jueves, 19 diciembre 2024 - 03:08

Fuego en PN Los Alerces. Intencionalidad, crisis climática y precariedad laboral

Desde el pasado 4 de febrero se combate un nuevo incendio en el Parque Nacional Los Alerces, al noroeste de la provincia de Chubut. El siniestro comenzó hace 8 días, cerca de las 22:30 horas, con dos focos detectados en el sitio conocido como el sector de la Usina, sobre el margen este del lago Futalaufquen.

En los primeros días, a causa de las condiciones climáticas presentes, con gran intensidad de viento y altas temperaturas, el incendio tuvo una alta propagación, destruyendo en total entre 7 y 10 infraestructuras, el tendido eléctrico local y alrededor de 1.100 ha¹. de bosque nativo que han sido arrasadas por las llamas.

Para controlar el incendio, la cantidad de personas que participan del operativo ronda los 133 combatientes, provenientes de los parques nacionales de Los Alerces, Lanin, Laguna Blanca y Nahuel Huapí; combatientes del Servicio Nacional de las bases de Golondrinas y San Luis; combatientes del Servicio Provincial de Manejo del Fuego de Chubut (SPMF) de las Bases de Servicio de Esquel, Corcovado y río Pico; junto a topadoristas, incluyendo a los bomberos voluntarios de las localidades de Esquel y Trevelin.

Si bien este es el más extenso, durante lo que va de la temporada dentro del área protegida han existido 4 comienzos de incendio sobre el mismo margen del lago, que han afectado diferentes superficies menores siendo aplacados por la acción de los brigadistas del parque y del SPMF.

Intencionalidad

Se suele hablar de causas antrópicas cuando por la acción humana intencional o accidental se producen los incendios forestales. Las estadísticas marcan que el 95% de los incendios forestales son por causas humanas; pero entre un incendio forestal intencional y uno accidental, las distancias son enormes.

La frecuencia, los lugares, el momento de los comienzos de los incendios, por lo menos en el área protegida de Los Alerces, hacen que el sentido común concluya que hay una intencionalidad manifiesta en producir estos focos. Cuál es la motivación es lo que debiera investigar la Justicia, con los recursos necesarios para poder llegar a la verdad.

Pero aquí surge un debate: ¿es esta justicia que espió burdamente a los vecinos del movimiento del No a la Mina, violando derechos y garantías constitucionales, tratándolos de terroristas en 2015, capaz de hacer una investigación seria? ¿La justicia que actúo en la desaparición y aparición seguida de muerte de Santiago Maldonado? ¿La justicia que se reúne en la mansión del magnate inglés Joe Lewis en Lago escondido a espalda del pueblo?

Quizás poder llegar a la verdad ante estos actos ecocidas no venga de la justicia formal y clasista, sino que parta por crear una comisión investigadora independiente, de ciudadanos intachables que puedan investigar hasta las últimas consecuencias los hechos para lograr el esclarecimiento de estos.

Crisis

La crisis climática crea las condiciones óptimas para la propagación de incendios. Las altas temperaturas, la baja humedad relativa o la intensidad del viento, brindan una situación ideal para que el fuego avance sobre grandes extensiones de territorios, haciendo muy difícil el combate de las llamas. Pero apagar estos incendios de gran actividad no solo resulta complejo por las condiciones climáticas, sino también por las propias condiciones de los sistemas de incendios.
No partimos de un sistema federal de incendios óptimo, sino que los sistemas tanto nacional como los provinciales poseen enormes falencias.

Sobre esto, cabe mencionar que en Parques Nacionales, según un análisis hecho por la Dirección de Lucha contra Incendios Forestales y Emergencias (DLIFE), el número faltante de combatientes ronda a nivel nacional los 200. Existen problemas de infraestructura y recursos. La situación laboral de los brigadistas iniciales en la actividad empeora el combo: aquellos que son la primera línea cobran sueldos por debajo de la canasta básica. A su vez, no hay ningún combatiente de carácter nacional que pertenezca a la planta permanente del Estado. La actividad aún no es reconocida como de alto riesgo, y duerme en el Congreso nacional un proyecto de ley para otorgar una jubilación anticipada a los brigadistas.

Es por esto que a nosotros hoy no nos faltan viandas ni zapatos, lo básico está. Pero nos falta fundamentalmente una política de combate de incendios que tenga en cuenta a los trabajadores, que el sistema esté dotado con la cantidad suficiente de brigadistas, que termine la precariedad, que estimule la profesionalización, que se reconozca el riesgo, que el sueldo alcance más que para la mera subsistencia, y que al fin de la vida exista la posibilidad de un retiro acorde.

Hernán Mondino, brigadista, delegado Parque Nacional Los Alerces – Alternativa Estatal

¹https://www.facebook.com/manejodelfuegochubut/posts/pfbid0DjuXAoCTCxGmY6izBDzsQ5KB1LtTwKYHtLbFSbYsjjvYftdvdUosYL1Mx6ryAkqVl

Noticias Relacionadas