Este 26 de septiembre la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) fue escenario de una masiva movilización en defensa de la educación pública. Desde las 14:00 horas, docentes, estudiantes y trabajadores universitarios se congregaron en las calles de la ciudad para exigir una recomposición salarial y exigir la promulgación de la Ley de Financiamiento Universitario y contra el veto anunciado por el presidente Javier Milei.
La marcha, organizada por el Frente Gremial (ADUL-FULP-ATULP) y con el apoyo de decanos y del rectorado, se enmarca en un paro de 48 horas con un acatamiento casi total en todas las facultades y colegios dependientes de la UNLP. Los manifestantes denuncian que las políticas de ajuste del gobierno nacional están desfinanciando a las universidades públicas y del sistema científico nacional no como un fin en sí mismo, sino para condicionar la orientación de la formación profesional y de la producción científico-técnica a las nuevas demandas del mercado, caracterizado por más extractivismo y reemplazo acelerado de la mano de obra por la tecnología.
El ahogo presupuestario pone en riesgo la calidad educativa y las condiciones laborales de los docentes y no-docentes, quienes han perdido más del 50% de su poder adquisitivo en lo que va del gobierno liberfacho.
El 2 de octubre todes a las calles. El 3 de octubre a organizar asambleas por todos lados
Con esta consigna queremos sintetizar que no debemos dejar que se repita lo del 23A. Tras esa enorme demostración de fuerzas, el Frente Gremial demoró un mes en definir la siguiente acción de protesta, dejando ventaja a Milei que pactó con los radicales y el rectorado de la UBA. En fila rápidamente los rectorados y decanatos se bajaron de la pelea y aceptaron los insuficientes fondos de funcionamiento, generando fragmentación en el frente único, confusión y desmovilización.
Está en juego algo valiosísimo, no podemos dejar en pocas manos el destino de esta pelea. Debemos exigir asambleas interclaustro e interfacultades para que las decisiones se tomen desde abajo y democráticamente. Asimismo, debemos confluir con otros sectores en lucha: jubiladxs, Garraham, Aerolineas, Conicet, etc.
El ataque de Milei es transversal, la respuesta no puede ser por separado. Pero ¿Cómo lo conseguiremos? Hay que exigir una huelga general y plan de lucha nacional.
CIN. No es por ahí
El 25 de septiembre se llevó adelante la conferencia de prensa del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), la Federación Universitaria Argentina (FUA) y el Frente Gremial Nacional convocando a marchar el 2 de octubre. La línea acordada es que el reclamo universitario no interfiere con el perseguido equilibrio fiscal, que hay que debatir “las prioridades”. De esta manera están confirmando que no rechazan el ajuste que el gobierno impulsa en otras áreas y que no se pretende entorpecer la hoja de ruta de la motosierra. Esta política mezquina y sectorizada, bien de casta rectoral, se opone al sentimiento de miles de universitarios/as que se preocupan por los salarios dignos pero también en que los pibes puedan cargar la SUBE, pagar el alquiler y que los jubilados puedan comprar medicinas y alimentos. La política del CIN nos llena de vergüenza.
Los anticasta y la casta se parecen demasiado
El presidente de “la libertad” gobierna a puro veto, palos y gases. Los diputados “opositores” cambian su voto de una semana para la otra a cambio de prebendas, no solamente los radicales, también los peronistas que se dieron vuelta y los que se ausentan para garantizar mayoría a Milei. La CGT salió a festejar la reglamentación de la reforma laboral y duermen la siesta. Jubilados y hasta la niña gaseada demuestran más valentía que estos carcamanes. Milei cada vez más rodeado de la inmunda casta. La bronca crece y demanda respuestas centralizadas para que miles recuperen la confianza en la lucha callejera. Las y los universitarios podemos aportar positivamente a esa situación, pues ya hemos visto que nuestro reclamo cuenta con enorme adhesión social. Inundemos las calles y demos este debate a fondo.