Después de transcurrida más de una semana del ataque al stand 15 en la Feria del libro de Mendoza por parte de una patota de la derecha, cabe hacer un análisis. En primer lugar, hay que señalar que la Feria del libro fue pobre. Desde hace por lo menos cinco años, se viene empobreciendo en cantidad de días y de propuestas. Es tan inocultable que hasta medios locales afines al gobierno de Suárez lo han señalado. Este año se sumó la falta de difusión y un gasto desproporcionado e injustificado en Djs, a tal punto que el periodista Walter Gazzo denunció que el Ministerio de Cultura gastó la suma de $19.300.000 (pesos diecinueve millones trescientos mil) para la contratación de 7 (siete) reconocidos Djs para que animaran las noches de la Feria en el escenario exterior (Sitio Andino). Muchos escritores presentamos propuestas para actividades con un presupuesto infinitamente inferior pero fueron rechazadas, lo cual demuestra a las claras lo que venimos denunciando desde hace años: la política cultural está orientada en función del turismo y de las ganancias que pueda generar a empresas. El derecho de hacer y acceder a la cultura te lo debo.
¿Qué pasó en el stand 15?
Fue la pregunta que nos hicieron durante toda la semana. Antes de responderla y para aclarar imprecisiones que circularon en todos los medios, hay que contar qué material y quiénes estaban en ese stand. Fue un stand que se construyó de forma colectiva gracias a que la editora y poeta Melissa Carrasco de Fractura Ediciones decidió abrir su espacio, de manera que se conformó con la Asamblea de Trabajadores de la Literatura, la COMOM (Comisión Organizadora de la Marcha del Orgullo de Mendoza), Fractura Ediciones, La Montaña Ediciones Socialistas, IPS y Sombrero Azul.
El día sábado 7 pasadas las 18 apareció un grupo de cuatro hombres que empezaron a agredir verbalmente en el stand 15. Comenzaron por la mesa de La Montaña diciendo que era una vergüenza que se permitieran libros con ideas de izquierda en la Feria, tuvieron especial saña contra los libros de feminismo y disidencias. Gritaron que iban a romper los ejemplares, que los iban a quemar y a vomitar la mesa. Luego llegaron al revistero de la COMOM y allí la situación escaló, tomaron fanzines y los abrieron al grito de “hay que respetar la ley natural”, “es un ataque a la familia” y el absurdo “ustedes promueven la prostitución infantil”. Los gritos y amenazas de quema y desaparición del stand fueron en aumento lo que provocó que la gente que estaba en los pasillos se acercara y empezara a decirles que nadie los obligaba a mirar y tampoco a llevar ese material para luego pasar a cantarles “que se vayan”. La resistencia de quienes estábamos en el stand y la reacción de la gente, logró que los violentos se retiraran. Esto último es muy importante y hay que destacarlo porque muestra que la derechización del voto todavía no traspasa otros límites, hay reservas para rechazar ataques como el de este grupo de fachos que tenía un claro objetivo: impedir que las ideas de izquierda, el feminismo y las diversidades estemos en la Feria del libro. El hecho cobró más relevancia cuando se supo que algunos de ellos estuvieron en el ataque a una muestra de arte en el rectorado de la UNCUYO a principio de año.
Las reacciones no se hicieron esperar: la Ministra Vicario y el subsecretario Fabián Sama nunca aparecieron por el lugar y demoraron un día hasta hacer un posteo en redes sociales “rechazando actos intolerantes” sin mencionar el hecho ni el stand, obligados por la repercusión del comunicado que publicamos esa misma noche. En la tarde del domingo 8 se realizó una asamblea convocada por la Asamblea de Trabajadores de la Literatura a la que asistieron escritores, el sindicato de docentes universitarios, el Movimiento de Músicos Independientes y las asambleas por el agua para expresar su solidaridad. Durante todo el domingo y lunes los medios se hicieron eco y fue muy importante la reacción del sector editorial y de organizaciones de escritores. Recibimos la solidaridad de miles de adhesiones individuales al comunicado por parte de escritores y personalidades de la cultura, la ciencia, el periodismo, la política, etc. La SEA (Sociedad de Escritoras y Escritoras de la Argentina) repudió el hecho en un comunicado exigiendo intervención judicial para identificar y sancionar a los responsables y afirmó que actos de esta naturaleza no se pueden dejar pasar. La Cámara Argentina del Libro manifestó su completo rechazo a expresiones de intolerancia y violencia que atentan contra la libertad de edición en un marco de convivencia democrática. Desde Córdoba las editoriales independientes y la Editorial Universitaria Villa María también expresaron su repudio, al igual que la Red de Editoriales de Universidades Nacionales. Como se puede ver fue amplia la solidaridad que cosechamos desde todos los puntos del país.
El día lunes el abogado de DDHH Alfredo Guevara presentó una denuncia penal en la que seremos testigos ya que consideramos que hay que ir a fondo. Algunos de los responsables están identificados y se mueven con impunidad, ni el gobierno ni la justicia han actuado como sí hacen cuando hay un corte de calle o cualquier manifestación en el espacio público, persiguiendo, imputando y encarcelando compañeros. Hay que demostrarles a estos personajes que no tienen carta libre para amedrentar, amenazar y violentar como lo han hecho hasta ahora.
Sergio Morán – Docente y Escritor