domingo, 24 noviembre 2024 - 12:40

Kicillof y la derecha. Con Presupuesto bonaerense de ajuste

Sobre la madrugada del 23 de diciembre y luego de casi dos meses de “negociaciones” entre Kicillof, Vidal y el grupo de intendentes de Juntos por el Cambio, los legisladores del PJ y la derecha aprobaron un Presupuesto 2021 bonaerense de ajuste. No fue unánime, por el rechazo de la izquierda.

Pero, ¿por qué tanto retraso? ¿Había oposición o disputaban a favor del pueblo? ¿Se cuestionó el carácter de ajuste de este primer Presupuesto de Kicillof? ¿Hubo fricciones ante el nuevo impuestazo, al votar también la Ley Impositiva? ¿Acaso grieta por el nuevo endeudamiento por $65.000 millones?

Para nada. Como dijo el Jefe de Gabinete, la oposición no cuestionó. Había acuerdo. Mientras el gobernador agradeció el “acto de responsabilidad institucional” de una legislatura que “debatió y aprobó el Presupuesto y la Ley Fiscal 2021”. Es decir, en ajustar no hay grieta. Son “responsables” al momento de hacer pagar la crisis al pueblo.

SUTEBA Multicolor contra el Presupuesto de ajuste 2021, frente a la legislatura bonaerense

En realidad, la rosca y transas que postergaron el tratamiento del Presupuesto, del nuevo paquete impositivo (Inmobiliario, Patentes, Ingresos Brutos) y de un mayor endeudamiento de la Provincia, eran por más de plata para los intendentes. Juntos por el Cambio pedía reeditar el Fondo de Infraestructura Municipal, y pasarlo de 7 mil a 12 mil o a 17 mil millones. Para que cada intendente haga “obras”, campaña y los maneje discrecionalmente. Además, los municipios de “oposición” y el PJ, pedían que la Provincia les condone un préstamo de $4.500 millones que recibieron para pagar sueldos en pandemia.

También hacía a esa transa, el intercambio de cargos por votos para la “oposición” que responde a Vidal, al macrismo y la UCR, en los directorios del Banco Provincia, de empresas como AUBASA (Autopistas), el OCEBA (eléctricas), Tribunal de Cuentas, Fiscalía, Procuración, la Defensoría o el IPS (Previsión), más un buen número de asesores junto a esos cargos. A su vez, Kicillof le pide a Vidal la renuncia del Procurador, Conte Grand -hombre del OPUS Dei-, para poner a alguien de su confianza como jefe de los fiscales.

El PJ y la derecha siguen unidos por el ajuste

Juntos por el Cambio apretaba porque Kicillof no tiene mayoría simple de votos en el Senado para aprobar ni el Presupuesto ni el paquete impositivo. Pero además, como le ocurrió a Vidal, se requiere una mayoría especial para aprobar el multimillonario endeudamiento. Hacen falta los dos tercios de los votos en Diputados y Senadores.

Pero veamos qué implica este Presupuesto 2021. En su mensaje a la Legislatura de más de 200 páginas, Kicillof se dedica a comparar lo hecho este año, solo con la funesta administración Vidal. La que ajustó y llevó al mayor endeudamiento de la historia provincial.

Pero vale decirlo, Vidal no podía hacerlo sola ya que, como le pasa hoy al PJ, tampoco tenía mayoría en la legislatura para aprobar sus presupuestos de ajuste, sus leyes de Ministerios que precarizan el empleo público y sus impuestazos. Menos, los dos tercios para aprobar ese escandaloso endeudamiento.

Vidal contó con el cogobierno del PJ, a través de Massa que hoy preside el Congreso junto a Cristina, del grupo de intendentes, pero también de sectores de la Cámpora como Ottavis y de kirchneristas como Juliana Di Tullio -de las más fieles a Cristina-, quien se ganó el cargo en el directorio del BAPRO porque le votaron a Vidal esos endeudamientos. También en 2019 entraron así como directores del Banco, el ministro  de Transporte de Alberto, Mario Meoni, el cuñado de Massa, Sebastián Galmarini y otro personaje que respondía a los intendentes.

