viernes, 22 noviembre 2024 - 06:06

El PO y la lucha en salud. Tocando de oído y desafinado

En una nota publicada en la web del PO (1),el docente Daniel Rapanelli opina sobre la salud y sus luchas. Dicho texto evidencia no solo un desconocimiento supino del sector, sino una sarta de falsedades, tergiversaciones y ataques respecto de nuestra corriente y la CICOP. Por suerte para el equipo de salud, la desestructuración del PO en el sector no permite que se puedan probar sus consejos soberbios y ajenos a la realidad.

Sin embargo, para evitar la confusión de algún desprevenido y en honor a la realidad y la trayectoria de lucha de nuestra corriente y la CICOP, es preciso plantear algunas cuestiones.

Blanco sobre negro

El PO dice que “la dirección de CICOP está integrada por el PCR y el MST” y que es parte de la “burocracia sindical kirchnerista”. Falso. La dirección integra democrática y proporcionalmente a varias corrientes de opinión y a numerosos dirigentes independientes representativos de los diferentes establecimientos. Casi no existen sindicatos donde las diferentes listas y agrupaciones, conformen la dirección en función de los votos recibidos, preservando la unidad del gremio y garantizando la diversidad. Nuestra agrupación Alternativa Salud (ANCLA/MST), que integra el frente mayoritario, es una de las vertientes fundacionales y nuestros dirigentes votados democráticamente por la base del gremio, con independencia política, perfil propio y solo subordinados a la decisiones de la base. No nos extraña que el PO no comprenda la necesidad de integrar las diferencias en las directivas: no ha impulsado la democratización de los estatutos en gremios donde tuvo oportunidad de hacerlo; por el contrario se mostró reacio a la integración de las minorías.

El PO dice que la dirección del sindicato “solo resolvió acciones de presión…” Falso. El plan de lucha no lo resuelve la dirección sino el congreso en base a los mandatos de asamblea. Y las medidas son las que decide democráticamente ese congreso, aunque no figuren en el manual de lucha imaginado por Rapanelli.

El PO dice que “en agosto de este año, la Cicop rompió con la Fresposa de la CTA Autónoma para conformar la Fesintras, que se integró a la ultraoficialista CTA Yasky”. Falso. La CICOP rompió con la Fesprosa porque ésta abandonó sus principios fundacionales y, junto a otros sectores combativos, impulsó la nueva Federación Sindical Nacional de Trabajadoras/es de la Salud (FESINTRAS), la cual no se integró a ninguna central y agrupa sindicatos con diversidad de posiciones al respecto.

El PO dice: “Toda la dirección de la Cicop se negó en su momento a que el ingreso a la CTA de los Trabajadores fuera sometido a consideración y votación en asambleas de los hospitales”.Falso. Hubo un congreso de CICOP que resolvió y en el mismo hubo dos mociones; una de ellas promovida por nuestra corriente en unidad con otros sectores planteando que se profundice el debate en la base previamente a tomar una decisión de ingresar a dicha central. Seguramente el compañero Rapanelli no leyó nuestras notas de opinión al respecto (2) (3).

Increíblemente, el PO afirma que “el MST opone al movimiento de los médicos concurrentes un espacio dentro de la Cicop, un camino para estrangularlo”. En todo caso Rapanelli debería saber que, a diferencia del mundo laboral híper fragmentado y precarizado de la CABA, en el ámbito de los hospitales bonaerenses de dependencia provincial, hace rato que logramos desterrar la figura del concurrente y, gracias a la lucha, bajamos el índice de precarización sustancialmente. La traslación mecánica no es el mejor método para analizar un proceso, porque puede desnudar pasos en falso y errores garrafales como este. Mucho más si se la utiliza para bastardear la actividad de nuestra corriente.

Opinología sectaria y desde la tribuna

Claro que no se trata solo de hablar por boca de jarro y deslizar una orientación abstracta y profundamente equivocada; sino de atacar a la CICOP y a nuestra corriente al servicio de una política divisionista y que, de aplicarse, llevaría a la derrota del proceso. Los consejos de Rapanelli inducen a que las residencias se muevan separadas del resto del equipo de salud y apliquen la única fórmula de una supuesta huelga general y prolongada”, como un fetiche o esquema mágico, aplicando nuevamente una traslación mecánica de una coyuntura que se dio en la Ciudad de Buenos Aires.  

Cínicamente la nota habla de “hostilidad de la Cicop a la lucha de los médicos residentes” y de contraponer “un espacio dentro de la Cicop” como “un camino para estrangularlo”. Que la “unidad de los trabajadores de salud es para disciplinar una lucha ajena (sic), reservándose el monopolio de la negociación paritaria”.

Es decir, le mal aconseja -y desde la tribuna- a las residencias (que no son solo de médicos, por cierto) que se separen del equipo de salud, que su lucha es ajena a la del resto, que peleen solos, que rechacen articular y organizarse con el único sindicato autónomo, democrático y combativo del equipo de salud bonaerense.

Les plantea que la CICOP es igual a cualquier sindicato burocrático, desconociendo su clara y larga trayectoria de lucha e incuestionable representatividad. Y su modelo sindical que ha sido y es referencia para el activismo combativo. Para el PO, organizarse con la CICOP es estrangular la lucha. Un concepto francamente reaccionario, funcional a las capas más atrasadas del movimiento de salud.

Y, al acusar a CICOP de “monopolio de la paritaria” y mal aconsejar a los residentes que busquen una negociación en soledad, pretenden desconocer que fue la lucha de la CICOP quien incorporó de hecho y de derecho a los residentes a la negociación paritaria hace ya varios años, cuando antes sus salarios eran fijados unilateralmente por el gobierno.

Por el contrario, la lucha de las residencias y de CICOP, entendida no como una pelea aislada sino como una lucha del equipo de salud, logró un reglamento de avanzada (muy superior a las condiciones laborales de las residencias de CABA, por ejemplo) con reducción de la jornada laboral, guardias de 12 horas, descanso post guardia, plus de guardia, aportes previsionales totalmente a cargo del Estado y otras conquistas que van a contramano de las políticas de ajuste y reforma laboral.

Y por supuesto, cuando se arranque una propuesta salarial del gobierno en la paritaria que peleamos por reabrir, será, como lo es habitualmente desde que la CICOP existe, aprobada en las asambleas generales de hospitales y en el congreso de la provincia, que seguirá siendo quien fije en base a los mandatos de base el plan de lucha y la aceptación democrática de las propuestas salariales.

La línea sindical elucubrada por Rapanelli flaco favor le hace a la lucha de salud y del movimiento obrero en general y a las residencias y al sindicalismo combativo en particular.  Incluso esta posición equivocada y sectaria del PO respecto de la CICOP y la lucha de salud ha impedido que podamos elaborar un comunicado unitario del FIT Unidad respecto del presupuesto bonaerense.

Es lamentable que el compañero Rapanelli, en lugar de reflexionar sobre los motivos de la derrota del sindicato del cual fue dirigente, el SUTEBA Ensenada a manos de la Celeste (así como sucedió con las otras seccionales que se perdieron) y pensar cómo recuperarlo para el clasismo, gaste su tiempo en atacar a un sindicato combativo como la CICOP y a una corriente como la nuestra que integra el Plenario del Sindicalismo Combativo y el FIT Unidad. Y persista en su opinología de café, que lo hace quedar, a él y a su partido, tan desubicado ante el activismo del equipo de salud.


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