Esta mañana, el presidente Alberto Fernández, el canciller Santiago Cafiero y el ministro de Economía Sergio Massa se reunieron con la titular del FMI, Kristalina Georgieva, en Bali (Indonesia). Una de las reuniones que decidieron no suspenderse a pesar del estado de salud del primer mandatario argentino en su gira por el G20.
Mientras en el país se anunciaba el fin de la tendencia bajista de la alta inflación que presuntamente había logrado controlar el “plan” de Massa, el gobierno preparaba una reunión con los burócratas de Washington. Goergieva, en compañía de Kistrina Kostial (directora gerente adjunta), Gita Gopitnath (directoral del Departamento de Estudios y consejera económica), entre otros funcionarios pusieron la oreja al gobierno del Frente de Todos para evaluar cómo seguir aplicando más ajuste en medio de una crisis que se agudiza.
Pensando en mantener una relación carnal con el organismo que cada año que permanece en nuestro país agranda la desigualdad, el presidente y su equipo fueron en busca del visto bueno de cara a la tercera revisión del acuerdo que el gobierno firmó con el FMI. Esta condescendencia, que es sinónimo de entrega de soberanía y nuestros recursos económicos para pagar la estafa de la deuda macrista, fue retribuida en la prensa por la número uno del Fondo.
Tras finalizar la reunión, Georgieva declaró que “es muy importante que la Argentina mantenga el rumbo tal como lo hizo tan exitosamente durante los últimos meses”. Las felicitaciones de ella son las penurias de la mayoría de la población. El rumbo alabado no es más que el que representa la subejecución de partidas destinadas para ayuda social y la media sanción en Diputados del presupuesto 2023, que también achica los recursos para áreas como Educación y Vivienda. Además, obvio, de haber incrementado el ítem de pago de servicios de deuda, negocio redondo para la griega.
También agregó que estuvieron “prestando atención a la importancia de que Argentina siga con el objetivo de bajar la inflación”. Y sumó una alabanza al cumplimiento del acuerdo de facilidades extendidas: “de forma exitosa gracias a la disciplina de Massa y su equipo”.Todo un chiste en el marco de que la inflación está disparada, acumula un 88% anual y las recetas económicas del plan acordado alientan la inflación, como la exigencia de mantener las tasas de interés positivas en beneficio de los bancos y la especulación financiera. De Massa no hay más nada que agregar, el trabajo del ministro manos de tijeras es una realidad que nadie puede esconder y claro, esa es la disciplina que festejan desde el Fondo.
Por parte del gobierno, sin ningún atisbo de salirse de los lineamientos que plantea la banda de Georgieva, apenas volvieron a solicitar rever las sobretasas y la forma en que se destinan los Derechos Especiales de Giro (DEG) entre los países.
La literalidad de las declaraciones de la número uno del Fondo dejan a las claras la orientación del gobierno de coalición que comanda Alberto, Massa y Cristina Fernández de Kirchner. Más allá de las rispideces intestinas entre las tribus del Frente de Todos, ninguno discute romper con este organismo saqueador.
Desconocer esta estafa, que no es más que el pago de una deuda que se fugó toda y es algo reafirmado hasta por ex funcionarios del Fondo y del gobierno macrista es una necesidad imperante para resolver la deuda que importa: la deuda interna. Todos los males sociales y económicos del país podrían dejar de agravarse si se declara un default soberano para no pagar un dólar más de esta deuda externa que el Frente de Todos decidió revalidar. Esta reunión es una muestra más de que lo que gobierna es una forma de la derecha, y por eso hace falta fortalecer a la izquierda anticapitalista y socialista, que recupere la soberanía económica del país.