ley de Milei varios diputados y senadores se dan vuelta para favorecerlo”.
De forma que no confiamos ni un ápice en que el Congreso resuelva los problemas de las y los trabajadores, como así también sabemos muy bien que las direcciones políticas y sindicales del peronismo han hecho todo lo que estaba en sus manos para dilatar las acciones de lucha y boicotear los planes de lucha con continuidad, desde la cúpula traidora de la CGT.
No podemos esperar que soluciones mágicas caigan del cielo en el 2025, sino que hay que dar la batalla contra el plan de ajuste de este gobierno, que sea cual sea el presupuesto que utilice, será de hambre y ajuste al servicio del FMI y las multinacionales.
Además, denunciamos la reforma electoral, que busca en el fondo, atacar a las fuerzas emergentes y generar una asimetría que beneficie a los partidos ligados a la casta empresarial y política más podrida de nuestro país.
Esta realidad cada día más cruenta demanda la construcción de una alternativa. “Este es el desafío. Es con la izquierda y es ahora. De forma colectiva y democrática tenemos que hacer algo más grande y más fuerte para cambiar esta realidad que ya no va más”.
Para tal fin es necesario un FITU que convoque y que, sobre la base del programa antiimperialista, anticapitalista y socialista, existente, pueda avanzar en invitar a miles de trabajadores y jóvenes y quienes aún no son parte del frente para poner en pie un gran movimiento político común.