Hoy 2 de julio se cumplen 101 años del nacimiento de Maria Wisława Anna Szymborska. Nacida en Prowent, actualmente Kórnik, Polonia, fue ensayista, poeta y traductora, ganadora de varios reconocimientos y premios como el Premio Goethe en 1991 y el premio Nobel de Literatura en 1996. Estudió filología y sociología después de la Segunda Guerra Mundial en la Universidad Jagellónica, tras lo cual inició su andadura literaria, consagrada esencialmente a la poesía, aunque también a la crítica y al ensayo en diversas publicaciones periódicas, en particular en Vida literaria.
Su primer poema publicado, Busco la palabra, apareció en 1945 en el Diario Polaco, y fue a partir del poemario Por eso vivimos (1952) cuando obtuvo reconocimiento público. En 1968 aparecieron sus folletines literarios que serían publicados en forma de libro en dos volúmenes: Lecturas facultativas (1973 y 1981).
El inicio creativo se produjo bajo las normas estilísticas del realismo socialista imperante y denota tanto el estremecimiento por los crímenes de la guerra reciente como su identificación con los sufrimientos del pueblo polaco y su esfuerzo por superarlos.
Wisława nos sumerge en un universo de belleza ante el horror. Hasta las rutinas y los pequeños eventos se asocian para dar forma a la existencia. Las cosas llegan para quedarse, seamos o no conscientes de ello: la vida se construye con las capas de aquello que se repite; la irrupción de imprevistos no deja nunca de rebotar en nuestra memoria; todo cuanto nos ocurre puede encontrar un lugar, en lo que llamamos la experiencia de vivir. Bajo esa experiencia del vivir de unos instantes. Cada uno cuenta una historia, un acontecimiento, un instante que ella deseó retener en el tiempo.
Wisława amaba los pequeños eventos que pueblan sus poemas. Ante la destrucción de la que fue testigo, escribía poemas alegres y esperanzadores. “El hombre no se compone solo de desesperación”, sostenía. Su razonabilidad, su refinado sentido del humor, su elegante contención, están presentes en todos sus libros.
Fue una notable poeta polaca, sus poemas, por sí mismos, cargaban vida cantándole a esta en todas sus manifestaciones. Cada verso, con tono coloquial y natural tan propio suyo, igual que cada una de sus palabras y cada uno de sus versos retratando algo de la realidad, tienen significados múltiples que usualmente traspasan lo cotidiano.
Con el paso de los años, su obra adquiere nuevos significados. Es un universo que todo lector debería explorar para encontrar otros elementos ocultos en sus versos. Por lo pronto, Wisława Szymborska seguirá transmitiendo sentimientos, sueños e imágenes por medio de sus palabras a todos aquellos que decidan leer sus poemas y descubrir las señales de vida y humanismo con las que escribió.
Por Manuel Rolón