domingo, 24 noviembre 2024 - 22:19

Nueva corrida. Cierre de campaña con el dólar disparado a $ 600

Con el repunte de $ 22 de ayer más la suba de hoy, el dólar blue cerró su cotización a $ 598 y el CCL tocó los $ 605 para luego bajar un poco. Cifras récord que ya se sienten en precios y desabastecimiento de distintos productos. La falta de reservas, la devaluación selectiva, la incertidumbre acerca del real ajuste pactado con el FMI y las dudas acerca del próximo resultado electoral del gobierno abonan el terreno de los especuladores. Lo pagamos todos los que trabajamos con más inflación y baja del salario. Hace falta romper con el FMI, nacionalizar la banca y el comercio exterior.

Ayer se disparó nuevamente el dólar. En los últimos 30 días el dólar subió más de un 21% y triplica la inflación proyectada para julio pasado. En una semana el dólar blue subió $ 48. El gobierno esta invirtiendo U$S 40 millones diarios en el mercado cambiario para evitar el desbarranque de los dólares financieros que operan en el mercado interno, los llamados dólar bolsa (MEP). Mientras que el que se usa para sacar plata del país, el contado con liquidación (CCL) cerró en $ 592.

Algunos economistas dicen que la  divisa norteamericana puede subir más todavía proyectando la última corrida de hace cuatro meses, lo que daría un valor para el dólar actual de $ 630. Pero los efectos de la actual corrida ya se sienten fuertemente en los precios, contradiciendo los dichos de Massa de su efecto “neutro”. Un candidato ministro que se enoja cuando el periodismo le pregunta por la inflación.

Pero los que soportamos la inflación, es decir la mayoría de la población, los que trabajamos, ya sufrimos los efectos de esta disparada del dólar. Por un lado, las proyecciones sobre el aumento de precios de agosto ya superan el 9%. El índice de Ciudad de Bs. As. de julio ya arrojó un 7,3%. A los aumentos del 20% en el precio de la carne luego del lanzamiento del “dólar maíz” a $ 340, los efectos sobre el costo de los insumos y mercaderías con componentes importados se sienten fuertemente. Ahora al impuesto del 7,5% para importación, debe sumarse que distintos artículos son desabastecidos por los empresarios a la espera que se estabilice la cotización de la divisa o sufren aumentos exorbitantes para cubrir futuras reposiciones.

El impacto de la corrida ya obligó a Massa a prometer un aumento de suma fija para los sueldos más bajos con posterioridad a las PASO, amenazando también a los especuladores con el blue. Los funcionarios del Ministerio de Economía sostienen que ya están preparados para afrontar una corrida aún más fuerte si les va mal el domingo electoral próximo. Fuentes periodísticas informan que llegaron dos aviones con dólares importados de Estados Unidos para contar con los billetes físicos necesarios para afrontar esa posible contingencia.

Entre los analistas económicos se señalan varios factores que explican la actual corrida contra el peso y la “dolarización de carteras” de las empresas para cubrirse en esta coyuntura de definiciones políticas. Una es la conocida falta de reservas netas, que actualmente serían negativas superando los 7 mil millones de dólares, obligando a los funcionarios de economía a tomar prestamos poniendo las reservas de oro en garantía.

El gobierno le echa la culpa a la sequía, pero nada dice de que se esfumaron grandes superávits comerciales de 2020. 2021 y 2022, pagando deuda externa y en los negocios y trampas de los empresarios privados.

Por otro lado, el reciente acuerdo técnico implicó una devaluación selectiva, que impactó en los alimentos cárnicos, los insumos importados y otros recursos como el dólar ahorro. Además, no ingresó ni un dólar de los desembolsos del FMI correspondientes a junio y julio, y los U$S 7.500 millones acordados dependen del resultado de la decisión del Directorio del organismo, que viene exigiendo una devaluación y ajuste fiscal todavía más duros.

El gobierno está haciendo buena letra acelerando el ritmo de devaluación del dólar oficial, en el llamado crawling peg[i]. Venía siguiendo de atrás el ritmo inflacionario, y en la primera semana de agosto tomo velocidad y la devaluación del peso subió a un ritmo del 14% mensual.

