El jueves 17 se viene el primer paro nacional de salud, convocado por FESINTRAS, pero construido por la confluencia de múltiples conflictos que, más allá de la diversidad de expresiones, tienen un común denominador muy potente. Nos une el reclamo de reconocimiento salarial, laboral y profesional de quienes estuvimos en la primera línea, una lucha radicalizada y un fuerte proceso de autodeterminación, democracia de base y direcciones combativas. Apoyar y desarrollar esta rebelión, que ya tuvo un primer triunfo en CABA, para ganen los demás sectores, articulando la unidad del equipo de salud, es la tarea urgente y necesaria del momento. Que coloca otro desafío a un plazo mayor y más estratégico: poner en pie una organización democrática, independiente y combativa de todo el equipo de salud y una agenda común programática a nivel nacional. Al servicio de ello, desde Alternativa Salud/ANCLA colocamos nuestras acciones y propuestas.
Hace varias semanas que esta marea blanca crece con velocidad. Con un claro epicentro en la Ciudad de Buenos Aires, visibilizado en las potentes e irreverentes movilizaciones de residentes y concurrentes, pero con otras expresiones que venían creciendo desde el pie e involucrando a otros componentes del equipo de salud y sus direcciones combativas.
El efecto contagio se hizo notar, extendiendo la pelea a otras zonas del país o reactivando peleas que venían resistiendo aisladas, las políticas de ajuste sanitario y salarial de los gobiernos sin distinción de jurisdicciones.
Una diversidad que empieza a confluir
Junto a la residencia de CABA, descolla la rebelión sanitaria cordobesa que graficamos en páginas 6 y 7. Pero hay más y fundamentales expresiones en esta diversidad.
- Hace varios meses que las y los trabajadores del Garrahan enfrentan el acuerdo salarial firmado por UPCN y ATE. Con la combativa APyT que construye un sindicato pluriprofesional y democrático y, a la vez, ha sabido articular con otras organizaciones autoconvocadas y de otros gremios, superando las presiones de la burocracia sindical.
La Enfermería con la ALE (Asociación de Licenciadas/os en Enfermería) a la cabeza, en condiciones durísimas, se moviliza por Reconocimiento Salarial, Laboral y Profesional. Han logrado un primer triunfo en la esfera judicial que refleja años de pelea y organización democrática y paciente de la primera línea. Y que debe concluir con su inclusión en la Carrera profesional. La lucha de la ciudad ha sido tan potente que ha parado y se ha movilizado la Federación de Profesionales impulsada por los sindicatos combativos que hacen vida al interior de esa organización.
- El Hospital Posadas se puso nuevamente de pie. Con un gigantesco proceso de autoconcovocatoria de los profesionales que articula con las seccionales de CICOP y luego con el STS. Nuevamente, como en los duros tiempos del macrismo, sufriendo el boicot de la burocracia de ATE y UPCN, que firman paritarias a la baja. El reclamo del 100% de aumento y un bono de 100.000 pesos unifica estas peleas.
- También las y los trabajadores de la salud privada vienen luchando por recomposición salarial con acciones destacadas de la Agrupación Bordó, oposición histórica a la burocracia de Daer en ATSA. Desde la Comisión interna del Hospital Italiano y la organización combativa en diversos establecimientos.
- Este torrente de energía volcado a las calles, en su extensión nacional, además del cordobazo sanitario, se evidencia con conflictos que han tomado nuevo impulso como la heroica lucha de la ASSPUR de Río Negro, el combativo sindicato que encabeza la pelea.
Ante este panorama nacional, desde nuestra flamante FESINTRAS (nueva Federación Sindical Nacional del Equipo de Salud), preparó una Jornada de Lucha y lanzó un Paro Nacional para contribuir a la unidad en la diversidad de estos procesos. Con el impulso de CICOP, la UTS de Córdoba, APUAP de Jujuy, APSADES de Salta, la APYT del Garrahan y otros sindicatos y agrupaciones de la salud en el país, nos postulamos para esta tarea titánica. Fue un acierto para la coordinación nacional. La fuerza de la lucha y la iniciativa de nuestra naciente federación forzaron a que la conducción de la Fesprosa se sume al 17, adelantando una medida divisionista que tenían programada. Lo cual amplifica más la lucha.
