El Fondo Monetario Internacional (FMI) actualizó sus proyecciones económicas con respecto a la inflación anualizada y el crecimiento económico de Argentina. Casi como una profecía autocumplida, debido al acuerdo de Facilidades Extendidas que los burócratas del organismo idearon con Martín Guzmán, fue respaldado por Congreso y hoy aplica Massa con el apoyo de los Fernández (Alberto y Cristina), los nuevos números arrojan pálidas para el país.
Este nuevo informe de Perspectivas Económicas Mundiales (WEO, en inglés), avizora que el PIB se contraerá en relación a la última medición del propio FMI. A principios de año el organismo preveía un crecimiento del 2%; en el último informe el mismo apenas llega al 0,2%, una caída de 5 puntos en relación al 2022. Este pronóstico, además de indicar un camino directo hacia una estanflación (freno de la economía y aumentos constantes de precios), es uno de los más “optimistas” para la economía local. Estudios locales, principalmente el del Relevamiento de Expectativas (REM) del BCRA indican que la economía se contraería 2,7% este año.
A las malas noticias repasadas, el Fondo también espera que la inflación supere lo que acordó en la hoja de ruta del presupuesto que ideó con el Ministro de Economía. De 60% pasó a ser un 88% de inflación anual lo que espera el FMI. En este punto, el organismo también retoca sus planillas, en pos de no publicitar los descalabros económicos, que luego se traducen en penurias sociales. Según las estimaciones del REM la inflación anual lejos estará del 88%, más bien es probable que supere los tres dígitos al finalizar el mes de diciembre.
Además, las perspectivas económicas para el país que se realizan en Washington indican que la desocupación también crecerá en relación a 2022. De 7% pasará a 7,6% al finalizar el año. Cifra que, aunque parezca menor, significa mucho en un país con el 40% de pobreza o, para indicarlo nominalmente, 19 millones de pobres.
La recesión económica, según Pierre-Olivier Gourinchas, economista jefe del FMI, se explica por los siguientes motivos: “la razón por la que tenemos esa revisión a la baja del PBI, en 2023 es muy bajo, es por la sequía masiva y estamos viendo si es (un fenómeno) transitorio. En 2024 esperamos un crecimiento del 2%”.
Todos los indicadores negativos mencionados, se entrelazan con las políticas de ajuste para alcanzar el 1,9% de déficit fiscal que exige el FMI. Orden que desde el Frente de Todos se cumple sin ningún pero. Una muestra es el ajuste en Desarrollo Social que aplica la ministro Tolosa Paz, recortando los programas Potenciar Trabajo y demonizando las protestas de la Unidad Piquetera.
Estas penurias no nacen de la nada misma, son producto de respetar y cumplir a raja tabla la hoja de ruta de este organismo saqueador, que desde que llegó al país, como ocurrió cada vez que estuvo, saquea y recrudece la crisis social. Una muestra de la estafa que significan sus préstamos que, como se ha denunciado desde el macrismo, sólo se utilizan en beneficio del capital especulativo. La estafa descripta no se tiene que pagar más, declarar un default soberano, interrumpiendo los pagos e investigando la deuda para que paguen los responsables políticos, es la única salida para resolver las necesidades sociales y terminar con un grillete que hunde al país en la decadencia.