La candidata del PRO que se ha paseado en candidaturas por todos los distritos posibles, María Eugenia Vidal, ayer jueves 4 de mayo finalmente confirmó que desiste de su carrera por la presidencia este 2023. En medio de la gran disputa interna que existe en el partido fundado por Mauricio Macri, principalmente representada por Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, la actual diputada nacional tomó la medida de bajar su candidatura a presidenta, debida cuenta que ya no tenía tanto lugar en su propio partido y menos aún en la coalición de Juntos por el Cambio.
Respetando la tradición de los políticos y funcionarios del nuevo tiempo, Vidal comunicó su decisión por sus redes sociales. Allí fue donde expresó: “No voy a ser candidata a presidenta de la Nación”. Y además sumó en su publicación: “Los proyectos individuales no pueden estar por encima del conjunto. ‘No se peleen’, ‘Estén unidos’, me dijeron en cada recorrida. Por eso, porque los escuché y porque los entiendo, decidí que esta vez no voy a ser candidata a presidenta de la Nación”.
Lo cierto es que, tal como ocurrió con Macri, la postura de Vidal no se debe a una “grandeza” de abandonar proyectos políticos personales por un “proyecto colectivo”. A la también ex gobernadora de Provincia de Buenos Aires, como al ex presidente de Cambiemos les pesa el repudio de grandes franjas de la población por sus años de gobierno. En el caso particular de Vidal, el recuerdo más vivo tiene que ver con la confrontación directa que mantuvo en sus tiempos de gobernadora con las y los docentes bonaerenses. Vale recalcar también que toda esa experiencia está ligada a la deuda trucha y espuria que Macri tomó con el FMI, endeudando a varias generaciones del país y sumiendo la soberanía a este organismo de crédito internacional.
Vidal, además de lo reflejado, también agregó en sus redes: “Ésta, como cada decisión de mi carrera política fue tomada en la calle, no detrás de un escritorio. Decidí escuchando a los que quieren educarse para progresar, a los que eligen libertad y no sometimiento, a los que trabajan y a los que dan trabajo. Decidí recorriendo y planificando el futuro que quiero para mi país”. Bajarse de la carrera presidencial, para la actual diputada nacional tampoco significa renunciar a la rosca. Luego de darse por conocida la decisión, comenzaron a tomar más fuerzas las hipótesis que la ubican a ella en la disputa por la Jefatura de gobierno en CABA. De darse este escenario, se colaría a la disputa que en los últimos tiempos trajo tantos problemas entre los halcones y las palomas. El jefe del barco, ya renunciado en estas elecciones, quiso y quiere que su primo Jorge Macri sea quien encabece la lista. Sin embargo, Larreta no ha bajado la candidatura de su ministro de Salud, Hernán Quirós. Habrá que ver cuál será el lugar que le queda a Vidal para introducirse en esta rosca que ya en el plano de la coalición que integran, lo tiene en carrera para el mismo cargo a Martín Lousteau por la UCR.
Las internas interminables de Juntos por el Cambio, como las del Frente de Todos, reflejan en parte discusiones que van más allá de la disputa de nombres y aparatos. También responden a la estrategia futura de las coaliciones tradicionales acerca de cómo administrar y continuar el ajuste del Fondo Monetario Internacional, que como dicen abiertamente, nadie pretende dejar de cumplir.