Se fue Norberto del Caño, el Coto y aunque las y los marxistas hacemos un enorme esfuerzo para comprender la realidad de la forma más objetiva posible, lo injusto de su muerte nos resulta inexplicable.
Escribir las palabras para su despedida encierra una responsabilidad gigante y a la vez un honor que no creemos merecer, haremos nuestro mejor intento para que cualquier persona que lea esto vea al Coto reflejado y sienta el tremendo orgullo que significa para todos nosotros haber compartido el camino de la revolución con él.
El Coto arrancó a militar muy pibe, en la universidad. Eran tiempos de rebeliones y revoluciones, de Beatles y Olimareños, de ganas de cambiarlo todo. El Coto participó del Cordobazo y sus anécdotas sobre esa gesta son impagables, jamás nos atreveríamos ni siquiera a empezar a contarlas, sólo él podía hacerlo tan bien. Nos las guardamos en el corazón para siempre.
En la dictadura entró a militar al PST -nuestro partido antecesor-. Fue obrero gráfico, delegado y luego miembro de la Comisión Directiva del sindicato. Fue parte de la resistencia de nuestra clase que se organizó en las condiciones más adversas y permitió luego echar a patadas a los milicos.
Después militó en el MAS y luego se incorporó a nuestro MST. Dirigió equipos y mesas sindicales, siendo parte de la DR y de la Comisión de Moral hasta hoy y siempre fue el faro para nuestras camadas jóvenes a las que nos formó cagándonos a pedo, porque no lo vamos a negar, el Coto era un cascarrabias y nosotros unos pesados. Al Coto le gustaba el vino y las guitarreadas, nos hemos quedado trasnochando más de una vez contando anécdotas y cantando a los gritos.
Hoy estamos destrozados, lo vamos a extrañar siempre, aunque cada uno de nosotros y nosotras vamos a agradecer de por vida haber tenido la dicha de compartir camino con el Coto. Abrazamos a sus hijos, a sus amigos, nos abrazamos nosotros. Que pena no creer en el Más Allá, porque nos gusta la idea de que te estás encontrando con el Viejo Vaca y que se están tomando un vino gritando que se muera la policía. Por lo pronto de lo que estamos seguros es de que en nuestro puño y en nuestra lucha vas a vivir siempre. ¡Compañero Cototo, hasta el socialismo siempre!
Dirección Regional de Córdoba