En su programa Jinetes del Futuro, emitido el pasado jueves 22, el titular en YouTube anuncia “volvió Juan Grabois”. Pero lejos de ese “futuro” que menciona el nombre del programa, al hablar de educación Grabois lamentablemente atrasó. Porque en lugar de cuestionar el ajuste educativo de Milei y los gobernadores, y el nefasto proyecto que pretende declarar a la educación como un supuesto “servicio esencial”, cuestionó… a la docencia. Y apeló a los “lugares comunes” de la derecha y la ultraderecha liberfacha para justificar ese proyecto (ver video) que tiene media sanción en Diputados gracias al voto de los cómplices de Milei y las posturas más reaccionarias y privatistas en educación.
Tanto que Grabois dijo acordar con este proyecto que plantea “guardias” obligatorias en las escuelas cuando haya algún paro, solo para cercenar el derecho de huelga de docentes y auxiliares. Y aclaró que no sabe si está “muy de acuerdo”, pero que en desacuerdo no está… ¿Se puede dudar ante tal ataque al derecho de huelga, consagrado hasta por la Constitución burguesa y fallos de la Corte Suprema?
En el programa, Grabois nunca cuestionó ese carácter contrario a las protestas docentes por sus magros salarios que se dan hoy en Neuquén, Chubut, Entre Ríos, Misiones o La Rioja, ni a los ajustes presupuestarios que empobrecen la escuela pública. Al contrario, dice que “debemos fingir demencia” ante el proyecto y, de manera irresponsable, asegura que “no va a cambiar nada, se apruebe o no se apruebe, nadie va a ir a inspeccionar que no hagan huelga, nadie les va a poner una falta…”.
Porque eso es lo opuesto a lo que dicen los artículos de esta ley y lo que vociferan Finocchiaro, hombre del Opus Dei y ex ministro de Educación macrista; el PRO; La Libertad Avanza y la UCR al asegurar que ante una huelga, cualquier padre o familia podrá presentar un amparo judicial para asegurarse que haya clases. Y los gobiernos podrán obligar a informar el cumplimiento de esas guardias.
¿Infancias vs. docentes? Los derechos no colisionan, deben garantizarse
Que la educación atraviesa una fuerte crisis lo sabemos y por eso luchamos. La denunciamos y la enfrentamos en cada acción, en el aula, las escuelas y en las calles. Por eso se canta “no dejamos de enseñar, enseñamos a luchar”. Pero Grabois parece no compartirlo, ya que reproduce los argumentos reaccionarios de la derecha para responsabilizar a la docencia de esa crisis y repetir el falaz planteo de Finocchiaro y toda la derecha vernácula que sostienen que, por sobre el derecho de la docencia a reclamar, supuestamente estaría primero el derecho de las infancias y las adolescencias a recibir educación.
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Con golpes de efecto discursivo, Grabois echa mano a la liturgia peronista al decir que “los únicos privilegiados son los niños”. Algo con un fuerte significante que podríamos entender, pero que utiliza para contraponerlo a la docencia, auxiliares de escuelas y sus derechos cercenados con este proyecto y los ataques de cada gobiernos del capital.
Incluso dice entender que los gremios deban defender “esos intereses” docentes, como si fuera algo corporativo y ajeno a la aspiración de una escuela pública de calidad. Pero para Grabois, desde la política “nunca debemos poner el eje ahí”, en la defensa de los derechos y conquistas docentes, sino que “ese tiene que ser un elemento más y en función, no del bienestar de los docentes, sino en función de que se preste correctamente el servicio o el derecho” a la educación.
Con otras palabras, expresa el mismo concepto que Finocchiaro, el PRO o la UCR que insisten con que lo único que importa en educación serían las y los pibes, que deben estar dentro de la escuela como sea, sin importar si se construye conocimiento democráticamente y saberes socialmente significativos. Y no los contenidos básicos que pretende inculcar el sistema capitalista y que la docencia debiera reproducir acríticamente.
Al contrario de lo que sostiene la reacción, los derechos de las infancias y la docencia no “colisionan”, no hay un derecho por encima del otro. Los derechos se garantizan, todos. Y lo debe hacer el Estado, asegurando salarios dignos, presupuesto y cargos suficientes, más y mejores becas, partidas para los comedores, material didáctico, infraestructura, más aulas, jardines y escuelas. Todo lo que Grabois no dice, pero sí se despacha al cuestionar a la docencia como la supuesta responsable de asegurar “el servicio o el derecho educativo”, como dice.
¿Las escuelas son guarderías?
Al polemizar con su invitado al programa, Grabois hasta llega a preguntarle qué son las escuelas si no son “guarderías”, en una postura funcional a las corporaciones capitalistas que consideran a la educación como un lugar de “guarda” o “depósito” de las infancias para que las familias puedan ir a trabajar y asegurarse así la explotación, producción y ganancia capitalista.
Esto desnuda la falacia del capitalismo con “rostro humano” de posturas como las de Grabois y Patria Grande, que son parte del peronismo y Unión por la Patria (UxP). Que lejos de “combatir al capital”, conviven con él y proponen que, como trabajadores de la educación, garanticemos que pibes y adolescentes estén en las escuelas al ir obligadamente cuando haya paro.
