jueves, 19 diciembre 2024 - 03:13

Coronavirus. Entrevista al doctor Oscar Atienza: “No hay chances de evitar la segunda ola…”

“… tenemos que hacerles un llamado a los gobiernos porque no se están manejando con responsabilidad ante esta situación”.

Entrevistamos al doctor Oscar Atienza, médico cirujano, doctor en medicina y cirugía, Magíster en Administración y Servicios de Salud, Magíster en Salud Pública y docente universitario de medicina. Oscar, quien reside en Córdoba, es una referencia ineludible en la temática de la pandemia.

En los últimos meses se ha constituido en una referencia obligada para la consulta de diversos sectores, y sus análisis se han contrapuesto a algunas afirmaciones de los organismos oficiales que han subestimado la pandemia para habilitar actividades de manera indiscriminada.

Periodismo de Izquierda: Oscar, gracias nuevamente por estar con nosotros y por responder a nuestras consultas.  Ayer hubo una nueva reunión de los ministros de Salud de la Nación, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y de la provincia de Buenos Aires, con el Jefe de Gabinete también, por la preocupación ante la perspectiva de la segunda ola. ¿Qué opinión te merece, cuál es tu estimación, tu perspectiva en relación a la dinámica de la pandemia?

Oscar Atienza: Bueno, ante todo gracias por la invitación. Es un gusto siempre estar con ustedes charlando y gracias por la presentación. Yendo directamente a la pregunta, yo estoy convencido que va a aumentar la cantidad de casos. Por eso en la reunión estuvieron los tres jefes de Gabinete, nacional, de la provincia Buenos Aires y de la Ciudad Autónoma; porque ellos comienzan a ver algunos indicadores que están fuera de lugar. Uno de estos, es la tasa de letalidad -o dicho de manera más cruda, la cantidad de fallecidos diarios- que no ha bajado y debería estar bajando. Porque estamos en el verano y… ¿qué características particulares hay en el verano? Debería estar bajando porque los ambientes están un poco más ventilados, no porque el virus pierda efectividad. De los tres modos de contagio del virus, recordemos que uno es por el tacto, el otro es por las gotitas de Flügge gruesas y el otro con los aerosoles. Las gotitas de Flügge y la de los aerosoles cuando uno ventila el ambiente, sobre todo los aerosoles, se dispersan un poco más. Entonces allí tenemos una menos y casi la mitad de la otra, porque las gotitas de Flügge lo que hacen es caer a un metro y medio de distancia, uno las toca con las manos, se lo lleva a la cara y se termina contagiando. Por eso es que más o menos desciende en una tasa muy leve la cantidad de casos. Esto no está ocurriendo en Argentina y el indicador que tenemos es la cantidad de fallecidos que no ha bajado. La cantidad de positivos sí ha bajado porque a nivel nacional se decidió no testear más o no hacer el seguimiento de los contactos estrechos; y a partir de la tercera semana de septiembre, cuando se decidió no testear a los contactos estrechos, la tasa de infección bajó. Es decir que estaría relacionado inmediatamente con eso.

Pero, ¿por qué están viendo lo mismo que veo yo, la posibilidad de que aumenten los casos en breve? Y la segunda ola no va a ser como como fue en el norte del mundo con la llegada del invierno. Nuestro invierno estaría llegando por mayo o junio. Más precisamente los primeros fríos, no el invierno como estación, los primeros frío los estamos teniendo en mayo o junio.

En los próximos días vamos a tener algunos eventos, son tres fechas claves de alta movilidad de gente: navidad, año nuevo y reyes. Las tres fechas separadas por siete días una de otra y con una gran movilidad gente. A esto hay que agregar que en la parte sur del mundo somos muy afectivos y propensos a este tipo de reuniones. De modo que esta baja de la cantidad de casos que debería haber por el verano, producto de los aerosoles que se ventilan un poquito más, se va a ver contrarrestada por la alta movilidad de personas que vamos a tener producto de estas tres fiestas. Inmediatamente después, ¿qué es lo que viene?: las vacaciones. La gente se va a movilizar en la segunda semana de enero por las vacaciones. Así que ahí tenés algunas de las alarmas que empiezan a saltar a nivel nacional y que nos preocupan, y es a través de ese tipo de situaciones que empiezan a tener algún tipo de temor. Porque además hemos visto en dos o tres fines de semana largos el descontrol que ha sido, la gente no usó el barbijo, los mecanismos de control del Estado no estuvieron, no hubo un inspector municipal que dijera “señor, póngase el barbijo”, “respete el distanciamiento”, etc. Entonces cuando se junta todo esto no va a disminuir la cantidad de casos, todo lo contrario, va a aumentar porque está aumentando la movilidad social y la movilidad social es la principal variable para el aumento de casos. Esto va a terminar contrarrestando lo de los aerosoles, que se ve disminuido por la cuestión climática. Así, más o menos, ese es el resumen.

