Hace algunas horas, trascendió que el creador de Wikileaks llegó a un acuerdo con el Departamento de Justicia de los Estados Unidos para obtener su libertad.
Extorsión por la libertad
Luego de años detenido por exponer ante los ojos del mundo los múltiples crímenes cometidos por las potencias imperialistas, el periodista australiano habría aceptado declararse culpable de haber violado la Ley de Espionaje y ser condenado a 62 meses de prisión, que se darían por cumplidos.
Originalmente, fue acusado por 17 delitos contra la Ley de Espionaje y se enfrentaba a una pena máxima de 170 años por más de 250,000 filtraciones de documentos clasificados. Por supuesto, todos los cargos fueron elaborados para amordazar a quien democratiza la información sobre el accionar criminal de las potencias imperialistas.
El crimen de exponer la verdad
A través de este mecanismo buscan acallar a quien denuncia los crímenes más salvajes cometidos por el imperialismo en nombre del Tío Sam. Se lo juzga porque expuso los crímenes de guerra, asesinatos, torturas, vigilancia y conspiraciones diplomáticas de Estados Unidos y otras potencias imperialistas contra la población civil.
Assange tuvo que asilarse políticamente en la embajada ecuatoriana en Reino Unido desde 2012. Posteriormente, en 2019, Lenín Moreno, luego de quitarle la ciudadanía otorgada en 2017 y de intervenir su comunicación en varias oportunidades, decidió retirarle el asilo político e inmediatamente fue detenido por las autoridades británicas.
Desde entonces, existe un vaivén judicial entre la justicia británica y la de Estados Unidos por la extradición del periodista. Así también, se han realizado acciones en todo el mundo exigiendo su libertad.
Su deseo era que Julián Assange se pudra en una celda, con el objetivo de aleccionar al periodismo independiente y amedrentar al hacktivismo que difunde los crímenes cometidos por el imperialismo. Ver a Assange libre reconfortaría a todos quienes luchamos por una sociedad distinta y sería un golpe para el amo del norte.