Las tensiones dentro del partido centenario no pudieron ser absorbidas, como consecuencia el bloque de diputados de la UCR se fracturó en dos.
Lo barato sale caro
El radicalismo venía actuando como fiel lacayo del gobierno, suministrando los votos que el mismo precisara a la hora de validar su ajuste en el Congreso. La complicidad y venta de votos que se demostró incluso ante proyectos presentados por la UCR, como el aumento jubilatorio o el presupuesto universitario, no fue gratis. El rechazo de la sociedad ante el vergonsozo rol que jugaron los radicales, produjo las tensiones suficientes para fracturar el bloque de la Cámara baja.
El sector que responde a Lousteau y Manes toma esta decisión luego de que no se expulsara del bloque a los cinco diputados que fueron a la Rosada a vender su voto a Milei, y que este miércoles el propio presidente del bloque, Rogrigo De Loredo saliera fotografiado en un encuentro con diputados del PRO y LLA, pactando el presupuesto 2025.
El propio De Loredo declaró: “creo que como expresión política tenemos que estar del lado de un mandato que hay de nuestro electorado, que es un mandato de cambio”.
El nuevo bloque se enarbola bajo el titulo: Democracia para siempre y es conformado por Manuel Aguirre (Corrientes), Marcela Antola (Entre Ríos), Fernando Carbajal (Formosa), Carla Carrizo (CABA), Mariela Coletta (CABA), Marcela Coli (La Pampa), Melina Giorgi (Santa Fe), Pablo Juliano (PBA), Facundo Manes (PBA), Juan Carlos Polini (Chaco), Jorge Rizzotti (Jujuy) y Danya Tavela (PBA). Siendo el bonaerense, Juliano el presidente del mismo. “Nosotros queríamos ponerle punto final a la infiltración que había en la marca del radicalismo” sostuvo, Juliano.
El secretario general de la Convención nacional, Hextor Rossi, expuso: “lo que se discute es si vamos a estar como apéndice del gobierno de Milei o vamos a ser un partido que va a ocupar el lugar en el cual los ciudadanos nos pusieron, que es el de la oposición”.
Vergüenza radical
La erosión que está atravesando el gobierno termina delimitando en quienes prefieren seguir a bordo del barco del fenómeno liberal y quienes empiezan a diferenciarse de forma cada vez más marcada. En la UCR dejó un bloque de 21 diputados respondiendo a De Loredo y actuando de satélite moderado del gobierno y otros 12 que de la mano de Lousteau desean verse como algo diferente.
No nos engañan quienes hoy se muestran como radicalizados dentro de la UCR: fueron funcionales al ajuste del gobierno durante toda la gestión, por ejemplo, Martin Lousteau le dio el quórum en el Senado para que se vote la Ley Bases.
No hay ninguna salida ni renovación detrás de esta lavada de cara radical que busca recomendarse pensando en las elecciones del año que viene. La salida que podemos construir del lado de los trabajadores es enfrentando ahora y en las calles el ajuste del gobierno de Milei y sus cómplices. Además, es necesario construir alternativas desde la izquierda, como proponemos desde el MST en el FIT-U.