Entonces, despotricar contra Cambiemos es hacerlo contra el PJ que fue corresponsable del ajuste de Vidal. Además, culpar solo a ese período por la decadencia estructural en obras, caminos, escuelas, salud y desempleo que arrastra la Provincia como hace Kicillof, apunta a ocultar que -en los 37 años de la vuelta de la “democracia”-, el PJ gobernó 29 años, salvo por Armendariz y Vidal. Es decir, el 80% de las casi 4 últimas décadas gobernó el pejotismo, con ajustadores como Scioli, Solá, Ruckauf, Duhalde y Cafiero.

Educación y salud como ejemplos

Ahora Kicillof, rey del relato, dice priorizar 7 ejes con este Presupuesto (folio 43): infraestructura y vivienda, educación, salud, desarrollo social y reactivación económica, perspectiva de género y seguridad, por sobre el pago de la deuda que dejó Vidal (a la que se agrega la dejada por Scioli y Solá). Mucho relato, bancado por la burocracia sindical de docentes y estatales que se integró al gobierno con un ministerio, cargos, direcciones, jefaturas, legisladores, concejales, consejeros, etc.

Para analizarlo tomemos dos de esas áreas: Educación y salud. En Educación hablan de fuerte inversión, pero como muestra el gráfico, lo cierto es que Kicillof mantuvo este año el Presupuesto educativo en los valores de Vidal, en 24%. Y para 2021 destina apenas un 26.09% del Presupuesto global, cosa que iguala lo que Vidal destinó en 2018 y muy por abajo de lo que destinó en 2016 y 2015 (27% y 28%). Además de quedar muy detrás del presupuesto educativo de un ajustador como Scioli, que destinó del 29.56% al 33.22% en sus mandatos.

El actual ajuste al poner a Educación igual o por debajo de los niveles de Vidal explica que, en el punto 2 del folio 47 de su mensaje a la Legislatura y al hablar de Inversión en Educación, Kicillof afirme: “en cuanto a la infraestructura escolar, en 2020 se dio continuidad al programa ‘Escuelas a la Obra’, que contempla 937 obras, de las cuales 709 están finalizadas o en ejecución y las 228 restantes, en proceso de licitación”.

Pero la provincia tiene 19.387 establecimientos, lo que implica que apenas al 4.8% del total de establecimientos los habrían puesto “a la obra”. Una burla. Además reconoce que solo concretaron 709 de esas obras -el resto sería licitada alguna vez-, lo que reduce al 3.6% el total de establecimientos en obra. Como decimos, rey del relato.

Otro verso es cuando habla de ampliar el alcance de la tecnología educativa y la conectividad. Ya que anuncia internet para la totalidad de establecimientos “como meta”, pero solo destina $2.800 millones a la compra de notebook. Lo que implica apenas 40 o 50 mil dispositivos sobre 5,2 millones de estudiantes. Es decir alcanzaría al 0,7% del total de la matrícula. Con lo que no llega a 1 estudiante cada 100 o apenas a dar 2 notebook por cada establecimiento. Otra burla.

También Kicillof anuncia pomposo que “la provincia ha presupuestado desembolsos a los Consejos Escolares para la compra de artículos de higiene y desinfección por casi $1.000 millones”. Pareciera mucho, pero como hay más de 19 mil establecimientos, eso da un poco más de $5.000 por escuela al mes. Lo que no alcanza para nada para la desinfección y limpieza necesaria, más en pandemia.

