Nuevamente jubilados, pensionados y retirados nucleados en la Coordinadora de Jubilados en Lucha de Córdoba, volvimos a la calle en defensa del sistema previsional argentino.
Hartos de que los gobiernos de distintos colores nos usen como variable de ajuste, continuamos exigiendo que nos devuelvan lo que nos corresponde por derecho: el 82 por ciento móvil del mejor sueldo.
En este marco nos movilizamos desde Colón y General Paz hasta el Patio Olmos, donde realizamos una radio abierta. Iniciamos con las palabras de nuestra referente de Jubiladxs de Izquierda, Fabiana Campitelli, quien agradeció la presencia de las distintas agrupaciones y enfatizó que la exigencia de una jubilación mínima de 250 mil pesos, lejos de ser una utopía, es una necesidad imperante para que deje de haber jubilaciones y salarios de hambre. Más en el contexto actual de inflación creciente, que no permite a la clase trabajadora llegar ni a mediados de mes, y menos aún vivir dignamente.
La convocatoria contó como siempre con el compromiso y la presencia de nuestra compañera legisladora Luciana Echevarría, quien recordó que estamos a días de que acá en Córdoba se cumplan 3 años desde que en plena pandemia el oficialismo y la oposición patronal aprobaran en un trámite exprés la infame ley 10.694, que vuelve a recortar aún más los salarios del sector pasivo.
También apuntó a la necesidad de que los trabajadores activos y pasivos recuperen la caja de jubilaciones de la provincia y el ANSES, que funcionan como caja chica del poder político de turno, sin transparencia en sus gestiones: “Entonces, como siempre decimos, el ataque a los jubilados no tiene un solo color político. Todos los gobiernos actuales, incluso a escala mundial, quieren avanzar en nuestros derechos…como está pasando en Francia, donde el presidente quiere aumentar la edad jubilatoria, medida que está siendo fuertemente resistida en las calles por la clase trabajadora. Qué mundo será el que vivimos, que el avance de la tecnología no está al servicio de mejorar la calidad de vida y ampliar el descanso de la humanidad, sino por el contrario, de explotar aún más a las mayorías para beneficio de una minoría. Qué mundo será el que vivimos, que aumenta la expectativa de vida, pero no la expectativa a una mejor vida, porque pretenden que vivamos y muramos trabajando, que vivamos y muramos pobres. Y esto no lo podemos permitir… fijense hasta donde llega la hipocresía, que cuando se trata de garantizar derechos elementales a quienes no tienen trabajo, surgen los discursos del esfuerzo y de la importancia de trabajar… pero después, a quienes tuvieron la posibilidad de trabajar y lo hicieron durante 30/40 años y aportaron con mucho esfuerzo, los tratan como descartables. Por eso, ya sabemos quienes están de un lado y quienes estamos del otro. De este lado de la trinchera, estamos los laburantes, jubilados, los precarizados, los desocupados, los luchadores que tenemos justamente que seguir peleando en unidad y con más fuerza que nunca. En plena pandemia estuvimos en las calles, no vamos a parar ahora.” agregó Luciana.
Por eso no nos dejemos engañar con falsas promesas y conjeturas que la salida de la crisis es únicamente a base de mayor recorte y de mayor sacrificio.
Un dicho popular cuenta que “El bosque seguía muriendo y los árboles seguían votando al hacha. Ella era inteligente, los había convencido que por tener el mango de madera, era uno de ellos.” Dejemos de elegir a quienes no representan los intereses y derechos genuinos de la clase obrera. Dejemos de elegir verdugos. Sigamos luchando para que las jubilaciones continúen siendo un derecho y no un mero subsidio a la vejez.