jueves, 19 diciembre 2024 - 02:58

Elecciones UBA. Por nuevas conducciones combativas y democráticas


Del 2 al 6 de septiembre se realizarán las elecciones estudiantiles en la Universidad de Buenos Aires. Luego del último Congreso FUBA donde la Franja Morada en complicidad del peronismo se alargó los mandatos, finalmente han notificado las fechas de la próxima elección.


Sin embargo, la misma no puede aislarse de la situación política que vivimos. Como estudiantes trabajadores, migrantes, mujeres y disidencias nos encontramos ante un escenario político desafiante para nuestra generación, que nos exige la responsabilidad de
encontrarnos a la altura de enfrentar el ajuste que viene aplicando este gobierno reaccionario y represivo sobre nuestras universidades y hacia todos los sectores obreros y populares.


Primer semestre de lucha.

Han pasado ocho meses desde que Javier Milei asumió la presidencia. La motosierra fue su política desde el comienzo, con el intento de sostenerse sobre tres patas: el protocolo de Bullrich, el DNU y la famosa Ley Ómnibus. Estamos en un cruce de caminos, enfrentando una ofensiva ultraderecha tremenda, pero desde los distintos sectores en lucha nos hemos movilizado: estudiantes, trabajadores, organismos de derechos humanos, asambleas barriales, socioambientales y feministas.

El gobierno agotó gran parte de su capital político al aprobar una Ley Bases que no era la que quiso inicialmente, aún así, un triunfo parcial que ataca derechos básicos y democráticos ya conquistados. Por supuesto que Milei y compañía buscarán dar señales de tranquilidad a los mercados y al imperialismo, en busca de capitalizar lo que sería su primer logro político después de ocho meses en la Rosada. El gobierno está decidido a avanzar hacia un régimen más autoritario, endureciendo los aparatos represivos del estado, para así criminalizar y acallar la protesta social. Para aprobar la ley de bases tuvo que aplicar una terrible represión con 33 detenidos, de los cuales seguimos exigiendo la libertad de les que faltan y que caigan todas las causas, muchas de ellas, utilizadas por los milicos queriendo disciplinar y categorizar a quien protesta como terrorista.


Sin embargo, nada está perdido. Las movilizaciones desde diciembre a hoy demostraron que hay fuerzas para enfrentar a Milei, con la mayor unidad posible en las calles, como se demostró en la respuesta al protocolo represivo de Bullrich. Tenemos una gran reserva democrática y se notó en el repudio generalizado al operativo policial y represivo del gobierno en la Ley Bases, como así también recientemente exigiendo la libertad de lxs detenidxs por luchar, donde realizamos una campaña de 70.000 firmas a nivel nacional e
internacional
. Así es como advertimos que mientras aumenta el hambre, el desempleo y la deserción en las aulas, la polarización política irá aumentando. Al mismo tiempo, es necesario remarcar, que si el gobierno sin tener estructura ni arquitectura firme pudo aprobar la ley, fue gracias a la ayuda de la CGT y las CTAs qué se negaron a llamar a paro ese día pero tampoco a asambleas para construir un plan de lucha serio. A la dirigencia peronista le cabe también parte de las responsabilidades, que lejos de convocar a democratizar los espacios que dirigen, llamar a movilizar y utilizar todo su peso político para bloquear el plan de ajuste del gobierno, se dedicaron a transar con el oficialismo, a punto tal de que figuras políticas de su espacio aceptaron embajadas.

Es por eso que ante este nuevo momento, es clave apoyar cada una de las luchas, unificarlas y fortalecer un frente único para movilizar, como lo es la Coordinadora Multisectorial Independiente. Al mismo tiempo, es necesario también fortalecer al Frente de
Izquierda Unidad
, el único movilizado y con permanencia de acción, para que pueda sacar las conclusiones necesarias para poder plantearnos como una alternativa real y no solo un frente electoral. Por eso, consideramos que es necesario llamar a un gran Congreso del FITU, junto a todo el activismo autoconvocado que viene luchando desde el 20 de diciembre, y definir de manera democrática como prepararnos para las próximas batallas, poder amplificar la militancia y ser una alternativa de poder.