Lo cierto es que las exigencias del FMI, como el achique del déficit fiscal, tuvieron una primera medida de buena voluntad en el reciente tarifazo a comerciantes y sectores de la clase media que no solicitaron estar cubiertos por los subsidios. La devaluación no llegó al 25% de golpe como pedía el Fondo, pero la estamos sufriendo arrancando de un monto algo menor, la juntada de dólares para fortalecer las reservas –y tener dólares para pagarles la fraudulenta deuda externa- avanza sobre la base de los dólares especial para el campo y las fuerte restricciones a las importaciones, que significan además un freno para la actividad. El ataque a jubilaciones y sueldos estatales, que hay que “contener”, completan un cuadro de baja del consumo y enormes exacciones en el nivel de vida de la población.

Massa en campaña dice que la oposición de derecha propone volver a la década del ’90, con ajuste y freno del desarrollo de la producción y el empleo, para beneficiar a los especuladores. Pero él es el ministro de Economía que está aplicando esa receta que impone el FMI, aunque intente sin éxito resistir la velocidad del ajuste, teniendo en cuenta sus necesidades electorales presentes. Que Cristina critique a Macri diciendo que este ex presidente fue el que trajo al FMI, no puede ocultar que están pagando y cumpliendo dócilmente –pese a sus engañosos discursos- con sus recetas de ajuste y entrega.

Para frenar la especulación: romper con el FMI, nacionalizar la banca y el comercio exterior

La baja del salario, del poder adquisitivo de jubilaciones, asignaciones y planes sociales sigue su curso descendente de la mano de una inflación que lejos de estar contenida, o en proceso de “desaceleración”, cobra un nuevo impulso de la mano de las recientes medidas tomadas por el gobierno luego del acuerdo técnico y la presente corrida del dólar.

Mientras que la CGT y los referentes de la mayoría de los movimientos sociales oficialistas (Evita, Somos Barrio de Pie, CCC) hacen actos de apoyo al ministro ajustador que cumple puntualmente con los pagos al FMI con las pocas reservas del país y nuevos endeudamientos, sin siquiera resistir un poco ante las maniobras de estos buitres; y Grabois funge de contención contra los que no lo soportan, los trabajadores y sectores populares, debemos prepararnos para enfrentar este brutal ajuste y la profundización del mismo, que todos presagian para pasado el acto electoral.

Al servicio de fortalecer esa pelea, este domingo 13 no apoyes a los que con distintos discursos están aplicando y/o prometen un duro ajuste, con la excusa de “estabilizar” la economía. Apoyá a los únicos que, participando de cada pelea contra el ajuste en curso, planteamos romper con el FMI y los buitres de la deuda externa, para recuperar nuestra capacidad soberna de controlar y desarrollar nuestra economía al servicio de las necesidades de nuestro pueblo.

Fortalece a los que, para terminar con la especulación y la fuga de divisas, de los fondos financieros, los banqueros y grandes empresarios planteamos nacionalizar la banca. A los que para terminar con las trampas de sobre y subfacturación, con las que las grandes empresas sacan la plata del país y nos imponen precios impagables al consumo de la población trabajadora, vamos a nacionalizar el comercio exterior.

Por eso, este domingo castiga votando a los que estamos y estaremos en cada lucha de los trabajadores y nuestro pueblo, contra los que están rematando un país rico en recursos humanos y naturales e imponiendo enormes niveles de pobreza y explotación.

Vota la lista Unidad de los luchadores y la izquierda (MST-PO) en la interna del Frente de Izquierda Unidad (FIT-U). La boleta cuyas precandidaturas presidenciales encabezan Gabriel Solano y Vilma Ripoll. Una lista compuesta por trabajadores y luchadores populares.


[i] Crawling peg: es la devaluación diaria del dólar oficial. Un dólar mucho más barato que los financieros (MEP y CCL) y el blue, con el cual, entre otras operaciones, se pagaban las importaciones, antes de las últimas medidas y su carga impositiva. La brecha entre este dólar oficial trepó en los últimos días al 111%. La aceleración del crawling peg tiene entre otros objetivos achicar esa brecha.

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