viernes, 22 noviembre 2024 - 03:55

Aftersun. La memoria y la paternidad

Una mujer de 30 años recuerda sus vacaciones a los 11 años con su papá, a través de memorias y retazos de grabación en una filmadora de la época. Nos permite ver la cercanía y la distancia en su vínculo, las dificultades de la preadolescencia, la sexualidad y la dificultad de los padres para entender los gustos de los hijos a esa edad. Estos son ejes en este filme que desde sus planos y colores nos muestra un relato íntimo cargado de emociones y de deseo por entender al otro.

Aftersun (2022) es una película escrita y dirigida por Charlotte Wells, que narra la historia de unas vacaciones en Turquía desde el punto de vista de la hija. Es un trabajo de memoria por apreciar a su padre, por entender que es la crianza a través de quienes te educaron cuando se empieza el camino de la maternidad.

Con grandes actuaciones, de Paul Mescal como Calum y Frankie Corio como Sophie, que hacen llevadera una película que se apoya mucho en su interpretación y en ciertos planos reflexivos, conmoviendo con los diálogos y las actitudes.

En este sentido, al ser una historia muy íntima nos permite entrar en el otro punto aunque de una manera subjetiva, el padre.

La vara baja de la paternidad

La sinopsis y muchos de los análisis nos hablan de una película que muestra el profundo amor entre un padre y una hija, nos explican la cinta como una búsqueda por entender ese amor volviendo al pasado.

Ahora cuando nos detenemos en el film, algo me generó una duda. ¿Cómo se expresa ese amor?, ¿qué es lo que se nos permite ver por las acciones y omisiones del padre?

A partir de estas preguntas las cosas se ponen un poco más difíciles, Callum (el padre) hace varios meses que no ve a su hija porque viven en diferentes lugares y si bien es un padre amoroso, en las vacaciones se asegura que el protector no se pase de tiempo por ejemplo, no es responsable de las tareas de cuidado de su hija. Por eso, no sabe cuándo vuelve a las clases luego de sus vacaciones, ni la impulsa a hacer una tarea pendiente que tiene para su regreso. Hay preocupación para que ella la pase bien durante sus vacaciones  y por saber sobre su vida cotidiana pero no responsabilidad.

Un ejemplo burdo y duro es que después de una pelea, boba, entre padre e hija, el padre se va a dormir solo de noche y deja a la niña en el hotel, durante el tiempo fuera la niña tiene su primer beso, le dan acceso a una pulsera allá inclusive y cuando llega a la habitación no puede entrar porque el padre se había quedado dormido.

Esto me llevo a preguntarme ¿Cómo se pensaría está película si el personaje adulto fuera la madre? Seguramente nos chocaríamos con varios análisis críticos del accionar de la progenitora y nos lleva a pensar en las diferencias de valor al analizar el trabajo de los progenitores.

Igual entendiendo que las paternidades han cambiado de los años 90 a esta parte, o por lo menos que hay muchos intentando cambiarla, me gustaría imaginar que el Cullen de estos tiempos sería otro tipo de persona más atento y participativo en las tareas de cuidado de su hija ya que el amor por su hija es muy claro durante toda la película.

Pedro Pallero

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