Un contundente paro con alta adhesión y una multitudinaria movilización de más 25.000 personas fue la respuesta de los docentes a una oferta salarial que deja a la mayoría bajo la línea de pobreza y a los dichos del gobernador Llaryora sobre que los docentes “trabajan 4 horas” y que la “educación es prioridad”.
Fue una respuesta contundente a los innumerables ataques del gobierno de Llaryora que realmente ha llevado el conflicto a este punto. El conflicto lleva ya más de 2 meses en los que el gobierno apostó al desgaste de los trabajadores, sosteniendo que no puede realizar una propuesta salarial superadora. Por el contrario, la última oferta que hizo el 29 de julio fue peor que las anteriores. Y además el 19 había dictado a través de la secretaría de Trabajo la conciliación obligatoria. Una conciliación que el gobierno incumplió triplemente: porque realizó una propuesta peor que las anteriores, efectuó descuentos como sanción por las anteriores medidas de fuerza y definió de forma unilateral un aumento por decreto sin consulta, ni negociación con la organización gremial. Esto con aval de la Secretaría de Trabajo, lo que demuestra que como denunciaban desde la delegación capital de UEPC la conciliación era fraudulenta y tenía el único objetivo únicamente de imponer lo que el gobernador decidió. Decisión con la que por decreto deja a decenas de miles de docentes muy por debajo de la línea de pobreza e incluso de la indigencia.
La docencia tiene ahora planteado volver a las asambleas escolares para resolver cómo seguir el plan de lucha por su demanda de recomposición salarial para equiparar la canasta básica.