La educación pública no se toca

Arrancamos el primer cuatrimestre de este 2024 a sabiendas de que el gobierno nacional nos declaró la guerra a quienes hacemos la educación pública. Mantener el mismo presupuesto que el año pasado, significó un recorte y ajuste brutal apuntado a la
infraestructura y gastos de funcionamiento de las propias facultades, recorte de las áreas científico-tecnológicas, la licuación de los salarios docentes y trabajadores no-docentes por debajo de la línea de pobreza y atacando las becas para lxs estudiantes
. Lo que significa, en síntesis, el bloqueo del ingreso, la permanencia y el egreso de miles de estudiantes que
buscan en la educación pública una oportunidad de futuro.


Nuestra respuesta fue inmediata, con semáforazos, asambleas, clases públicas y distintas acciones construimos la inmensa Marcha Federal Universitaria del 23A, que fue implacable y obligó al gobierno a ceder un porcentaje pequeño de presupuesto, obteniendo una
victoria parcial de la movilización popular. Sin embargo, seguimos en pie de guerra, por el salario docente, por nuestra ciencia y la educación, por eso, nos declaramos en estado de alerta y movilización para acompañar todas las medidas de fuerza y de lucha del conjunto de la comunidad educativa.

¿Por qué Milei ataca la educación pública?

Este intento de avanzada no es casualidad. La educación es un área clave a la cual Milei necesita saquear, no solo desfinancia para pagar la deuda externa, sino que también lo hace porque sabe que la educación pública es fuente de pensamiento crítico. Extirpar y barrer a la vanguardia que se organiza y la defiende, es clave para Milei en el camino de imponer el modelo de país colonial, agrominero exportador, servil a las potencias extranjeras, militarizado por los yankees, de relaciones carnales con el sionismo genocida,
que obedezca y se adapte al mercado, sin soberanía, con sus conocimientos privatizados y nuestros territorios saqueados y contaminados. Es decir, un país donde se piense poco y se piense como él.

Milei pretende que en las Universidades Nacionales haya un sistema de arancelamiento poniendo en jaque la gratuidad y el carácter público y masivo, promueve un sistema de becas por resultados, se opone a la autonomía universitaria con audiencias gubernamentales, descalifica la libertad de cátedra como adoctrinamiento ideológico dentro de nuestras aulas y en el camino, busca construir su propia burocracia libertaria. En síntesis, y sin decirlo explícitamente, el modelo educativo de Milei es reemplazar la
universidad pública por un modelo elitizado y privado donde accedan solo los que puedan pagar
.

Pero ojo, La Libertad Avanza, una fuerza política que no dirige ningún centro de estudiantes ni federación, nada de esto podría llevar adelante sino tuviese detrás a sus cómplices de la política tradicional.

Traidores de siempre

Las autoridades universitarias, el CIN junto con sus rectores y los decanatos, mayoritariamente de la UCR/Franja Morada y el peronismo, alienados bajo el tándem Gelpi-Yacobitti fueron los responsables de frenar el enorme proceso de lucha desatado en cada una de las facultades con asambleas masivas, clases públicas y planes de lucha.

Fueron ellos y sus agrupaciones estudiantiles, en primer instancia la conducción de la FUA-FUBA (Nuevo Espacio, Franja Morada, Nuevo Derecho, EDI, LA UES) las que bancaron el pacto por un mísero aumento ligado solo al funcionamiento de las universidades, y como fue de esperarse, esos mismos espacios que conducen las federaciones de estudiantes más grande del país, fueron quienes le proporcionaron el quórum y los votos para la Ley Bases, de la mano de Lousteau.


