A fines del siglo XIX y principios del XX los partos y nacimientos comenzaron a institucionalizarse con la finalidad de disminuir los índices de morbimortalidad materno-infantil, objetivo que se cumplió. A la vez, los índices de intervenciones y cesáreas innecesarias hasta la fecha son alarmantes ya que atentan contra la salud y la vida de las mujeres y sus hijes.
Luego de mucha lucha y visibilización sobre las complicaciones que acarrea un sistema de salud con un modelo asistencial médico hegemónico, logramos que en el año 2004 en Argentina se promulgara la ley N°25.928 de Parto respetado, la cual debería garantizar el derecho a parir y nacer en un ambiente saludable, donde no sólo se tengan en cuenta las necesidades de la persona gestante; sino también el trato respetuoso de su recién nacido. El mismo año se comenzó a celebrar la Semana mundial del Parto respetado en el mes de mayo, a fin de concientizar sobre el cambio de paradigma en la concepción cultural naturalizada e impuesta por una sociedad patriarcal que, al dominar nuestra sexualidad y apropiarse de nuestros partos, busca ganar el poder femenino que nos pertenece. Pero a pesar de las leyes y los derechos conquistados, todavía se continúa vulnerando uno de los momentos más trascendentales en la vida de cualquier ser humano: gestar, parir y nacer.
En el último 8M se gestó la Marea Roja, que nace con la idea de arrasar con toda la violencia obstétrica que a diario busca apoderarse de nuestro poder desinformando, infantilizando, humillando, cortando, deshumanizado, maltratando, destratando, interviniendo y dominando nuestros partos en las instalaciones tanto públicas como privadas; a la vez que el Estado abandona a su suerte a las mujeres y familias que eligen parir en libertad, ya que quienes deciden parir en sus casas deben costear honorarios particulares que muchas veces no están al alcance de sus posibilidades, motivo por los que atraviesan este proceso sin asistencia profesional exponiendo su vida y su salud a desenlaces que pueden ser fatales.
El próximo 17 de mayo levantamos nuestras voces para decir que:
- Toda mujer tiene derecho a ser tratada con respeto y dignidad en el proceso de su gestación, parto y puerperio.
- Todo recién nacido tiene derecho a ser tratado con dignidad y respeto.
- Informar y fomentar los beneficios de los partos fisiológicos y sin intervención rutinarias que alteren su proceso natural.
- Informar sobre los beneficios de la Lactancia materna.
- Garantizar la asistencia de personal idóneo.
- Capacitar a todo el personal de salud sobre los derechos de las personas gestantes, su recién nacido y su familia.
- Reconocer el rol fundamental de las parteras, doulas y puericultoras.
- Respetar y garantizar el derecho a decidir de toda persona gestante sobre su parto y nacimiento de su hije.
¡Basta de violencia obstétrica!
Lic. Mónica Barrera