En este video se pueden ver los conceptos de Grabois, al polemizar con su invitado, el docente e investigador Axel Kesler, que fue a hablar de educación y cuestionar ese proyecto de ley, explicando que solo busca atacar el derecho de huelga. Un invitado que criticó también que Milei eliminara el Incentivo docente, se redujera el presupuesto y explicara que el enfoque no debe ser culpar a la docencia, ya que solo se apunta a transformar la escuela en guardería, con las “guardias mínimas”.
Todos planteos que compartimos, pero cuando Kesler dice que la cosa no pasa por castigar a los docentes sino por que el Estado resuelva los motivos de los paros, garantizando el derecho de la educación, Grabois frunce el ceño, lo mira y dice: “Axel, no estoy de acuerdo con lo que decís, con el enfoque que adoptás… Es ponernos en una posición conservadora, de defensa de un estatus quo que es una verdadera mierda. Los que mandamos a nuestros pibes a la escuela pública, sobre todo los que no tienen red, si a vos te cierra un día la escuela, te cagan la vida…”.
Lugares comunes, funcionales a la derecha que se dice combatir
En su exposición, Grabois no cuestiona ese proyecto anti huelgas, ni se plantea qué motiva un paro docente ni reclama que los gobiernos paguen salarios dignos. Al pasar, menciona lo poco que gana un docente, pero aclara que “no todos”, dando a entender que habría muchos que sí cobran bien, cuando el grueso de la docencia no llega o apenas supera la canasta de pobreza.
Lo que se podría esperar o reclamar de un dirigente que se dice progresista es que plantee esa necesidad de un salario docente igual a la canasta familiar para trabajar en un solo cargo y llegar a fin de mes. Y demandar que Milei y los gobernadores –varios del PJ y Unión por la Patria- aseguren un mayor presupuesto que garantice el derecho a la educación que declaman, rechazando estos proyectos trasnochados y anti pedagógicos.
Tampoco es “feliz” cuando compara: “si querés ser policía, inscribite en la policía. Si querés ser docente, tenés que tener un nivel de responsabilidad, de vocación que implique no maltratar, no tomarte el palo cuando se te cante las pelotas o usar el Estatuto Docente para tomarte más licencias”. Cosa que no refleja la realidad docente, para nada. Si fuera consecuente, Grabois debería reivindicar los “presentismos” para coartar la protesta docente que gobernadores del PJ, el PRO o la UCR descargan para que no reclame.
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Es que del 85% a 95% de los presupuestos educativos se van en salarios y las partidas para educación absorben entre el 25% al 30% de los presupuestos provinciales. Por lo que poder ajustar ahí resulta clave para los gobiernos capitalistas y sus partidos como el PJ y UxP. Ya que al luchar y conseguir mejoras, la docencia arrastra a estatales, judiciales, personal de salud y legislativos, algo que se opone a ese ajuste permanente de los gobiernos que descargan la crisis en sus trabajadores y el pueblo.
Esencial es el presupuesto, salarios, becas, infraestructura, comedores
Para justificar su postura, Grabois dice que “las escuelas no son el templo de la educación”, pero nunca relaciona esa crítica realidad que la docencia busca modificar y ver cómo sostener el proceso de enseñanza aprendizaje, con la drástica crisis social y el 70% de infancias pobres, más del 55% de las familias bajo la pobreza, con bajísimos salarios y presupuestos. Todo lo reduce al abuso de las licencias y los paros docentes.
Y llega a decir que en pandemia, las escuelas habrían estado cerradas (como supuestamente lo estarían en un paro) y afirma: “eso está mal loco, y lo voy a combatir, como voy a combatir los abusos que se hacen del Estatuto porque eso nos va a llevar a las escuelas voucher”. Una vez más, la culpa sería de la docencia, de un “permisivo” Estatuto y un Estado que no controla.
En la descarnada visión de Grabois, la privatización educativa avanzaría por responsabilidad de la docencia y no por las políticas de los gobiernos, las corporaciones, la Iglesia Católica y demás patronales que lucran con ella, y de los “lineamientos” del Banco Mundial, la OCDE y el FMI que conciben a la educación como subsidiaria y al servicio del gran capital.
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Desde Alternativa Docente (ANCLA, MST-FIT Unidad) opinamos lo opuesto y llamamos a seguir luchando contra ese proyecto. Y exigimos a CTERA y los gremios docentes de la CGT un paro nacional, plan de lucha y marcha federal educativa para derrotarlo.
Planteamos también una salida: la crisis generada por 80 años de ajustes y leyes contrarias a la educación como derecho social que el Estado debe garantizar, se debe resolver con la decisión democrática de docentes, estudiantes y familias en un congreso pedagógico nacional para demoler todo el paquete legal privatista y de ajuste.
En una lucha por alcanzar un sistema educativo nacional, único y estatal; obligatorio, gratuito, científico y laico; democrático, participativo; con perspectiva de género y una ESI feminista y disidente, junto a una pedagogía ecosocialista y diversa culturalmente. Que forme integralmente, con pensamiento crítico, dialéctico, con visión humanística y aporte a una sociedad solidaria, justa y emancipada, una Argentina socialista.
Se puede acceder al video completo del programa aquí.