En Salud, otro tanto. Agravado porque fue el año del COVID y que el 2021 pinta igual. La inversión en salud debería haber dado un salto hasta llegar al 10% que exige CICOP como un piso. Pero no, apenas si mantuvo el Presupuesto de este año casi en los niveles de Vidal en 2019, cuando fue el más bajo en décadas con el 5.5% y Kicillof lo “elevó” en pandemia al 5,8%. Solo 3 décimas…

Y para 2021 lo piensa “aumentar” sólo al 6,1% con lo que el gráfico muestra que Kicillof destina a Salud menos que Vidal en 2015, 2016 y 2018. Además de estar por debajo de un ajustador y ala derecha del PJ como Scioli. El Frente de Todos resulta así un progresismo de cartón. Incluso porque todo está atado a la negociación con los bonistas por la deuda, la que puede hacer variar la distribución de las partidas aprobadas… Escándalo.

Este relato es desmentido incluso con los datos del gráfico sobre salud del folio 58 en el proyecto firmado por Kicillof. Allí se ve que en 2019 hubo $56.703 millones para salud, según lo presupuestado. Que esa plata para salud subió apenas a $60.141 millones en 2020 (sin contar COVID), lo que implica solo un 6% más.

Y que si se aceptara lo que dicen sobre COVID, el incremento sería de $22.376 millones. Es decir, un 39.4% más, con lo que sigue muy abajo de la inflación del 53,8%. A su vez, los $69.926 millones que prevé para 2021, con relación a lo comprobable de este año, implica una suba de apenas el 17.2%, en un año con pandemia y una inflación prevista del 37% al 39%.

Otras áreas sociales y los pagos de deuda

Para el ministerio de Desarrollo Social o la Comunidad, área clave por el 50% de bonaerenses bajo la pobreza, los datos de Kicillof en el folio 56 del proyecto, no muestran esa “prioridad” social. Porque Vidal destinó el 2,5% a Desarrollo Social mientras Kicillof apenas el 2,7%.

Además, sobre la inversión no salarial de este ministerio, es decir la parte que va directo a inclusión social, el “aumento” es solo del 14.8%. Tremendo recorte, con una diferencia de solo $6.075 millones en dos años (de $40.942 millones en 2019 a $47.017 millones en 2021).

Por otra parte, Kicillof hace bandera sobre una supuesta y millonaria inversión en el ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad. Pero gasta un millón más al día para difundir su “obra” de gobierno que lo que destina a este ministerio; donde figura un presupuesto de $1.025 millones, unos 117 pesos al año o 0.32 centavos al día por cada mujer bonaerense. Cuando en Comunicación Pública (publicidad) destina $1.384 millones. Es decir, gasta un 35% más para difundir “su” gobierno que en los derechos de las mujeres y la diversidad.

Por el lado del Ministerio de Trabajo, mantiene su presupuesto en los valores de Vidal, 0,11% del total. Y hay fuertes recortes en ministerios y áreas de gobierno donde plantean “aumentos” muy por debajo de la inflación acumulada en estos dos años, estimada entre 91% a 93% (2019 del 53,8% y 2020 entre 37% y 39%).

Así ocurre con el Astillero Río Santiago (79.6%) que sufre un recorte de $436 millones al “aumentar” su partida por abajo de la inflación. Lo mismo con el Poder Judicial y la Administración de Justicia (75.5% y 79.5%), con Fiscalía y el Ministerio Público (67% y 68%) o Seguridad que dice ser otra prioridad (84.1%), Jefatura de Gabinete (80.7%) o el ministerio de Gobierno (39.4%).

También hay un fortísimo ajuste en el Instituto de Lotería, del que dependen el Hipódromo y la actividad del Turf, donde se prevé un “aumento” a la baja, del 30,55% muy por debajo de la inflación acumulada en dos años. Con lo que la poda de Kicillof a Lotería es de casi $40.000 millones. Así el PJ le saca un tercio del equivalente de plata que tenía Lotería con la ajustadora Vidal, a la que se enfrentó con luchas. En 2019, con la anti Turf de Vidal, el Presupuesto de Lotería fue del 6,9% y en 2021 con el “gobierno popular” y defensor de la hípica, se reduce al 4,4%. Otra estafa a lo prometido.

