La provincia de Córdoba, que durante el 2020 fue castigada con incendios que consumieron 350 mil hectáreas de monte nativo y pastizales, además de un período de sequía que desde el gobierno caracterizaban como “histórica”, sufre ahora inundaciones en el Valle de Punilla.
El agua que sobra, es el monte que falta
Desde la madrugada del viernes 15 de enero cayeron intensas lluvias en toda la provincia, especialmente en el Valle de Punilla, donde se registraron entre 100 y 140 milímetros en apenas dos horas.
En Villa Giardino, Huerta Grande y La Falda hubo evacuados, casas inundadas, autos arrastrados por la corriente, rotura de calles y el servicio de agua potable se vio resentido.
Estamos ante una nueva catástrofe ambiental y, aunque desde el gobierno de Juan Schiaretti se anunció el envío de asistencia para los evacuados y la puesta a disposición del Fondo Permanente de Situaciones de Desastre, hay responsabilidades que no pueden ocultarse.
Como bien denunció la Fundación para la defensa del ambiente (FUNAM), presidida por el Doctor Raúl Montenegro, en un comunicado emitido este sábado 16 de enero: “Córdoba es una de las provincias ambientalmente peor administradas de Argentina, dónde queda menos del 3% de bosque en buen estado de conservación.”.
El desmonte es uno de los factores clave para comprender el estado actual de una provincia que está sufriendo cada vez con mayor intensidad el desastre ambiental. El agronegocio y el desarrollismo inmobiliario han avanzado sobre el monte nativo durante décadas, con la complicidad de los gobiernos del PJ, y sin importar el daño ambiental ni la opinión de las comunidades que resisten y luchan en contra de estas políticas.
El Dr. Raúl Montenegro también denunció las responsabilidades políticas y advirtió: “Si el gobernador Juan Schiaretti sigue con su actitud… de promover obras faraónicas en lugar de proteger las cuencas hídricas y los ambientes nativos, Córdoba quedará cada vez más desprovista de biodiversidad protectora, el Cambio Climático Global aumentará dramáticamente su impacto negativo y se volverá a repetir pero aumentada la tragedia de 2015, cuando las inundaciones en Sierras Chicas provocaron 9 muertes y destruyeron más de 2. 000 viviendas”.
La defensa del ambiente está en nuestras manos
El Valle de Punilla que hoy sufre las inundaciones es el mismo en donde el gobernador Schiaretti quiere avanzar con una nueva traza de la autovía de montaña. La publicidad del proyecto indica que la obra de la ruta 38 incluirá el desmonte de zonas rojas de bosque nativo además de reservas naturales y yacimientos arqueológicos.
Se hace evidente que el gobierno tiene la decisión de continuar con políticas de destrucción ambiental que ignoran por completo las necesidades y opinión de las comunidades.
Pero, frente a los planes y políticas ecocidas, hay un pueblo de pie que tiene una gran trayectoria de lucha y resistencia en defensa del ambiente. Entre esos dos caminos están abiertas las peleas por venir.