El norteamericano Blinken está de gira por la región a fin de buscar una nueva tregua en medio de los ataques genocidas de Israel y un salto en la tensión regional. Mientras el régimen fascista sufre mayor presión internacional para frenar la masacre, Javier Milei fue a darle su apoyo. ¡No en nuestro nombre!
No hay registro en la historia argentina reciente del apoyo abierto de un presidente a un gobierno que está causando un genocidio.
Apoyar la matanza bajo el eufemismo de apoyar «el derecho a la defensa» se completa por su anuncio de declarar por decreto al Hamas como organización terrorista. Pese a las grandes diferencias políticas que tenemos con la conducción de ese partido islamista, rechazamos de plano esa decisión. También el traslado de la embajada argentina a Jerusalén, violando el derecho del pueblo palestino y las disposiciones internacionales en contrario.
A Milei lo recibieron los sionistas como a un rock star, mientras crecen a diario las cifras de la masacre sin pausa de la población de Gaza. Ya llegan a 27.800 las víctimas mortales, la mayoría niños, mujeres y ancianos. Y hay que sumar casi 7.000 cadáveres enterrados bajo los escombros y unos 70.000 heridos.
Dos tercios de la población gazatí fue compelida por las tropas de ocupación a abandonar sus hogares huyendo de bombas y misiles, para luego soportar masacres en los territorios «seguros» atacados con la excusa de perseguir a Hamas. De unos 2,3 millones de habitantes, los organismos internacionales calculan que 1,1 millón sobrevive en condiciones extremas, sin alimentos, agua potable, medicinas ni lo mínimo para sobrevivir.
Según las noticias, la avanzada de la tropa sionista, que centra su actuación en la ciudad sureña de Khan Yunis, se prepararía para atacar Rafah, la ciudad palestina limítrofe con Egipto, a donde huyeron decenas de miles de familias. A la vez, una denuncia israelí contra 12 de los 30.000 asistentes sociales de la ayuda humanitaria de la ONU (UNRWA) sirvió para que países y potencias amigas de Israel corten el vital financiamiento a este órgano que asiste a seis millones de refugiados.
Resistencia, choques regionales y polarización política
A 123 días del inicio del ataque sionista, el ejército israelí no logra quebrar la resistencia palestina ni recuperar los 136 rehenes que quedan a manos de ésta. El retome de control por milicias palestinas de zonas que la tropa sionista abandonó, la muerte de 24 soldados israelíes cuando una bomba antitanque, lanzada por la milicia palestina, impactó sobre los explosivos que manipulaban para demoler un barrio cercano a la frontera, son una muestra de esto.
A los combates al interior de la Franja se agrega una seguidilla de enfrentamientos armados en la región.
Hubo cruce de disparos entre Israel y la milicia libanesa de Hezbollah y un sostenido ataque de los rebeldes hutiés de Yemen a los buques que transitan por el Mar Rojo. La brutal respuesta de la aviación yanqui y británica contra las bases de lanzamiento hutíes no lograron impedir que la mitad del tráfico internacional que pasa por el canal de Suez se desvíe a otra larga y costosa ruta segura.
Al otro lado, los yanquis soportaron el ataque de drones de milicias iraquíes a su base jordana Torre 22, con la muerte de tres soldados y un tendal de heridos. Respondieron con una andanada de bombardeos en Irak y Siria, que pese a causar decenas de muertos no paran la acción de las milicias anti-norteamericanas, que ya llevan más de 170 ataques desde el inicio de la agresión sionista a Gaza.
En este marco el Secretario de Estado yanqui, en reuniones con los mandatarios de Arabia Saudita, Egipto, Qatar e Israel, pretende lograr una tregua. La dirección de Hamas habría aceptado un acuerdo que implica el canje de prisioneros, más un alto el fuego total que, en tres etapas, termine definitivamente con la agresión militar israelí. Netanyahu y su gabinete de ultraderecha se niegan a esta última cláusula de la propuesta de la conducción gazatí.
Aislamiento internacional y polarización política
En estos días, un reflejo de la presión de la movilización internacional fue el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de la ONU ante una acusación de Sudáfrica a Israel por genocidio. Según la CIJ, «Israel ha cometido, está cometiendo y corre el riesgo de seguir cometiendo actos genocidas contra el pueblo palestino en Gaza» y le exige medidas al Estado sionista, que desconoce el fallo.
Pese a sus limitaciones, como no exigir un inmediato alto el fuego, y sin tener ninguna confianza en un organismo imperialista, su fallo refleja la enorme ola de solidaridad con Palestina.