El 17 va a ser un ensayo de lo que se viene. La salud es hoy una olla a presión que está obligando a los gobiernos a plantearse la reapertura de todas las paritarias. La fuerza de la autoorganización y también de los sindicatos y corrientes combativas que existen actuando en el sector son la clave que motoriza esta rebelión.
Causas y génesis de la rebelión
Sin dudas el deterioro salarial y el reclamo de un aumento real son el reclamo principal. El ajuste implementado por el gobierno nacional de la mano del acuerdo con el FMI da el marco a tamaña devaluación salarial. Las paritarias acotadas o a la baja firmadas por burocracias como ATE y UPCN y otras expresiones que no representan al conjunto y menos a los que están peleando, el proceso inflacionario que funciona como un impuesto regresivo, más el impuesto al salario en franjas del sector, han deteriorado el nivel de vida de un sector sensible como el equipo de salud, con altos índices de precarización y condenado al poliempleo.
El detonante salarial ha obrado sobre problemas estructurales que aquejan al sector y a quienes trabajamos en él y que se han desnudado con crudeza y agravado durante la pandemia. El desfinanciamiento del sistema público, con una curva presupuestaria que viene descendiendo año a año, presupuestos votados en sociedad por las coaliciones peronistas y de la derecha macrista-radical, la fragmentación del sistema de salud que no solo desmembra la atención nde manera horizontal entre la nación, las provincias y los municipios sino de manera vertical, entre el sector privado que viene avanzando sobre el público transformando a la salud en un negocio para pocos. Y la desjerarquización y falta de reconocimiento del equipo de salud. No solo en lo salarial, con una tremenda dispersión y desigualdades en el país que sepultan eso de “a igual trabajo, igual salario”. Sino en las condiciones laborales y profesionales.
La ausencia de carreras sanitarias o profesionales que segmenta el equipo, genera discriminación de algunos de sus actores, fomenta la opresión de unos a otros, y genera desgaste laboral o agotamiento prematuro. La pandemia golpeó duro. Pero produjo un cambio de calidad en la lucha del equipo de salud. Que estuvo en la primera línea de la atención, sosteniendo la salud pública para evitar el colapso, pero también saltando a la primera línea de la lucha. Una verdadera escuela de pelea y organización.
Por eso la rebelión actual es en realidad una segunda ola de una marea que creció durante la pandemia y generó heroicas peleas como las de los elefantes de Neuquén, la lucha de Río Negro, la enfermería de CABA, Misiones, Tucumán, el equipo de salud en La Rioja, Catamarca, Santa Cruz, Córdoba, Provincia de Bs. As. y que tuvo manifestaciones en casi todas las provincias del país.
Se conquistaron logros parciales como los elementos de protección, refuerzos presupuestarios y también en el salario. Pero fundamentalmente se logró una acumulación en lucha y organización que hoy rinde sus frutos porque no se arranca de cero. Se produjeron autoconvocatorias que desbordaron a las burocracias como en Neuquén. Se fundaron nuevos sindicatos como el de Río Negro, dándole la espalda a los verdes de ATE que boicotearon la pelea. Se potenció y emergió como referente de la enfermería la ALE en CABA. La CICOP en Buenos Aires encabezó las peleas allí. Es decir, un potente ensayo general de democracia para decidir y movilización para disputar.
Por eso el proceso actual parte de este capital acumulado que, también plantea desafíos y debates de cómo seguir y cómo encarar la pelea para ganar. Pero también de cómo encarar la gran tarea estratégica de organización a escala nacional, avanzando hacia una verdadera coordinación más permanente que refleje la unidad en la diversidad del equipo de salud. El ajuste mayor que se viene y los intentos de nuevas reformas sanitarias reaccionarias bendecidas por el Banco Mundial y el FMI, lo tornan más urgente.