Pero también, una mención merece la tibia oposición del PJ/La Cámpora /la Mella Patria grande, que posaron de oposición a estas direcciones pero en los centros de estudiantes que dirigen no se jugaron a ponerlos al servicio de enfrentar la leyes de ajuste, hasta se
negaron a exigirle a las centrales sindicales de la CGT y CTA (que dirigen) un verdadero Paro General y Plan de Lucha ante cada encrucijada, de tal palo, tal astilla
. Como si fuera poco, en las facultades donde cuentan con el decanato y son gestión, aplicaron también el ajuste, recortando franjas horarias nocturnas claves, como hizo el Colectivo (Cámpora, Mella-Patria Grande) junto con el decano Manetti en Filosofía y Letras, o quitándoles la obras sociales y jubilaciones a docentes y no docentes, como hizo la Cámpora en el
Consejo Superior junto con los radicales y con el silencio cómplice de Patria Grande, o modificando planes de estudios a nuestras espaldas, por nombrar algunas de las medidas más escandalosas.

Por nuevas conducciones combativas y democráticas

En este escenario, es crucial debatir el rol de los sindicatos estudiantiles, los centros de estudiantes, pero así también los órganos de co-gobiernos universitarios. La mayoría al estar en manos de esos espacios tibios, entreguistas y traidores qué son funcionales al
gobierno, responden a los intereses del poder político y económico, y no así al de la inmensa mayoría de estudiantes que somos trabajadores y de los sectores populares.
La tasa de desempleo aumenta día a día, 6 de cada 10 compañerxs están por debajo de la línea de pobreza, la deserción estudiantil se siente en nuestras aulas y los tarifazos imposibilitan que lleguemos a la facultad, y esperar a las elecciones nacionales no es una opción, como así proponen la Cámpora y Patria Grande.

El 23A marcó un antes y un después. Es evidente que con las conducciones de estos centros, federaciones y las actuales representaciones mayoritaria estudiantiles y docentes en los consejos directivos es muy difícil ganar, porque operan como freno de mano. Es
clave, entonces, retomar la tradición de lucha de los rebeldes del 18, que enfrentaron el oscurantismo y transformaron nuestra universidad
. Es con organización desde las bases, con lucha, pero sobre todo, con independencia política y democracia asamblearia.

Desatando los nudos que las actuales direcciones nos imponen, y abriendo paso a las nuevas, que desde abajo y a la izquierda tenemos la voluntad y la convicción de que hay que transformar los centros de estudiantes en los que hacen falta para enfrentar a este
gobierno.

Donde el gobierno intenta aplicar un cambio de régimen a uno más autoritario, es necesario avanzar en recuperar centros de estudiantes. Para organizar la resistencia y el ajuste que implica esta Ley de Bases, como para enfrentar también al rectorado cómplice y sus gestiones, las autoridades. Todos ellos atentan contra la autonomía, la autarquía y el cogobierno universitario, y buscan imponer un régimen interno expulsivo y antidemocrático.

Les recordamos que han existido universidades sin autoridades e incluso sin docentes, más no ha existido una sin estudiantes, quienes somos el corazón y la razón de la educación pública.

Desde la Juventud Socialista del MST y nuestras agrupaciones universitarias, somos independientes de los gobiernos y las gestiones, partimos de la base de la defensa irrestricta de nuestra universidad, de la organización del conjunto del movimiento estudiantil para dar la pelea contra el ataque en curso. Somos fieles defensores de la democratización
de todos los espacios de la universidad y la participación directa del claustro estudiantil. Por boleto educativo gratuito y universal, comedores universitarios, mayor franja horaria, guarderías para las infancias, acceso a becas y al desarrollo de la ciencia y tecnología, por
salida laboral real, sin precarización y al servicio de las mayorías sociales. Es decir, por el pleno ingreso, permanencia y egreso de todxs lxs compañerxs.

