El segundo juicio por el femicidio de Anahí se dio tras haber logrado la nulidad del primer juicio, el cual estuvo viciado por todo tipo de irregularidades y basado en pruebas forzadas. Este segundo juicio dejó a la vista todas esas irregularidades y mostró que Marcos no tenía vínculo alguno con Anahí ni la causa, era un perejil elegido para tapar la verdad. Ahora con Marcos absuelto, la tarea es llegar a todos los responsables y lograr justicia real por Anahí.
La justicia real no puede permitir inocentes condenados
Desde Juntas y a la Izquierda y el MST en el FIT Unidad estuvimos desde el primer momento exigiendo una investigación real y profunda sobre toda la causa. La policía encargada de llevar en primer momento la investigación tras la muerte de Anahí montó pruebas, dejo de lado pistas y sospechosos, y puso sus ojos sobre Marcos como chivo expiatorio.
Desde muchas organizaciones entendíamos que para que Anahí tuviera justicia se debía llegar a la vedad. Y que no había justicia real si quien pagaba ese femicidio horrible era un inocente. Este debate fue muy difícil de llevar a cabo debido a que muchos sectores del feminismo no comprendían la cuestión de clase y la necesidad de buscar a los verdaderos responsables. Parecía que como feministas era contradictorio pedir la libertad de un supuesto femicida. Nosotras ratificamos desde el principio que con causas armadas no hay Ni Una Menos.
El tiempo nos fue dando la razón, primero porque toda la policía que participo de dicha investigación quedó desafectada de sus cargos por comprobarse vínculos con la trata, prostíbulos, y manejos corruptos. Por eso seguimos movilizando frente a Tribunales exigiendo la absolución de Marcos.
Al ser condenado en el primer juicio, a pesar de lo bochornoso que era el accionar policial y judicial, supimos que redoblar la movilización y las acciones era clave. La comisión por la absolución de Marcos no descansó: acciones, radios abiertas, movilizaciones a casación. Todo lo anterior sumado a la fuerte difusión que hacíamos desde muchos lugares dio sus frutos: se declaró nulo el primer juicio, se puso fecha al próximo y se le dio libertad a Marcos hasta el próximo juicio. Un primer pequeño triunfo.
Este segundo juicio transcurrió con nuevos elementos, y una mirada integral de aquellas cosas que habían sido tomadas parcialmente. En todas las audiencias hubo policías arrepentidos que explicaban que “lo de Marcos” fue una orden, había que tener un culpable (argumento que recuerda a la “obediencia debida” de la dictadura, te mandan a hacer algo terrible y ¿lo hacés igual?). Se desmontaron mentiras y se escuchó a los testigos. La propia fiscalía solicitó la absolución de Marcos ante la enorme cantidad de pruebas que lo marcaban como perejil. Otro segundo triunfo de la lucha.
Hoy el desahogo se hizo llanto, y nos fundimos en un abrazo colectivo. Entendemos lo que logramos con la suma de todas nuestras luchas, nuestras acciones, la movilización y presencia constante. Marcos tuvo la suerte de tener una familia y unos amigos que nunca bajaron los brazos, que salieron desde el primer momento a luchar. Sabemos que las cárceles están llenas de pibes como Marcos que no tienen quién los defienda y pagan los platos rotos del poder. Las causas armadas son una problemática cada vez más cotidiana y más dura.
La justicia que es patriarcal y capitalista no garantiza ni evitar los femicidios ni que paguen los verdaderos responsables. ¿Qué pasa con quienes impunemente decidieron arruinarle la vida a un pobre pibe que se pasó 5 años preso? ¿Quién paga por esos daños? ¿Quién le va a pagar a la familia de Marcos la plata gastada en la defensa? La justicia y la policía deciden arruinar vidas sabiendo que les va a salir completamente gratis.
Logramos que un inocente no siguiera pagando por el femicidio de Anahí, pero nuestra bandera sigue firme, ahora queremos ir atrás de los verdaderos culpables.
¡Justicia real por el femicidio de Anahí! No alcanza con Villalba condenado
Villalba es el único señalado que secuestró, violó y mató a Anahí, y luego le robo sus pertenencias. Su vínculo se comprueba porque muestras de su semen se encontraron en la joven, y el celular de Anahí se lo había regalado a su hijo. Nunca negó ser autor de todo esto. La pregunta que nos hacemos es: ¿pudo hacerlo solo? Sabemos que no, en este juicio se valoraron otros nombres, pero claro, las pericias dan negativas, ya que se hicieron meses después porque la investigación central anuló todas esas vertientes, muchas de ellas relacionadas con la red de trata y la prostitución, vinculándolos además con la policía corrupta.
Sabemos que hay más responsables, sabemos que esta justicia los supo proteger, sabemos que la policía y la justicia son parte del entramado que protege al delito de la trata. Sabemos también que no habrá verdad, memoria y justicia para Anahí hasta que este entramado de responsables salga a la luz.
Hoy nos tomamos un respiro para festejar que uno nuestro, pobre, joven e inocente no va a pagar las atrocidades de esos seres sin rostro. Pero desde mañana volvemos a las calles para gritar bien fuerte: ¡queremos justicia por Anahi! ¡Queremos la verdad! ¡Queremos saber qué le paso y por qué!
¡Anahí presente, ahora y siempre!