Los desafíos actuales
La lucha de los residentes de CABA combinada con la pelea del Garrahan, el Posadas, los sindicatos por profesión de CABA y el proceso que se repica en el territorio bonaerense y en el país, arrastraron a la burocracia de Sutecba y AMM a salir a la calle, reabrieron la paritaria municipal y lograron un resonante triunfo con el aumento salarial anualizado del 99%. Los residentes de CABA lo aceptaron en asamblea. Este logro sin dudas tiene que ver con la convergencia de todos estos factores. La acción en común del día 8/11 donde hubo una confluencia de hecho, de todos estos sectores en una importante movilización, terminó de torcer el brazo de Larreta. Este gran paso adelante, debe servir para potenciar las peleas que siguen y hay que apoyar para ganar. Avanzando en coordinar realmente todos esos reclamos uniendo la amplia diversidad que se expresa en un movimiento único de lucha, en donde se coordine para poder golpear más fuerte y lograr nuestros objetivos.
Ahora, vamos por extender este logro a los reclamos de los concurrentes. Vamos por el planteo del Garrahan, con la APyT y Autoconvocados a la cabeza, de recomposición salarial que fije un piso de ingreso equivalente al costo de la canasta familiar. Vamos a apoyar a la Enfermería, que con la ALE motorizando el reclamo de Reconocimiento salarial, laboral y profesional, no ha parado de movilizarse en todo este tiempo. Vamos por la apertura de la paritaria nacional y el aumento para el Posadas. Vamos por la paritaria de salud que reclama la CICOP para la planta y los residentes, por la ley de incorporación de 3000 enfermeras a la Carrera y el cumplimiento pleno del avanzado reglamento de residentes que se consiguió con la lucha.
Vamos por todo ello y el paro del 17 y la marcha y acto conjunto en la capital que avance en la unidad peguen también al gobierno nacional y al de Kicillof en el provincial y en cada una de las provincias del país donde se lucha.
La necesidad de unidad en la diversidad
Para avanzar en la unidad del equipo de salud a escala nacional, opinamos que tres tareas son importantes.
La primera, construir una agenda en común que supere lo coyuntural. Hay tres ejes a considerar:
- Una paritaria nacional de salud que fije un salario acorde a la canasta familiar actualizado automáticamente según inflación y que supere la dispersión y las desigualdades actuales.
- Disputar por una carrera única nacional, de todo el equipo, con plenos derechos laborales y profesionales.
- La pelea por un Sistema único de salud, universal estatal y gratuito, donde el equipo de salud juegue un papel articulador ejerciendo un control democrático de los presupuestos y su aplicación.
La segunda tarea es la voluntad de coordinar genuinamente partiendo de la diversidad de expresiones de los procesos de lucha y organización. La articulación que hace falta tiene que partir de reconocer todos los conflictos en curso, más allá de su desarrollo y visibilidad, impulsar la convergencia de la diversidad de expresiones autoconvocadas y sindicatos y sectores combativos de la salud y construir un único movimiento que imponga al poder político todas nuestras reivindicaciones actuales y vaya por más. Evitando los falsos hegemonismos y el sectarismo que impulsan algunas agrupaciones que “le exigen” a los sindicatos combativos o que traccionan solo hacia un sector, boicoteando los esfuerzos por buscar los puntos de unidad. Y también evitando las políticas oportunistas que pretenden subordinar este movimiento como furgón de cola de las burocracias sindicales.
La tercera tarea es construir pacientemente esta coordinación de manera independiente del estado y el poder político, con plena democracia sindical e integrando proporcionalmente la diversidad. En este esfuerzo está comprometida nuestra corriente, Alternativa Salud (ANCLA/MST), que tiene actuación, activistas y dirigentes en todos estos procesos y venimos haciendo los mayores esfuerzos para avanzar en este sentido. Queremos abordar estos debates y propuestas con los luchadores con los que compartimos las calles e impulsamos que esta marea siga creciendo.