jueves, 21 noviembre 2024 - 08:28

300 Rondas un solo grito. ¡Paren de fumigar!

Desde diciembre del 2017 en Entre Ríos todos los martes, junto a la Coordinadora por una vida sin agrotóxicos: Basta es Basta, rondamos en Paraná, damos vuelta a la Casa de Gobierno y al menos una decena de ciudades en la provincia se suman cada semana. Nos mueve la urgente necesidad de trasformar el modelo productivo, de transicionar a un modelo agroecológico, con tierra para quien la trabaja, con alimento y territorio sanos para las poblaciones.

La ciencia, las organizaciones socioambientales, los y las productoras, los vecinos, médicos, médicas y maestras de pueblos fumigados, ya brindamos sobradas muestras de las consecuencias brutales que provocan en el territorio, en la salud y en la producción, el actual modelo del agronegocio.

La inseguridad alimentaria, la sequía, la ruptura de los ciclos de lluvia, la contaminación en cursos de agua y el impacto en la biodiversidad y la salud de las poblaciones nos dejan en una situación de vulnerabilidad extrema. Que se agrava cuando vemos que todos los mecanismos de toma de decisiones sobre cómo, qué y dónde se produce están en mano de políticos ecocidas, asesorados y mandatados por las corporaciones y grandes terratenientes del agronegocio, y que nos alerta aún más cuando vemos expresiones negacionistas de esas consecuencias como son las de Milei, que en nuestra provincia lleva como candidato a gobernador a un Etchevehere: familia representativa del más fiel modelo de agronegocio.

Pero no es un problema sólo de discursos o de producción. Es profundamente politico. El círculo de producción agroindustrial no se sustenta sin el apoyo del Estado. Los gobiernos no sólo destinan subsidios millonarios al “salvataje” de estos sectores, planes especiales para cuidar sus ganancias como el “dólar agro” o directamente el acondicionamiento de infraestructura como rutas y puertos, o las ventajas de concesiones abiertamente extractivista de la hidrovía. También “legalizan” este modelo con leyes a sus medidas. Actualmente JxC impulsa un proyecto de reducción de las distancias de fumigaciones a 10 metros de las poblaciones. Las firmas de apoyo al proyecto tienen una particularidad que no sorprende: tanto el diputado nacional por Entre Ríos Atilio Benedetti, como los 7 firmantes restantes son productores agropecuarios. El lobby en su máxima expresión, mientras duerme en los cajones del Congreso la Ley de humedales, y leyes de fomento agroecológico que no tienen lobby interno.

Dante Klocker y Nadia Burgos

Las 300 rondas de los martes muestran una persistencia sin igual, porque resignarnos a este mundo de saqueo y contaminación no es una opción. Pero también enseña caminos alternativos y posibles. Porque la red de productores agroecológicos se sigue extendiendo. Claro está que no alcanza sólo con esas experiencias aisladas. El problema de los modos de producción es sistémico. Un mundo donde se encuentra glifosato hasta en los hielos de Antártida no nos deja otra opción que profundizar la organización y la lucha.

El cambio tiene que ser global y radical, y la transición tiene que empezar ya. Los efectos climáticos son también una consecuencia de este modelo productivo y su impacto en el planeta. Ayer para la ronda 300 teníamos 33 grados de temperatura, esta mañana mientras escribo estas palabras invade a Paraná una tormenta de viento y la temperatura proyecta que va a bajar a los 12 grados, con lluvias que no alcanzan a regar nuestro campo, pero vientos que pueden hacer desastres.  No sólo está en juego la calidad de lo que comemos, también lo está la ciudad y campo que habitamos.

Que estas 300 Rondas sigan siendo un faro que visibilice y rompa todo cerco mediático y corporativo, y que el árbol no nos tape el bosque. Bordet y el Gobierno del PJ en nuestra provincia no dieron repuesta a ni un solo punto de los 16 que se presentaron en aquella primera ronda en el 2017 para revertir el “éxito” del modelo soja, ese éxito que tiene cara de concentración y extranjerización de la tierra y de las formas de producción, que tiene cara de 60% de los niños bajo la línea de pobreza, de malnutrición y destrucción de nuestros ecosistemas. Seguir rondando nos da la certeza de que cada paso nos fortalece para seguir luchando al grito que nos unifica: ¡Agroecología ya! Para prohibir transgénicos y agrotóxicos.

Desde la Red Ecosocialista y el MST en el FITU seguiremos aportando nuestra fuerza militante, organizativa y de propuesta alternativa para dar la batalla en todos los terrenos, para conquistar una producción al servicio de las mayorías sociales y no de las corporaciones.

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