Los metalúrgicos de Villa Constitución preparaban un paro indeterminado de actividades a partir del lunes 15 de julio. La medida fue votada en un congreso de delegados ante la dilación de la paritaria 2023 y la amenaza de cuarenta despidos en Tenaris del grupo Rocca y otros cien en Acindar.
Las metalúrgicas se paralizaron como consecuencia de la recesión económica generada por este gobierno. Las patronales siderúrgicas aprovecharon este parate para avanzar en la precarización laboral con adelanto de vacaciones, suspensiones, despidos y atraso salarial. Esta arremetida de los dueños del acero no es una aventura en soledad; sino que forma parte de la declaración de guerra a los laburantes del gobierno de Milei y las corporaciones patronales, que quieren hacer pagar la crisis a los trabajadores.
Durante estos meses los trabajadores enrolados en la UOM Villa Constitución dieron una señal clara a la patronal de la disposición a luchar. Además, el conflicto metalúrgico se rodeó de solidaridad regional y nacional. La gran movilización del 11 de abril en Villa Constitución tuvo el acompañamiento de otros trabajadores en lucha, entre ellos la Junta Interna de ATE- INCAA y el apoyo de referentes nacionales como Celeste Fierro, legisladora de CABA por el MST/FIT Unidad y el diputado Del Caño, entre otros. Por ello, tras la vuelta de la producción de la planta de Villa Constitución y con el anuncio del paro indeterminado, la patronal aceleró las negociaciones para cerrar la paritaria, teniendo que ceder a los reclamos de la UOM.
Ante el acuerdo, se levanta el paro
Este primer round es favorable a los trabajadores, conquistando un aumento del 107%. Se logró un preacuerdo, a la espera del cierre paritario a nivel nacional en un contexto complejo, con aumentos paritarios pendientes de 2023 y una negociación 2024 que venía estancada.
La pelea de los compañeros metalúrgicos demuestra que es posible enfrentar el ajuste, que hay reservas en la clase pese al rol nefasto de las direcciones burocráticas, que como la CGT – más allá de los paros que le arrancamos- no dio la pelea a fondo contra el DNU y la Ley Bases, dejando que el gobierno avance con su agenda antiobrera. El mismo modus operandi que la UOM nacional: los dirigentes Abel Furlan de Campana y Naldo Brunelli de San Nicolás -que representan a los trabajadores de las principales plantas de Paolo Rocca– dejaron libradas a su suerte a las seccionales, en lugar de nacionalizar el conflicto y unificar el reclamo de todos los trabajadores metalúrgicos.
Por eso es fundamental sacar conclusiones de este primer triunfo. Los trabajadores no podemos dejar nuestra pelea en manos de los burócratas sindicales de la CGT ni sus socios de la UOM. La fuerza debemos construirla de la base y en unidad con gremios que tienen disposición para enfrentar a este gobierno. Necesitamos forjar una nueva dirección combativa para este duro escenario que abrió la llegada del derechista Milei al gobierno, que va contra la industria nacional y viene por nuestros derechos laborales. Confiando en que una nueva camada de dirigentes es posible si apostamos en fortalecer la democracia sindical y la discusión política de todos los compañeros.
En este sentido, creemos fundamental que la UOM VC se ponga a la cabeza de esta necesaria coordinación con los gremios en lucha: AMSAFE Rosario, Ate, Aceiteros, COAD y quienes luchan en todo el cordón industrial de Villa a San Lorenzo. Como primer paso en esta unidad sería importante ser parte del Plenario nacional de delegados de Aceiteros en San Lorenzo. Este encuentro fue convocado de manera conjunta por la Federación Aceitera y el Sindicato Aceitero de San Lorenzo, que después de años de trabajo separado logran unidad en el reclamo contra el impuesto al salario y el recorte de las conquistas obreras.
Abajo el ajuste de Milei y las corporaciones. Que la crisis la paguen Techint y Acindar. Viva la unidad para la lucha basada en la coordinación y la democracia sindical.
Por Chelo Fernández