El gobierno de Fernández retoma las negociaciones con el FMI para intentar firmar un acuerdo de pago de “facilidades extendidas”. Los primeros debates son lograr reducir el déficit fiscal en casi tres puntos.
Esta semana se retoman las negociaciones entre el gobierno nacional y el FMI para tratar de sellar en los primeros días de mayo un acuerdo de pago de “facilidades extendidas”, buscando cancelar la deuda de alrededor de 45 mil millones de dólares que nuestro país tiene con el organismo internacional. Cabe aclarar que a dicho monto se le deben sumar los intereses.
El representante de la Argentina en el directorio del FMI, Sergio Chodos, señaló que la intención es afianzar los puntos de acuerdo que hay entre el organismo internacional y el gobierno nacional. En ese sentido, el represente del FMI valoró el objetivo de reducir el déficit fiscal para este año en nuestro país y tiene acuerdo con las fórmulas presentadas por el gobierno. La cartera de Economía que conduce Martín Guzmán se ha propuesto para 2021 un tope del 4,5% del déficit fiscal.
Las promesas fiscales parecen contentar a los enviados de Kristalina Georgieva, pero ahora llega el momento en que el gobierno de Alberto Fernández debe presentar cómo planea concretar todos sus compromisos. El FMI, mientras tanto, sigue firme en su pretensión de cobro y le exige al gobierno la suspensión de nuevo endeudamiento externo en dólares. Para el organismo internacional, los gastos corrientes deben ser solventados con moneda nacional a través de la emisión de deuda doméstica.
Lo que se viene y cómo enfrentarlo
Existe el consenso de palabra y político gobierno-FMI de afrontar la situación de 2021 a partir de la emisión de deuda pública en pesos y elevando la tasa de interés las veces que sea necesario. El ministro Guzmán ya lo hizo con los tenedores de deuda Pimco o Templeton, quienes ingresaron en 2016 para hacer grandes negocios con la bicicleta financiera durante el macrismo, a los que el gobierno les ofreció bonos en pesos a tasas superiores al 15% y emitió deuda por 1.500 millones de dólares.
Por muy mal que les caiga a los que dicen estar luchando “por la revolución” e integran el Frente de Todos, el pacto del gobierno de Alberto Fernández con el FMI representa un 2021 con rebajas salariales, tarifazos y la intención de aplicar una reforma laboral. Esa es la traducción concreta de reducir el déficit fiscal. Nunca las exigencias de un organismo internacional como el FMI han beneficiado a la clase trabajadoras y a los sectores populares. Los únicos beneficiarios de esas recetas son los usureros extranjeros y nacionales.
La única manera de revertir el ajuste que cocinan en secreto es extendiendo el reclamo y la organización en cada lugar de trabajo, de estudio, en los barrios, para redoblar y unir fuerzas en la exigencia de no pago de la deuda externa. Desde el MST en el FIT Unidad venimos señalando que sólo un default soberano es la alternativa real al problema estructural de la dependencia económica: suspender todo pago. A la vez, debemos promover la investigación de la deuda tomada por Macri y demás gobiernos a puertas cerradas y que en su mayoría fue a parar a paraísos fiscales.
Los millones y millones de dólares que se van a fugar este año en carácter de pagos al FMI y otros acreedores podrían fácilmente contribuir a mejorar nuestro sistema de salud para enfrentar la segunda olas de contagios, brindar la ayuda social necesaria a los más necesitados, iniciar un plan de vivienda digna con trabajo genuino y demás necesidades sociales básicas.