 A esto lo viene diciendo Gollan (1) que reconoce algunos indicadores que le preocupan para la provincia de Buenos Aires. Lo viene advirtiendo ayer, antes de ayer y, a partir de allí, hace algunas recomendaciones. Es lo máximo que le permite el poder político digamos, está bastante limitado en esto, pero me parece bien que empiecen a alertar y que el poder político se haya reunido, en la cabeza de los tres jefes de Gabinete, para ver si de algún modo mitigan estas variables de reuniones sociales que vamos a tener prácticamente sin control en los próximos días.

Periodismo de Izquierda: Con la llegada de las vacunas se creó la expectativa de que podíamos evitar la segunda ola. Más allá de que ambos sabemos que las vacunas son la solución definitiva y el principio del fin de todo esto, ¿qué chances hay de evitar mediante la vacunación la segunda ola?

Oscar Atienza: Hay cero chances. Y esto es una cuestión de números y quienes hacemos epidemiología lo sabemos: para lograr evitar la segunda ola y el incremento progresivo de casos, necesitas vacunar al 82% de la población argentina. Con eso se logra lo que siempre hemos llamado la “inmunidad de rebaño”, que no se logra de modo natural, sino que se logra solamente con la vacuna. Para lograr la inmunidad de rebaño con la vacuna, se necesita vacunar a ese porcentaje de personas, entre el 82% y el 85%. Eso serían más o menos 35 millones de argentinos.

Para estimar lo que sería lograr ese número, miremos a Inglaterra que tiene una población cercana a la de los argentinos, tiene 60 millones de habitantes. Ellos hicieron un cronograma para vacunar a un millón de personas. Inglaterra es mucho más chiquito territorialmente que Argentina. Argentina tiene una extensión prácticamente como la de toda Europa, de modo que acá la variable de extensión territorial es un poco más compleja. No es lo mismo llevar la vacuna a Jujuy o llevarla a Tierra del Fuego, tenés que hacer grandes extensiones, una gran logística en cuanto a refrigeración para poder hacerlo, no es fácil.

Supongamos que Argentina esté en condiciones de vacunar a 1 millón de personas por semana, que es lo que más o menos dijo el presidente; dijo 5 millones en enero, 5 millones en febrero. En realidad, vacunar 5 millones en enero y 5 en febrero, significa que son 10 millones los que hay que vacunar; porque hay que poner la segunda dosis de los 5 millones que se vacunaron en enero. Y esto es muy importante, porque si se arma bien esa logística se va a estar vacunando un mes de por medio. Entonces el segundo mes, en el mes de febrero, se tendría que garantizar infraestructura para vacunar 10 millones de personas. Eso es inviable, es imposible, la Argentina no tiene esa posibilidad.

Pero suponiendo que podamos vacunar un millón de personas por semana, necesitamos como mínimo, para los 32 millones de personas, 32 semanas. Eso son 8 meses. Si empiezan en el mes de febrero masivamente, estaríamos terminando para noviembre del año que viene. Son más o menos diez meses. La segunda ola se estaría logrando frenar, digo la cantidad de casos, la lograrías frenar cuando por lo menos estés llegando al 60% de personas vacunadas, es decir unos 20 millones de personas vacunadas. Eso se va a lograr en los meses de junio- julio; y a esa altura el aumento de la cantidad de casos, la segunda ola o como quieras llamarle, ya la vamos a tener en pleno desarrollo. No hay forma de frenarla. Lamentándolo mucho, por eso es que insistimos a la gente que no se relaje.

Porque la gente dio por hecho que ya está vacunada, ¿viste? Les dijeron “ya tenemos la vacuna” y la gente dijo “ya está, salgo, me divierto, total voy el 15 de diciembre…” porque según los anuncios del gobierno, era para hoy que empezaban los procesos de vacunación en la Argentina. Se anunciaron hace más o menos 30 días y la gente entendió eso, entendió que venía o cree que va a ir el 15 de enero y según el orden del padrón que esté, le vacunan. Ya que también se corrió el rumor del tema del padrón electoral y eso la gente lo asocia con otro tipo de situaciones. Entonces se ha generado una mala información, una comunicación equivocada y la gente cree que ya está vacunada. Y no, va a empezar el proceso de vacunación, y yo no creo que empiece antes de febrero, lo veo bastante bastante lejano; así que por eso es que yo creo que la segunda ola va a ser difícil de frenar.

Periodismo de Izquierda: Dos cuestiones, evidentemente ha habido una responsabilidad gubernamental en esto de la desinformación o la creación de esta inmunidad imaginaria que la gente cree tener porque la vacuna se anunció. Y lo segundo, es que por estas estimaciones que vos tenés de llegar apenas a un 60 % en junio, la segunda ola que comenzaría antes, que no podríamos evitar, se estaría combinando o potenciando con el regreso en invierno de los fríos, que ya sabemos como recién explicaste, potencia el contagio porque hay menos distanciamiento social, los aerosoles que no se ventilan, etc., podríamos tener un panorama bastante complejo sanitariamente hacia el inicio en invierno.