La unidad que hace falta

El punto de partida para defender estas demandas es la máxima unidad entre los luchadores. Apelamos a que en las próximas elecciones universitarias podamos construir listas conjuntas y unitarias con lxs compañerxs de En Clave roja PTS y el Partido Obrero y
todes con quienes conformamos el Frente de Izquierda Unidad, para hacerle frente a este gobierno de ultraderecha, siendo necesario también abrir las listas para que puedan integrarlas todo el activismo independiente y autoconvocado que se manifestó a lo largo del
conflicto por presupuesto y que está dispuesto a seguir enfrentando todos los ataques de Milei. En la Facultad de Filosofía y Letras este sector tuvo protagonismo importante en asambleas, clases públicas y otras acciones, como así también una experiencia recorrida
de la Facultad de Sociales, Psicología, FADU, entre otras. Distintas trayectorias que, decara a las próximas elecciones de centro y consejo, de tener una expresión político electoral, podrían generar una transformación cualitativa.


A toda la izquierda revolucionaria, a todo el activismo independiente y autoconvocado, ahora más que nunca, toca unirnos a quienes compartimos perspectivas de un plan de lucha unitario, no solo acuerdos electorales. Desde el vamos es la construcción de un programa en unidad, que establezca entre luchadores un norte y parámetros para actuar de conjunto, construido desde abajo, y que defienda las demandas de lxs trabajadorxs, movimientos sociales, asambleas barriales y todos los sectores en lucha que quieren tirar abajo el plan de ajuste de Javier Milei.

Por otro lado, la clave es tener un método sano, que nos permita actuar con matices, abandonando la vieja escuela de las agrupaciones estudiantiles de las fuerzas políticas tradicionales o de la izquierda que se mimetiza con lo peor de ese aparatismo. Es un
método que supere toda experiencia agotada del 2001, para dar inicio a un camino nuevo.

Es decir, este proceso electoral puede ser la oportunidad clave, estación de paso para una intervención común de la izquierda y lxs luchadorxs en cada lucha, más allá del proceso electoral en sí. Para eso, debemos superar las limitaciones metodológicas que nos impiden actuar colectiva y colaborativamente. Desde el MST repudiamos cualquier tipo de falsos
hegemonismos y oportunismos, sobre todo ante esta delicada situación política que nos toca atravesar. Y no avalamos aquellas intenciones de quienes buscan reducir las elecciones del movimiento estudiantil a un simple debate de distribución de cargos en las
listas. No compartimos los métodos violentos y patoteriles, como tampoco las imposiciones oportunistas, ni los “derechos de piso”. Para el MST, esta base se acentúa en el compromiso de recuperar los centros de estudiantes, defender y conquistar nuestras reivindicaciones y fortalecer la unidad obrero-estudiantil, con independencia de clase y la más absoluta democracia participativa del conjunto del estudiantado.

Una unidad por una estrategia común, que es contribuir a que el movimiento estudiantil junto a la docencia, dándonos nuevas conducciones que reflejen una nueva etapa para los desafíos importantes que se vienen en centros, federaciones y consejos. Para eso, una unidad que exprese la inserción de las distintas corrientes, el desarrollo real que tenemos y la actividad permanente. Que sea un punto de partida para un acuerdo, sin dejar a nadie afuera, no sea un rejunte parecido a los frentes posibilistas que terminan abriendo o
pavimentando camino a las expresiones de derecha en el terreno político general. Unidad programática si, unidad sobre la base de un método sano y coexistencia que activamos con inserción y estructuración real sin aparatismos en la UBA. Parte de la responsabilidad de los principales partidos del FITU que interactuemos en primer lugar con el activismo autoconvocado e independiente, sin excluir a nadie, pero sin caer en las unidades sin principios o en los rejuntes exclusivamente limitados a cantidad de votos que al final terminan siendo contraproducentes.

Juventud Socialista – MST

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