En las últimas semanas, entre otras, nutridas movilizaciones cruzaron España e Italia el 20 de enero en el aniversario del Holocausto, el 13 la marcha nacional en Washington, la declaración de la ciudad de Chicago contra el genocidio y la convocatoria de la CGT, la IAC y la Intersindical catalanas a un paro solidario de dos horas el 7 de febrero.
El régimen sionista no las tiene todas consigo. El 3 de febrero miles de israelitas, convocados por las familias de los que aún siguen rehenes en Gaza, se movilizaron para exigir a Netanyahu que traiga a sus familiares con vida. Es que la furia asesina del primer ministro y su gobierno es la responsable de que 31 de ellos hayan muerto en medio de los brutales bombardeos y el resto puede correr una suerte similar.
Netanyahu continúa y extiende la guerra porque si la para puede terminar preso. Así lo estimó en un reportaje a La Nación(1) el conocido político palestino Mustafa Barghouti(2): según él, la política del primer ministro ultraderechista israelí es el exterminio y deportación de la población de Gaza.
En igual sentido, la web Viento Sur señala que se estaría aplicando el Plan Definitivo o doctrina Smotrich. Para ese «diputado de extrema derecha -en la actualidad ministro de Finanzas de Israel y máxima autoridad en Cisjordania-, la contradicción consustancial entre las aspiraciones nacionales» entre los que actualmente usurpan el territorio y el pueblo palestino «no permite ningún tipo de compromiso, ni reconciliación, ni partición.»(3)
Solidaridad internacional para derrotar al fascismo
La búsqueda de una tregua por parte de Blinken responde al temor a que el conflicto desate un enfrentamiento militar regional. Tanto Hezbollah como el gobierno iraní han manifestado no querer entrar en guerra con Israel y EE.UU. Y es vergonzosa la política de los gobiernos árabes, que lloran lágrimas de cocodrilo por Palestina pero, como bien acusa Barghouti, «son pasivos». Y la trama de acción y reacción que se desarrolla en la región puede hacer que los actuales enfrentamientos parciales terminen en un conflicto a escala en alguno de los frentes abiertos.
La pelea por Palestina libre nos incumbe a todos los que en todo el mundo luchamos contra el fascismo, los regímenes autoritarios y las leyes cada vez más contrarias a los más elementales derechos humanos y democráticos, que el imperialismo y sus gobiernos títeres pretenden imponer para aplicar sus planes de ajuste y entrega.
El viaje de Milei a Israel, cuando muchos de los más importantes apoyadores de ese Estado genocida se cuidan de no aparecer en la foto con los asesinos, son dos caras de una misma política.
Mientras alentamos la más amplia unidad de acción para lograr un alto el fuego inmediato y cese la masacre, los socialistas del MST, sección argentina de la LIS, sostenemos que no habrá solución definitiva sin destruir ese enclave imperialista genocida que es el Estado de Israel y construir con todos los que quieran habitar esos territorios una Palestina única, democrática, laica, no racista y socialista, en el marco de la revolución en todo Medio Oriente.
1 Mustafa Barghouti: ‘Netanyahu quiere seguir la guerra porque sabe que si la detiene va a ir a la cárcel’, La Nación 05/02/2024.
2 Mustafa Barghouti es hermano de Marwan Barghouti, dirigente palestino preso desde 2004, que es considerado como un Nelson Mandela local.
3 «Israel-Palestina. La opinión pública israelí ha adoptado la ‘doctrina Smotrich’», Viento Sur 02/02/2024.
Encuentro internacionalista en Milán
Los días 17 y 18 de febrero se realizará un 2º Encuentro internacional de la extrema izquierda en Milán, Italia. Esta iniciativa, surgida de la izquierda italiana, ha logrado generar un espacio muy positivo de reunión y debate sobre la dinámica situación mundial entre distintas organizaciones nacionales e internacionales que nos reivindicamos anticapitalistas. Este nuevo encuentro tiene como disparador los “Puntos cruciales de las luchas entre potencias: de Ucrania a Taiwán, de África a Medio Oriente. Por una respuesta de clase.” En nombre de la Liga Internacional Socialista participarán nuestros compañeros Alejandro Bodart y Rubén Tzanoff. Posteriormente Bodart, coordinador de la LIS, participará de una serie de reuniones y conferencias en Portugal, España, Grecia y del congreso de nuestra organización hermana La Lucha, en Pakistán.