Pasado el día de “la lealtad peronista”, Cristina metió presión rumbo a la interna del PJ que tiene como fecha para las elecciones el 17 de noviembre.
La cumbre que no fue
Este viernes se concentraba toda la expectativa en la reunión entre Ricardo Quíntela y Cristina Fernández de Kirchner. Finalmente, la reunión no se concretó y CFK metió presión presentando su lista. En la misma se encuentran José Mayans y Germán Martínez, por lo que están los jefes de bloques de ambas cámaras. También Lucia Corpacci, senadora de Catamarca; Ricardo Pignanelli, líder del SMATA y Mariel Fernández, intendenta de Moreno. Como gesto al resto del partido, la lista no contiene camporistas.
“Yo tomé esta decisión para que haya unidad, ahora no vengan a bajarme”, declaró la expresidenta luego de presentar su lista. Además, su entorno sostuvo: “Ni unidad ni postergación, que se cuenten los votos”.
Por el lado del gobernador riojano, siguen esperando el llamado para la reunión. Aunque la pelota parece estar de su campo, debe presentar su lista o bajarse.
Palabras cruzadas
El jueves ocurrieron distintos actos para conmemorar el 17 de octubre. Los ojos estaban centrados en el epicentro del AMBA, donde se enfrentaba el acto de la provincia de Buenos Aires con Kicillof a la cabeza, con el de la Ciudad convocado por La Cámpora y aliados.
El gobernador de la provincia quiso diferenciarse de la interna declarando: “No me interesa disputar ninguna interna. Mi responsabilidad y mi mandato es el de conducir un gobierno que está dedicado a ser, en las peores circunstancias, un escudo que proteja a los bonaerenses. Quiero colaborar con la construcción de una alternativa superadora y que ponga a la Argentina en una etapa de desarrollo justo. La única pelea que me interesa es la pelea contra la política de Milei. Quiero dejar mi opinión por todo lo que se está diciendo. Es muy sencillo: unidad, unidad y unidad”.
Asimismo, agregó: “El peronismo sufrió una gran derrota, está en un momento de reflexión y de debate, por eso, por favor, no tengamos miedo y no dramaticemos. Como dice Cristina en su documento, acá no sobra nadie y en la discusión todos y todas somos iguales”. Declaraciones que no fueron recibidas de la mejor manera por sus compañeros de la ciudad porteña. A modo de respuesta, Recalde sostuvo en su discurso: “queremos unidad, pero también que respeten los rangos. Todos son fundamentales, pero ancho de espada hay uno solo”. En el mismo sentido, el dirigente porteño planteó que “Cristina representa la esperanza. Y yo sí me quiero meter si hay una interna en el peronismo para bancar a Cristina”.
Por su parte Oscar Parrilli, vocero cercano a CFK, declaró que “la que más muestras ha dado de la unidad del espacio político ha sido Cristina, y hoy es la que sigue llamando a Quintela, a Axel, para conversar. Seguimos esperando un pronunciamiento claro y explícito”.
“Fue el espacio político el que lo llevó a la gobernación”, reprochó Parrilli, sentenciando: “nos llama la atención que le dé lo mismo que presida el PJ Cristina o Quintela”
Declaraciones cruzadas sobre una elección que no parece tener fácil definición. La disputa por la lapicera reconfigura a unos y otros dentro de la riña interna. Están quienes se la juegan por algún candidato o apoyan de alguna manera a ambos, como “coquí” Capitanich, quien firmó el aval de las dos listas.
En el caso del gobernador bonaerense, es a ojos del peronismo la figura potencial por la cual podrían volver a disputar la presidencia, por tal motivo se disputan su apoyo, mientras él se intenta ubicar por fuera de la riña, aunque tenga intereses en la misma. De modo que declara que “los días más felices fueron con Cristina” y la defiende por la causa vialidad: “asta de persecución, basta de proscripciones. Van a decir que Cristina es culpable, pero es mentira”. Pero no se la juega en un apoyo directo para la presidencia del partido.
Poniendo en palabras lo que fueron esbozando algunos referentes kirchneristas, Marcelo Parrilli sostuvo que “en Berisso vimos un acto de lanzamiento de la candidatura de Axel, y no mencionó un tema actual, que es la candidatura de Cristina Kirchner”.
Mucho tiene que ver la pelea que mantiene el sector del gobernador con Máximo Kirchner y su espacio en la provincia. CFK no está por fuera de la misma, de hecho, eligió para hacer presencia participar de la actividad de la UNDAV, de forma de quedar asociada a la lucha universitaria y, al mismo tiempo, mojarle la oreja a Ferraresi, intendente de Avellaneda y alfil de Kicillof.
Víctor Santa María también apuntó a las elecciones del PJ durante su discurso en la federación de Box: “vamos a acompañar este momento histórico por el cual va a pasar el peronismo, que es nuevamente tener a una presidenta de nuestro partido. Pero principalmente, esa presidenta es quien nos conduce hace muchos años”.
“Este 17 de octubre le pedimos que reflexionemos todos los que hablan de unidad sobre la generosidad que siempre tuvo CFK y que no han tenido muchos líderes políticos”, agregó el líder porteño.
¿Cómo enfrentar la motosierra?
En ambos actos se hicieron descripciones sobre el cuadro social que atravesamos. El gobernador de la provincia explicó: “Milei ajustó 30% del presupuesto total de la Argentina. Un 36% a jubilados y jubiladas; 23% a la obra pública; 8% a las provincias y un 14% son tarifazos y la plata que se ahorra. Hay que definir de nuevo ‘casta’. Basta de mentir, la casta no es el pueblo. A todas las provincias le cortaron el fondo del transporte para que sea más barato el boleto; el FONID que iba directo al bolsillo de nuestro maestros y maestras; el fondo de seguridad para comprar patrulleros, sostener sueldos docentes. Si tienen reclamos, vayan a Milei a decirle que devuelva los fondos de jubilaciones, de transporte, para los maestros y la seguridad”.
“Es un esquema ponzi de afano y choreo al pueblo argentino, se están forrando los dólares que entran a la timba, los dólares del colchón de la timba”, sentenció Kicillof.
Cristina, por su parte, sostiene que “MiIei está haciendo una verdadera demolición social planificada y ejecutada sin piedad y con mucha crueldad “, conclusiones con las que se puede coincidir, pero que no tienen ninguna solución concreta para enfrentar la motosierra más que esperar a depositar el voto en las urnas.
Del lado de CFK, ella misma declaró estar ”convencida de que darle voz y protagonismo a los castigados por este proceso de caos y destrucción liderado por Milei es lo que debemos hacer desde la política partidaria”.
Kicillof, arrojó a la tribuna: “En el pueblo, ahí están las lecciones que hay que aprender. Al futuro no lo vamos a escribir solo los dirigentes, lo tiene que escribir el pueblo en la calle”.
Una perspectiva en la que coloca la lucha callejera como elemento destacado, mientras que a lo largo de la lucha contra el plan motosierra, todos los sectores del peronismo actuaron funcionales al ajuste en ese sentido. Dilatando las luchas sociales e impulsando la estrategia del cabildeo en el Congreso, que se demostró ineficiente ante la venta de votos de radicales y peronistas.