Por otro presupuesto, para otras prioridades

Kicillof también le da al relato con la deuda. En realidad, el Presupuesto es un gran “dibujo”, ya que va atado a la negociación con bonistas y acreedores internacionales. Si se complica la actual y novena postergación en las negociaciones o los bonistas piden un fuerte desembolso inicial para patear vencimientos con mayores intereses, todo el dibujo se caerá. Porque deberá destinar cientos de miles de millones a pagar deuda.

Vencimientos por la deuda contraída por Vidal (gris) y por el PJ (celeste)

Es que el Presupuesto de Kicillof convalida la monumental deuda contraída por Vidal y Cambiemos, la mayor de la historia y en un 83,7% en moneda extranjera. Kicillof habla de “tierra arrasada”, pero pretende reestructurarla y legitimar ese fraude al pueblo, sin una auditoria social que la investigue.

Los vencimientos mayormente postergados por deuda de Vidal y en un tercio, de Scioli y Solá, sumaron este año U$S3.417 y suman U$S 2.562 millones en 2021. Una inconmensurable montaña de plata. Esos 5.979 millones de dólares en vencimientos de deuda, equivalen a 494.000 millones de pesos, ¡una cuarta parte del Presupuesto total!

Por eso votaron darle carta blanca al ministro de Economía para reorientar partidas, según cómo salga la negociación con los bonistas y organismos multilaterales. Pero además, es falso que se pague menos, porque a pesar del dibujo, Kicillof reconoce que pagará más de $61.700 millones en 2021, un 9,4% más que en 2019 por “servicios de la deuda”, como figura en el Art. 2º del Presupuesto.

Con lo que aprobaron pagar más por la deuda que la suma de los presupuestos para el Instituto de Vivienda, Vialidad (rutas y caminos), Trabajo y Desarrollo Agrario. Otro escándalo del relato.

Como si todo esto fuera poco, en los artículos referidos a Cargos del Estado y Horas Cátedra, salta un congelamiento de la totalidad de la planta en estos dos años, cuando debería crecer junto a la población. Junto a una mayor precarización ya que, si bien el número de cargos y horas cátedra sigue en la suma global, bajan un 4.6% los cargos de planta permanente y un 8% las horas cátedra titulares, creciendo la porción de planta transitoria o provisional. En el barrio, a esto también le dicen ajuste (datos: Art. 7º, 8º y 10º, Presupuesto 2021 / Art. 7º, 8º y 9º, Presupuesto 2019).

Por último y como si el PJ-Frente de Todos no tuviera que ver, el gobernador señala con cinismo un déficit habitacional de 2 millones de bonaerenses y “alrededor de 500.000 hogares en los que viven familias hacinadas” y “sin acceso a los servicios de agua y cloaca”. Pero lo dice el mismo que ordenó con Berni una salvaje represión en Guernica y en otras recuperaciones de terrenos. Fue contra miles de familias en emergencia habitacional, para beneficiar la propiedad privada de unos pocos.

Pero además, unos días antes de votarse este Presupuesto, Kicillof anunció con Ferraresi un plan para construir 10.000 viviendas. Pero así se tardaría medio siglo en resolver esa falta de vivienda que “denuncia”. Y eso si construyeran realmente 10 mil viviendas por año.

Por todo esto se necesita otro Presupuesto y otra ley impositiva, con otras prioridades. Que toque los intereses de los “dueños” de la Provincia. Que priorice la salud, educación, vivienda, trabajo, salarios, jubilaciones y demás necesidades sociales a partir de poner impuestos progresivos a los ricachones.

Que se plantee reestatizar los servicios públicos como el agua, la luz o el gas, bajo control de trabajadores y usuarios. Además de eliminar todo subsidio a las privadas, terminar con los privilegios de la casta política y cortar con el eterno endeudamiento, declarando el no pago de la deuda y su investigación, a través de una auditoria social. Por eso luchamos. Es tiempo de socialismo.

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