A través de una publicación en la red social X, el presidente Javier Milei volvió a la carga contra la cartelería y mensajes de la Juventud Socialista del MST en la Universidad de Moreno. En su cruzada por desfinanciar las universidades públicas e instituciones científicas, denuncia por adoctrinamiento a todo aquel que se oponga a su plan motosierra. Tomamos el guante y le respondemos.
Hace pocas semanas Milei decía que “la educación pública en Argentina ha hecho mucho daño lavando el cerebro de la gente” y que era un “centro de adoctrinamiento marxista”. Todo este cacareo antieducación pública, bañado de prejuicios y de un fanatismo casi religioso, está al servicio de justificar el congelamiento presupuestario en un contexto de muy alta inflación y de acallar, silenciar y censurar a quien se oponga.
El método de disciplinar y amedrentar a todo aquel que piense distinto tiene dos canales: el de la represión ideológica vía el abuso de poder, las fake news, la censura, la mentira; y la violencia simbólica estatal y para estatal, tal como lo han sufrido artistas, periodistas e intelectuales a diario de acuerdo el ánimo presidencial. Además de la represión física donde se reparte palo, bala y cárcel para activistas de todas las causas. Esto esta pasando en nuestra Argentina, intentan generar una masa conforme, incapaz de cuestionar la autoridad y el status quo, quieren reducir nuestros espacios de lucha ideológica, intercambio y diálogo a una verdad absoluta delineada bajo el fétido neoliberalismo.
Las universidades públicas desde 1918 han sido centro de disputa, todos los gobiernos han intentado avanzar sobre sus postulados históricos para arancelarla, cerrarla y privatizarla; sin embargo generación tras generación tuvo de guardián al movimiento estudiantil y a la comunidad en general para defenderla. Estas profundas experiencias de lucha han sido generadoras de diversas perspectivas para interpretar la realidad. La universidad es semillero de vanguardia que apuesta al conocimiento autóctono y a pesar de los golpes que ha sufrido y de las limitaciones nutre de entendimiento y ayuda a revelar que detrás de cada artículo, de cada hilo en X, de cada discurso oficial o gráfico de la tv hay relaciones de poder, relaciones económicas, construcciones de sentido común que intentan moldear la cabeza de los argentinos. El acceso a la educación pública nos permite entender que los comentarios aberrantes del tío Carlos de los domingos no nacen de un repollo, son pensados por el poder para sacar ventaja.
Por eso defendemos la educación pública, gratuita, laica, masiva y científica, defendemos la libertad de cátedra, la pluralidad de ideas y fervientemente defendemos el derecho de ocupar nuestra universidad como espacio para la creación, elaboración y la intervención política como requisito para pensar las transformaciones de un país libre de opresión y explotación. El único que adoctrina es Milei imponiendo el pensamiento único con mentiras (o datos de Jumbobot) para justificar el autoritarismo, la represión, el ajuste y saqueo.
El ajuste no solo es hacia los bolsillos de la clase trabajadora; también es ideológico y hasta identitario. No dejemos que se impongan en nuestra casa de altos estudios. Defendamos nuestro derecho a la libertad de ideas, de expresión y de pensamiento. Este 23 tenemos una cita para defender la educación a las 15.30 horas. Movilizamos desde Congreso a Plaza de Mayo.
Magui Fernández, estudiante de Diseño de Indumentaria- Juventud Socialista MST