Oscar Atienza: Así es, yo no tengo duda de que ese va a ser el escenario. Porque, además, hay que saber que a los menores de 18 años no se los va a vacunar, no van a estar incluidos en esta pandemia. Allí tienen varios millones de personas por donde va a seguir circulando el virus. Pero además en los meses de junio, julio y agosto todavía vas a tener un 30% de gente que no va a estar vacunada; entonces esa gente va a seguir siendo un poco el objeto de esta pandemia.

Quizás el único indicador que va a bajar es el de la letalidad, si es que logramos vacunar al equipo de salud y a los mayores de 65 años que son los que tienen mayores factores de riesgo. En esta primera tanda quizás el único indicador que logren bajar es ese, pero te va a aparecer otro, que va a ser el de la letalidad en las personas de menos de 18 años que hoy es poca, porque han estado guardados durante mucho tiempo, porque no han asistido a los establecimientos  -porque clases han tenido y no tengo dudas de eso- pero no han asistido a los establecimientos educativos; entonces no hubo contacto y así no se dio la lógica de la infección, pero si los movilizas masivamente como dicen que van a retornar las clases presenciales en los meses de febrero- marzo, allí sí vas a tener una variable que va a movilizar cantidad de infectados y van a aparecer esos indicadores que hasta el día de hoy estaban ocultos: internación y  letalidad de personas jóvenes, y eso sí me preocupa, porque el daño es en una persona joven. Cuando un niño fallece no es algo esperado, es una catástrofe, es algo que no se repara. Una persona adulta bueno, más o menos transitó una parte de la vida y no debería morir tampoco. Digo, todas estas son muertes evitables, eso lo tenemos que tener en claro, pero cuando te fallece un chico eso es una catástrofe. Hay que pedirle a la gente que tenga algún grado de conciencia sobre esto y creo que tenemos que hacer un llamado a los gobiernos porque no se están manejando con responsabilidad ante esta situación.

Privilegian lo económico y bueno, es como creo que en alguna entrevista hablé con ustedes por allá al inicio de la pandemia, el que privilegia lo económico tiene desastres sanitarios y no salva ninguna de las dos variables.

Periodismo de Izquierda: Finalmente, para no molestarte más, te consulto sobre la situación de Córdoba. Hace poco leí un posteo tuyo, muy claro, que decía que para el número promedio de muertes diarias que tenemos, es evidente que el nivel de sub testeo es muy grande, porque tenemos un promedio de 30 muertes diarias en Córdoba, lo cual es realmente una masacre. ¿Cuál es tu opinión de la situación de Córdoba?

Oscar Atienza: No hay muchas alternativas: o la tasa de letalidad en Córdoba es del 15%, la más alta del mundo, no hay otro lugar en el mundo en donde hay una tasa de letalidad tan alta; o hay un sub testeo tremendo; o están blanqueando fallecidos de tiempo atrás, con lo que los fallecidos que tuvimos hace 20, 30 días atrás eran más que los que nos mostraron. Cualquiera de las tres situaciones la verdad es que está totalmente contraindicada en una pandemia. En una pandemia los números deben ser manejados de manera transparente. El sábado pasado murieron 30 personas en Córdoba y a nivel país fueron 61 los fallecidos, es decir casi un 50% de fallecidos. Córdoba tiene los peores números del país, de la cantidad de fallecidos diarios que se reportan a nivel nacional, dependiendo del día, entre el 20% y el 40% son cordobeses. El 30% de los internados en terapia intensiva de la Argentina son cordobeses. Es decir que en Córdoba esta libertad económica que tuvimos, la apertura indiscriminada, tuvo su costo: abrir los shoppings y abrir los bares en modo prematuro tuvo un costo a nivel de vida y los indicadores están ahí. Entonces yo tengo esas tres alternativas, no tengo más. O hay sub testeo, o me están blanqueando fallecidos de hace tiempo atrás, o la tasa de letalidad de Córdoba está en 15 puntos, la más alta de todo el mundo. No hay muchas más opciones que esas tres, las tres son preocupantes la verdad.

Periodismo de Izquierda: Muy claro, muy claro. Te queremos agradecer nuevamente por tu tiempo, por tus apreciaciones, por todo lo que estás haciendo. Te has convertido para muchos y muchas en una referencia, en una voz que alerta, que señala, que ayuda como decíamos a exigirle a los gobiernos que actúen al nivel de este problema. Así que muchísimas gracias nuevamente.

  1. 1) Daniel Gustavo Gollán  ministro de salud de la provincia de Buenos Aires

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